Juan Antonio Díaz, un artista comprometido con la Granada de las culturas

Paco Vigueras, periodista y coordinador de Granada Abierta, firma esta semblanza de Juan Antonio Díaz, cuya muerte este martes deja un inmenso vacío en el mundo de la cultura y priva a Granada de un luchador comprometido con la solidaridad y el diálogo intercultural. Descanse en paz

Granada Abierta ha perdido a Juan Antonio Díaz López, uno de sus fundadores. Nos conocimos hace tres décadas y nuestras barbas crecieron y encanecieron juntas. En este tiempo, llegamos a compartir muchas inquietudes sociales, políticas y vitales… Juan Antonio trabajaba con la pintura, era un poeta del color que nos conmovió con exposiciones como Siempre igual, siempre diferente, o Del color y otras soledades. Su última serie de collage, que enviaba diariamente a sus amigos, fue formidable. Y cuando se ponía a escribir, no tenía pelos en la lengua. Siempre he admirado su ironía mordaz y su enorme capacidad para la sátira, aliñada con una pizca de malafollá granaína: “Hay que acabar con esta Granada carca y cateta -decía- y trabajar por una ciudad abierta hacia el futuro”. Este granaíno nazarí, nacido como Alhamar en la vecina tierra de Jaén (en Cabra de Santo Cristo para más señas) describió así la Granada cosmopolita con la que soñaba: “una ciudad en la que nadie se sienta extraño, en la que el color de la piel o la religión no sean un problema por el que debas ser mirado de forma diferente”.   

«Mientras otros se asustaban y retrocedían, Juan Antonio estuvo ahí, desde el principio, y mantuvo un compromiso firme, demostrando sus fuertes convicciones. No era militante de partido, pero sí de conciencia»

Y con este objetivo, estuvimos trabajando, codo con codo, primero en el Manifiesto 2 de Enero contra la Toma y, después, en la Granada Abierta de las Culturas, dos proyectos muy polémicos que pueden complicarte la vida en esta ciudad tan cerrada, tan dada a las camarillas y a los vetos. Y a pesar de todo, mientras otros se asustaban y retrocedían, Juan Antonio estuvo ahí, desde el principio, y mantuvo un compromiso firme, demostrando sus fuertes convicciones. No era militante de partido, pero sí de conciencia.

Conocedor profundo de la Universidad de Granada, Juan Antonio abrió las puertas del Palacio de la Madraza al colectivo de escritores y artistas, conocido como Manifiesto 2 de Enero, que desarrolló innumerables actividades en el histórico edificio. Recuerdo que llegamos a movilizar a un centenar de artistas y creadores, algunos tan destacados como Jesús Conde, Juan Vida, Paco Fernández, Santi Idáñez o Emilio Zurita, y a numerosos estudiantes de la Facultad de Bellas Artes, para poner en marcha las exposiciones colectivas Artistas por la Tolerancia, que tanto contribuyeron a impulsar el debate ciudadano sobre la Granada de las Culturas.

La Granada Abierta de Carlos Cano

Entre los dos, también pusimos en marcha la Granada Abierta de Carlos Cano, un premio para fomentar el diálogo intercultural y la solidaridad entre los pueblos. Recuerdo que Juan Antonio fue el encargado de entregar el primer galardón a los Padres Escolapios, en el ya lejano 1996, por haber restaurado un Corán que se salvó de la hoguera de Cisneros en la Plaza de Bib-Rambla. Precisamente, Juan Antonio hizo entrega de aquel premio en un acto solemne, celebrado en el Palacio de la Madraza, primera Universidad de Granada, fundada por Yusuf I en 1349.

«Reconocido en 2018 por la Diputación de Granada con la medalla de oro de la provincia, Juan Antonio fue un auténtico gentleman andaluz»

Reconocido en 2018 por la Diputación de Granada con la medalla de oro de la provincia, Juan Antonio fue un auténtico gentleman andaluz. Profesor de Literatura Inglesa de la UGR, fue autor de la primera tesis doctoral sobre Gerald Brenan. Su compromiso con la memoria de Federico García Lorca le llevó a tener una estrecha amistad con el biógrafo lorquiano Ian Gibson y con el poeta Juan de Loxa, primer director de la Casa-Museo de García Lorca en Fuente Vaqueros.

Pero de todas las aventuras y desventuras que hemos pasado juntos, no puedo olvidar nuestro viaje solidario a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, al sur de Argelia. Allí descubrí una nueva faceta de Juan Antonio, como reportero gráfico. A través de sus fotos, conocí un Sáhara diferente.

Juan Antonio era un amigo leal a quien consultaba, antes de tomar una decisión importante. De esos amigos que están a tu lado en los momentos dificiles. Descansa en paz compañero.

Paco Vigueras es periodista y coordinador de Granada Abierta