La alarmante advertencia de la Aemet sobre la inminente llegada de El Niño: «Se confirma cada vez más»

Las consecuencias pueden llegar a ser devastadoras para el clima global

Mario Picazo, meteorólogo de eltiempo.es, fue quien avisó de ello. Hace unas semanas, escribió un artículo que no pasó inadvertido: lanza un serio aviso sobre qué va a pasar en nuestro país cuando llegue la segunda mitad del año en curso.

Y es que, durante los últimos tres años las aguas ecuatoriales del océano Pacífico han registrado valores de temperatura inferiores a lo normal, un patrón oceánico conocido como La Niña, pero este 2023 la situación va a cambiar. Mientras La Niña se deshincha entre febrero y mayo, El Niño irá emergiendo a partir de los meses de verano, según la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica).

Altas probabilidades

El famoso meteorólogo ha explicado que «se aproxima un cambio de ciclo que va a impactar severamente en el comportamiento del clima». El Niño se va a instalar en diferentes zonas del planeta, «incluida Europa» y lo tacha de un «temido fenómeno». 

Variaciones con El Niño y La Niña / NOAA

Ahora, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lo destaca: «Parece que la probabilidad de llegada de El Niño este verano se va confirmando cada vez más». Es algo que hay que tener muy en cuenta, ya que «se trata de una asunto de interés por sus repercusiones en el clima global…», señalan.

«Según informe emitido hoy por NOAA, hay un 62% de probabilidad de que se establezcan las condiciones de El Niño durante el periodo mayo-junio: Por su parte, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) daba ya en marzo una probabilidad del 55% entre junio y agosto». Esto es lo que recogen los expertos… pero, ¿qué es este fenómeno?

Lo que hay detrás de El Niño

Cabe señalar que El Niño es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Es decir, tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo.

Gracias a los progresos científicos alcanzados en cuanto a su comprensión y su modelización, las competencias de predicción han mejorado en escalas temporales de uno a nueve meses de antelación, lo que ayuda a la sociedad a prepararse para los peligros asociados a ese fenómeno, tales como las fuertes lluvias, las inundaciones y las sequías. Así lo explica la OMM.

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