22 noviembre 2024

La Seguridad Social condena a los autores jubilados a renunciar a la creación

Tarde o temprano tenía que estallar, aunque la cosa viene ya de 2012, cuando se cruzaron los datos de Hacienda con los de la Seguridad Social y, esto a partir de 2013, se hizo efectivo. Cualquiera que esté jubilado no puede cobrar más de 9.000 euros brutos de derechos de autor, por encima del salario mínimo, so pena de tener que renunciar a la pensión o, en su defecto, pagar una multa a la Seguridad Social.

De resultas de ello, escritores como Antonio Gamoneda, Premio Cervantes, José Manuel Caballero Bonald, también Premio Cervantes, se han visto multados porque sus derechos de autor rebasan esa cantidad. El caso ha saltado por la importancia institucional de los escritores, pero hay muchos otros, como Eduardo Mendoza o Javier Reverte, que ha llegado a decir que si escribes en España pierdes de seguro la pensión.

El problema es grave, tanto que amenaza a creadores científicos, artísticos y literarios a una precariedad obligada. Antonio Gamoneda, en declaraciones que recoge Diario de León, amenaza incluso con dejar de escribir; califica la ley de “destructiva de la cultura” y confiesa que con la aplicación de la ley no tiene ni para vivir. Este cruce de datos entre Hacienda y la Tesorería de la Seguridad Social no se aplica por igual, pues en Cataluña, parece ser, se llega a acuerdos. Pero en el caso de Madrid y otras comunidades, la norma es la de cumplir la maldita ley a rajatabla, un poco a lo juez de la horca.

El problema de los escritores con los derechos de autor no es nuevo y hace años fueron sonados los casos de Torrente Ballester, Miguel Delibes y el propio Camilo José Cela. En estos casos la cosa tenía que ver con asuntos relativos exclusivamente a impuestos, es decir, a Hacienda y no tenía nada que ver con la Tesorería de la Seguridad Social. Pero la ley del 2012 es abrumadora al cruzar los datos pues obliga a la pobreza a los creadores casi de cualquier condición que sea, a no ser ricos por otras causas. Se suele pedir seis meses sin recibir la pensión si se incurre en ilegalidad, sin ir más lejos. En el caso de Mendoza la cosa llegó a cuatro años. Culpable, claro, por vender muchos libros.

Esto llevó a que en el mes de noviembre algunos creadores se plantaran ante la puerta del Ministerio y dirigieran una carta a Fátima Báñez, Ministra de Trabajo, en que se decía que: “Más allá de las consecuencias que puede suponer esta normativa en el plano personal de cada autor, nos preocupa el daño que se produce al privar a toda una sociedad de las aportaciones que puedan realizar nuestros creadores en una etapa de su vida en la que el grado de madurez, experiencia y sabiduría deberían ser cuidadas y no rechazadas por obsoletas”. Entre estos creadores se encontraban Forges, Marta Rivera de la Cruz, José Mercé, Juan Goytisolo, Javier Reverte, Paloma Pedrero o el fotógrafo Chema Madoz.

Por su parte la SGAE, como portavoz de la ACE, Asociación Colegial de Escritores y de CEDRO, envió a los Ministerios de Cultura, Empleo y Seguridad Socal una declaración conjunta en la que defendía el derecho a seguir cobrando tras la jubilación de una manera digna. Situación sangrante si se tiene en cuenta que los herederos de los creadores sí tienen derecho a cobrar la jubilación al cien por cien y, de paso, beneficiarse de los derechos de autor. Algo surrealista si se tiene en cuenta que la mayoría de los escritores perciben la jubilación por actividades que nada tiene que ver con los derechos de autor, ya que de media, según Carlos Muñoz, asesor jurídico de la ACE y encargado de hacer viable esta situación, un escritor no cobra más de 20.000 euros de derechos de autor, lo que le ha llevado a afirmar, con ironía, que si eres escritor y jubilado debes plantearte o perder la pensión o ganar el Premio Planeta. Situación insólita en el panorama de los derechos de autor en Europa.

La ACE está pasando ahora por una nueva etapa, con un presidente, Manuel Rico, que quiere resolver con carácter urgente esta situación: la semana que viene se reunirá con representantes de la SGAE y de CEDRO para intentar llegar a un acuerdo conjunto a fin de hacer frente a este curioso y tremendo problema. En Trabajo de Madrid, un inspector le dijo que los libros publicados antes de la edad de jubilación no deberían entrar en el cómputo, pero en realidad la cosa no está clara y las interpretaciones sobre esto corren al albur… de Hacienda.

Javier Gutiérrez, director general de la VEGAP, que se encarga de los derechos de los artistas, ha llegado a afirmar que muchos creadores plásticos dejan de presentarse a premios o renuncian a ellos o los derechos de autor para no perder las pensiones. Por nuestra parte, finalizamos con unas declaraciones para cuartopoder.es de Manuel Rico que resume con exactitud la situación actual:

“El Ministerio de Empleo y Seguridad Social está actuando como si los escritores y, en general, los creadores, fueran delincuentes o estafadores. En la Unión Europea, todo escritor jubilado puede compatibilizar la pensión con actividades literarias o con el cobro de derechos de autor. Se entiende que en esa edad se encuentran en el máximo nivel de experiencia y de capacidad intelectual para ofrecérsela a la sociedad. El hecho de que para no perder la pensión haya escritores, premios Cervantes o premios nacionales en algunos casos, que hayan decidido no ejercer su derecho a crear es una pérdida colectiva de dimensiones incalculables.Por otro lado, supone restar a Hacienda unos ingresos más que estimables vía IRPF, con lo que el Estado renuncia a contar con más recursos para atender las necesidades sociales.

Las organizaciones autorales, como ACE, con las de gestión de derechos como CEDRO, la SGAE o VEGAP no vamos a permanecer impasibles. Estamos preparando un plan de actuación para defender el derecho del autor jubilado a seguir creando.”

Seguiremos informando la semana que viene, después de la reunión con CEDRO y la SGAE..