Dentro de 15 años uno de cada tres hogares en España será de alguien que vive solo
Según la proyección de población y de hogares del INE, en 2037 un cuarto de los residentes en el país habrán cumplido los 65 años; el 8% tendrá o superará los 80.
Más viejos y más solos. Las proyecciones de población y de hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan una vez más las tendencias hacia las que se encamina el país. Si bien de aquí a los próximos 15 años los hogares más comunes son y seguirán siendo los formados por dos personas, los que más crecerán son los unipersonales, que subirán en tres puntos hasta alcanzar el 28,9% en 2037. Uno de cada tres hogares albergará a alguien solo. Son 6,5 millones de personas, uno de cada ocho residentes en el país. Para entonces, el 26% de la población habrá cumplido los 65 años, y un 8% tendrá o superará los 80. El INE recalca que sus datos no tienen un fin predictivo, sino que son un cálculo basándose en las actuales tendencias demográficas. Si se mantienen, el instituto prevé que aumenten algo los nacimientos, pero estos seguirán por debajo de las muertes que llegarán en las próximas décadas, correspondientes a la numerosa generación del baby boom. España seguirá creciendo gracias a la inmigración.
El tamaño de los hogares es cada vez más pequeño. Ha mantenido una tendencia a la baja en los últimos censos. Desde las casi cuatro personas en 1970 a las 2,9 de 2001. En 2022, será de 2,48, según el INE, y en 15 años estará en 2,36. Según las estadísticas publicadas este jueves, el número de hogares se incrementará en un 14,5% entre 2022 y 2037 (aumentará en todas las comunidades, a excepción de en Asturias, donde disminuirán un 0,8%). “Va a crecer en 2,7 millones [llegarán a 21,65]. Este crecimiento se debe a que disminuye el tamaño dentro de cada hogar, habrá más pero formados por menos personas. Nos divorciamos más, y el aumento de la esperanza de vida también hará que crezca el número de personas mayores que vivan solas, muchas enviudarán”, explica Raquel Martínez Buján, profesora de Sociología de las Familias en la Universidad de A Coruña.
“Como sociedad, este escenario nos plantea muchos retos. Uno, que al reducirse el tamaño de las familias disminuye el número de vínculos disponibles. Si disminuyen los hijos y hay más divorcios, se reducen los vínculos. Es algo muy importante para articular las necesidades de cuidados, porque en España las políticas públicas cuentan con una elevada implicación familiar”, añade la socióloga. “Hay que intentar habilitar lazos comunitarios, en el territorio”, dice, porque la soledad no deseada es otro de esos retos que nos acechan. “Se da fundamentalmente en edades avanzadas, cuando eres joven puedes integrarte mejor en el entorno. Son necesarios los servicios territoriales o a escala de barrio, especialmente en las grandes ciudades, que cohesionen a la población. Y que las ciudades permitan a los mayores desarrollar una vida cotidiana. Desgraciadamente, no están preparadas para ello, en infraestructuras, por ejemplo, faltan zonas verdes, servicios básicos cerca de las viviendas, espacios de convivencia intergeneracional, y hay que superar la brecha digital”, afirma Martínez Buján.
El INE ha publicado simultáneamente las dos estadísticas, tanto la proyección de hogares como de población. La esperanza de vida al nacimiento alcanzará, según sus proyecciones, los 86 años para los hombres y los 90 para las mujeres en 2071, lo cual implica una ganancia de 5,8 años para ellos y de 4,2 para ellas respecto a las cifras actuales. Diego Ramiro, director del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), apunta que “esto tiene que ver con la incorporación de las mujeres a hábitos poco saludables que estaban siendo abandonados por los hombres, como puede ser el tabaquismo”. Pese a la mayor esperanza de vida, el número de defunciones continuará creciendo en todo el periodo que proyecta el INE. Para este año se prevén 455.704, una cifra que en 2071 escalará hasta las 652.920.
El país envejece. De mantenerse la tendencia demográfica actual, el grupo de edad más numeroso a 1 de enero de 2022 (los nacidos entre 1981 y 1972) lo seguirá siendo en 2037, cuando tendrán entre 55 y 64 años. “El siglo XX empezó con una esperanza de vida de en torno a los 34 años”, señala la socióloga Martínez Buján. “El aumento de la longevidad es una conquista social única, es la primera vez en la historia que reunimos a varias generaciones de colectivos de población en una misma familia, ahora se pueden conocer el bisabuelo, el abuelo, el padre y el hijo”, prosigue.
