Aunque las nuevas tecnologías son necesarias, no pueden sustituir, en la infancia, a la lectura, al diálogo o al juego

Los medios digitales han entrado en nuestras vidas para quedarse. Los niños, pronto se apuntaron a los aparatos digitales, y no es raro observarlos absortos con su ‘maquinita’, inhibiéndose de reuniones, de fiestas o de diálogos. Los padres de hoy se preguntan: ¿Les compro un móvil a mis hijos? ¿Con qué edad? ¿Es positivo? Los niños responden que sus amigos ya los tienen, y, al final, todos lo tienen. Para evitar esto, los padres de las ocho escuelas de primaria de un pueblo irlandés, Greystones, han acordado no comprarles móviles a sus hijos hasta que no cumplan 12 años.

La Unesco, preocupada por este fenómeno, ha hecho una petición urgente a todas las escuelas del mundo: «¡Prohíban los teléfonos móviles!», pues sus efectos son nefastos para los niños. Hasta no hace mucho, lo digital era la solución educativa del futuro y parecía ser irreversible. Pero en su último informe de julio, la Unesco ha sorprendido. Con ello pretenden proteger a los niños del ciberacoso, la depresión y el aislamiento social. Además, decenas de escuelas de EE UU, que abarca a diez estados y 44 distritos escolares, han demandado a las tecnológicas, porque «han convertido la angustia de nuestros hijos en una fuente de ingresos millonarios».

Actualmente, solo uno de cada cuatro países prohíbe los móviles en la escuela. Francia, Italia o Países Bajos los restringirán a partir de 2024. En Australia, el más restrictivo, los dispositivos los dejan en casa. Suecia, que el año pasado hablaba de digitalizar el sistema educativo, este año ha aparcado los dispositivos móviles y ha vuelto a los libros de texto, para lograr así que los alumnos aprendan a leer y entender dos frases seguidas. En España no hay consenso sobre la materia. Hay directrices sobre este tema en Madrid, Galicia y Castilla-La Mancha, pero en las demás comunidades la decisión corresponde al centro educativo, aunque en Cataluña varios institutos ya están ‘libres de móviles’.

Las asociaciones de Pediatría de Japón, EEUU y Canadá, coinciden en que los niños menores de 12 años no deben utilizar estos aparatos sin control. Según ellos, los bebés de 0 a 2 años no deben tener ningún contacto con ellos; de 3 a 5, una hora al día; de 6 a 18, dos. Las razones que esgrimen a favor de sus limitaciones son: la afección al cerebro, que conlleva déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de impulsividad y falta de autocontrol; retraso físico en el desarrollo del niño; fomenta la obesidad infantil; alteraciones del sueño; aumentan depresión y ansiedad infantil, trastorno bipolar, psicosis y otras conductas mentales; generan actitudes agresivas; adicción infantil; exposición a excesivas radiaciones. Además, concluyen, generan niños pasivos que no saben interactuar con los otros.

Aunque las nuevas tecnologías son ya parte de nuestra vida y no podemos prescindir de ellas (vivimos en la era tecnológica), y, además pueden ayudar en la escuela: agenda escolar, herramientas educativas orientadas por los maestros para lograr mayor información en cualquier materia; y pueden servir, también, como medio de contacto con padres y amigos, no pueden sustituir a la lectura de un libro, a la dedicación al diálogo o al juego con compañeros, amigos, padres y hermanos.

Juan Santaella

FOTO: LA VANGUARDIA

https://www.ideal.es/opinion/juan-santaella-proteger-ninos-moviles-20230921224304-nt.html

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