La Eurocámara salva una ley clave de la agenda verde pese a la revuelta del PP contra la iniciativa de Bruselas
Los eurodiputados tumban por la mínima la propuesta de rechazo de la ley de restauración de la naturaleza defendida por el PP de Manfred Weber alineado con la extrema derecha, que rechazan la ley que pretende recuperar los ecosistemas dañados con el argumento de que supone una asfixia para los agricultores
Las bancadas progresistas han paralizado momentáneamente la procelosa votación cuando el monitor ha publicado el resultado y han comenzado a aplaudir en dirección al socialista español César Luena, que ha sido el ponente de la iniciativa y que ha mantenido hasta el último segundo la esperanza en que la norma se salvara ante un resultado que reconocía que iba a ser muy ajustado. La ley llegó en peligro al Pleno de Estrasburgo después de que la Comisión de Medio Ambiente la rechazara por 44 votos a favor y 44 en contra. Al no obtener mayoría, la ley se rechazaba, pero aún quedaba la oportunidad del Hemiciclo, en el que votan todos los eurodiputados. La posición de la Eurocámara ha sido posteriormente avalada con 336 votos a favor, 300 en contra y 13 abstenciones.
El Parlamento Europeo rebaja, como ya hicieron los 27, la ambición inicial de la norma al establecer que sólo deberá aplicarse una vez que la Comisión haya aportado datos sobre las condiciones necesarias para garantizar a largo plazo la seguridad alimentaria y cuando los Estados miembros hayan cuantificado el área que necesita ser recuperada para alcanzar los objetivos de restauración para cada tipo de hábitat. La Cámara también plantea la posibilidad de posponer los objetivos en caso de consecuencias socioeconómicas excepcionales, según informa el Parlamento Europeo en un comunicado.
Los bloques, sin embargo, se han roto. El PPE, que es el grupo mayoritario en la Eurocámara, ha tenido quince fugas que han votado en contra de rechazar la iniciativa de Bruselas, fundamentalmente los de Irlanda y Chequia. El PP de Alberto Núñez Feijóo ha secundado el posicionamiento de Weber frente a la Comisión Europea. Los liberales se han partido: 27 eurodiputados se han aliado con el PP y la extrema derecha en contra de la propuesta. Ciudadanos ha apoyado la ley de restauración de la naturaleza, a excepción de José Ramón Bauzá, que se ha abstenido, al igual que la eurodiputada del PNV Izaskun Bilbao Barandica.
La división es, no obstante, palpable tanto en la Eurocámara como en el Consejo de la UE, donde están representados los gobiernos. Ahora las tres instituciones tendrán que sentarse a negociar, por lo que el camino de la ley de restauración de la naturaleza sigue siendo empinado. Los 27 rebajaron la ambición de la Comisión Europea en su posición negociadora, que salió adelante con el rechazo de Polonia, Suecia, Italia y Finlandia. Holanda o Bélgica, en manos de los liberales, se abstuvieron.
La quiebra en términos políticos refleja la división social en torno a las exigencias medioambientales y que quedó patente a las puertas de la Eurocámara en Estrasburgo el martes, cuando se debatió la iniciativa. Coincidieron dos concentraciones: una organizada por el Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas comunitarias (Copa-Cogeca) -que representa a las grandes explotaciones agrarias de la Unión Europea (UE)- y otra por organizaciones ambientalistas, que contó con la participación de la activista sueca Greta Thumberg. “La historia les juzgará duramente si deciden estar del lado de los intereses destructivos y los grandes grupos de presión”, clamó a las puertas de la Eurocámara, informa la Agencia EFE.
La ley de restauración de la naturaleza es parte de la ambiciosa agenda verde que la Comisión Europea ha puesto en marcha desde 2019. De hecho, el Pacto Verde Europeo fue uno de los motivos que llevaron a socialistas y liberales a avalar a Von der Leyen, pero el PPE ha marcado distancias con la alemana, a la que acusan de haberse acercado más a esos grupos que a los intereses de los conservadores. Y el alejamiento que inicialmente fue sibilino se ha hecho evidente con esta iniciativa, que persigue la recuperación del 20% de las zonas terrestres y marítimas de la UE de aquí a 2030 y del total de los ecosistemas dañados hasta final de siglo.
“La restauración implica estrechamente y beneficia a todos los sectores de la sociedad; debe llevarse a cabo en un proceso integrador y tiene un impacto especialmente positivo en quienes dependen directamente de una naturaleza sana para su sustento, como agricultores, silvicultores y pescadores. La inversión en restauración de la naturaleza suma entre 8 y 38 euros en valor económico a cada euro gastado, gracias a los servicios ecosistémicos que garantizan la seguridad alimentaria, la resiliencia y mitigación de los ecosistemas y el clima y la salud humana”, defendía la Comisión Europea en un comunicado sobre la iniciativa impulsada en junio del año pasado.
El PPE y la extrema derecha contra Bruselas
El Partido Popular Europeo de Weber sostiene que la ley es un amenaza para la seguridad alimentaria porque obliga a los agricultores a dedicar parte de sus tierras a la preservación de la biodiversidad. “Restaurar el medio ambiente no tiene que suponer la muerte de toda producción artesanal, industrial, forestal o agrícola, no”, argumentó la democristiana francesa Anne Sander durante el debate parlamentario. “Vamos a rechazar esta ley esperando que venga otra que persiga conciliar la protección del medioambiente con la actividad de producir alimentos de calidad para todos los ciudadanos”, agregó el parlamentario del PP español Gabriel Mato.
“La Comisión Europea está demostrando no tener escrúpulos a la hora de querer imponerse y destrozar nuestro sector primario, utilizando una supuesta preocupación medioambiental como excusa”, dijo la eurodiputada de Vox Margarita de la Pisa.
Bruselas rechaza los argumentos que esgrimen el PP europeo y la extrema derecha y sostiene que la restauración de la naturaleza no pone en riesgo la seguridad alimentaria. “Me pone muy triste que algunos están intentando meter la política climática dentro de las guerras culturales”, dijo el vicepresidente para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, cuando la Comisión de Medio Ambiente puso en riesgo la norma. Los conservadores señalaron precisamente al comisario socialista por la ley, que cuenta con el respaldo, no obstante, de la porpia Von der Leyen. El último en defenderla fue el comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevičius, procedente de un partido agrario y verde de derechas lituano. En una comparecencia en Valladolid, recordó que “el 60% del suelo europeo no están en buen estado” y que su recuperación es un elemento “básico” para la seguridad alimentaria.
“No habrá seguridad alimentaria si no hay suelos fértiles y polinizadores”, defendió en esa misma línea el eurodiputado socialista César Luena durante el debate. “Es un éxito, para la naturaleza y para el clima”, ha señalado el presidente de Los Verdes, Terry Reintke, tras la votación en la que asegura que “la campaña de desinformación y los intentos del líder del PPE y de sus amigos de la extrema derecha por descarrilar la ley han fracasado”.