Por ello, Albert Esteve, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, apunta que el número de defunciones no debería preocupar, dado que se corresponde con la estructura poblacional. “Lo que hay que analizar es si estos aumentos de la esperanza de vida van acompañados de buena salud: física y mental, por un lado, y socioeconómica, por otro”, prosigue este experto, quien añade que en los próximos años “se disparará el gasto en pensiones, dependencia, sanidad”. “El Estado de bienestar español se generó en un momento donde había muy poca gente dependiente y mucha independiente”, algo que cambiará en las próximas décadas, como en los países del entorno. Dentro de 15 años, el 8% de la población tendrá 80 años o más; dentro de 23, una de cada 10 personas en España pertenecerá a ese tramo de edad. La población centenaria (los que tienen 100 años o más) pasaría de las 14.287 que hay en la actualidad a 226.932 en 2072. Se multiplican por 15.
Así las cosas, no es de extrañar que, aunque el INE prevea que aumenten los nacimientos, estos no compensen los decesos. El número de recién nacidos lleva años a la baja. El INE calcula que comenzarán a aumentar a partir de 2023 y seguirán haciéndolo hasta 2024. Entre 2022 y 2023 nacerían, de mantenerse estas tendencias, en torno a 5,5 millones de bebés. Aun así, son un 14,2% menos que en los 15 años previos. Para hacer este cálculo, el INE supone que el número de hijos por mujer aumentará levemente, desde los 1,19 de la actualidad hasta los 1,27 de 2036, una cifra que subiría hasta el 1,3 en 2042. Tanto Ramiro como Esteve ven con escepticismo esta subida de la fecundidad. “El crecimiento de los nacimientos es un efecto de estructura [de población], cuando empieza a haber más mujeres en edad reproductiva hace que se incremente el número de nacimientos. Pero el número medio de hijos por mujer se mantiene estable, la subida que contempla el INE es mínima, por debajo del 1,4″, sostiene Ramiro.
Esteve añade: “En ningún caso se alcanzan niveles parecidos a los que pueden tener otros países como Francia o Suecia o Alemania, que están por encima del 1,5″. “Hace unos años, el INE creía que se remontaría hasta esa cifra, ahora ya no lo ven así. Puede ocurrir que incluso baje, ahora mismo no se dan las condiciones idóneas para que muchos jóvenes tengan hijos, se va retrasando cada vez más la decisión”, continúa. Ramiro, demógrafo del CSIC, considera además que hay que tener en cuenta el “efecto de la crisis económica”, pues en periodos de dificultad se suele posponer la maternidad.
Según las proyecciones, en los próximos 15 años España ganará más de cuatro millones de habitantes, si se mantienen las tendencias actuales. Son más de cinco si miramos a 50 años vista, en 2072, cuando se podrían alcanzar los 52,9 millones de personas. De aquí a 2037, los mayores incrementos se producirían en Cataluña y Madrid, con más de un millón. Por el contrario, Castilla y León perderá cerca de 100.000 habitantes y Asturias, 67.000. “El progresivo e ininterrumpido aumento de las defunciones, siempre superior al número de nacimientos, daría lugar a un saldo vegetativo negativo durante todo el periodo proyectado”, apunta el INE en su nota. El saldo vegetativo negativo sería superado por la llegada de inmigrantes, algo que, en vez de una pérdida de población, provocará un aumento año a año durante todo el periodo. La población nacida en España va a disminuir paulatinamente y pasará del 84,5% del total en la actualidad al 63,5% dentro de 50 años.
Tanto Ramiro como Esteve destacan la elevada predicción del INE en cuanto a la llegada de migrantes. “Lo que se veía antes de la pandemia es un crecimiento de la inmigración a ritmos similares al periodo del boom económico de 2000 a 2008. En 2019 hubo más de 700.000 llegadas, luego se produjeron los cierres por covid. La previsión es que haya cerca de un millón de entradas durante varios años. Pero la predicción de la migración es la más complicada. El factor de incertidumbre es bastante alto. Entre 2001 y 2008 hubo un boom económico y ahora no lo hay. Es posible que con la crisis económica el movimiento de migraciones no sea tan abultado y que también afecte a la fecundidad”, concluye Ramiro.