Entre el calor extremo y las tormentas torrenciales
El calentamiento global causado por los combustibles fósiles ha hecho que las temperaturas batan todos los récords este verano.
El verano meteorológico (junio, julio y agosto) ha sido el más cálido que se han registrado hasta ahora en el planeta desde que arrancaron las mediciones directas en 1850, y los datos parciales apuntan a que en agosto ocurrió exactamente lo mismo. Así que este ha sido el verano más caluroso en el planeta de, al menos, los últimos 174 años, aunque hay paleoclimatólogos que afirman que no se han visto unas temperaturas así en los últimos 120.000 años.
Sobre este tema hemos hablado con Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea. “No es un caso aislado, forma parte de un patrón de calentamiento generalizado”, explica el experto. Este contexto se ha traducido en intensas olas de calor (en España hemos vivido cuatro) por todo el hemisferio norte, que han azuzado gigantescos incendios en Canadá (cuyo humo llegó hasta España), Hawái, Tenerife, Grecia…Precisamente Grecia es uno de los países que está viviendo otra cara de la emergencia climática: una dana con lluvias torrenciales que se ha extendido también por Turquía y Bulgaria, dejando al menos 11 muertos. Llueve tanto que tal vez los récords no queden registrados: el Observatorio Nacional de Atenas ha publicado que la mayoría de las estaciones meteorológicas de Magnesia y las islas Espóradas, donde han recibido cantidades extremas de lluvia en los últimos dos días, han dejado de transmitir sus datos debido a los cortes de electricidad.Es una situación similar a la que acaba de vivir España, donde en los últimos días ha habido tres muertos y tres desaparecidos en Toledo y Madrid por los fuertes aguaceros. Aunque todavía es pronto para atribuir estos episodios concretos al cambio climático, los científicos llevan años avisando de que el calentamiento global hace cada vez más frecuentes los fenómenos extremos. El meteorólogo Juan Jesús González Alemán, de la Agencia Estatal de Meteorología, lo tiene claro: “El cambio climático da a las danas un mayor potencial de tener más impacto”.
MIGUEL ÁNGEL MEDINA
FOTO: Un hombre intenta salir de su coche en la ciudad griega de Volos, una de las más castigadas por la dana Daniel, este miércoles. / HATZIPOLITIS NICOLAOS (EFE)