Estas son las enfermedades más frecuentes en otoño
Covid, catarros, dermatitis atópica, asma… La mayoría están causadas por virus o tienen un importante componente alérgico
Los cambios tan bruscos de temperatura de los últimos días, la vuelta al trabajo después de las vacaciones y el inicio de las clases son el caldo de cultivo perfecto para la propagación de los indeseables virus, a los que hay que sumar las enfermedades propias de esta época del año, que no son pocas. Las salas de espera de los ambulatorios ya se empiezan a llenar de adultos y niños con catarros, gripe, asma, covid «y un montón de ‘itis’. Rinitis, sinusitis, bronquiolitis, artritis, dermatitis…», enumera el doctor Juan Carlos Montalvá, coordinador del Grupo de Trabajo de Urgencias de la Sociedad Española de Atención Primaria (Semergen). Estas son las patologías más frecuentes en otoño.
Catarro, gripe y covid
Aunque el pico más alto de este tipo de enfermedades se suele registrar más entrado el invierno, este año los médicos de cabecera están viendo muchos pacientes con procesos catarrales más o menos importantes, gripe y covid desde hace semanas. «La variedad de coronavirus actual es muy contagiosa, pero bastante pobre desde el punto de vista de la gravedad. También se están dando casos de procesos gripales con cuadros de faringitis, amigdalitis, fiebre y, en algunos casos, con una tos que se alarga un poquito más de lo habitual… Dentro de nada empieza la campaña de vacunación y lo más probable es que estas posibles complicaciones que atendemos ahora tiendan a desaparecer o a ser más flojas», aclara el doctor Montalvá.
«En primer lugar, debe quedar claro que, tengamos un catarro o una gripe, ambas son enfermedades causadas por virus, de manera que no sirve de nada automedicarse con un antibiótico que tengamos en casa», alerta Carlos Fernández Moriano, responsable del Área de Divulgación Científica del Consejo General de Farmacéuticos. Y en ambos casos lo que se trata son los síntomas.
«La mayoría de las infecciones respiratorias que sufrimos en esta época del año son leves y transitorias. Si lo que tenemos es un pequeño dolor de cabeza, mocos, un poco de fiebre y malestar puede ser suficiente con tomarnos ibuprofeno o paracentamol. Ahora bien, si el enfermo pertenece a un grupo de riesgo (lactantes, mayores de 65 años, embarazadas, personas inmunodeprimidas, con cáncer…) o si los síntomas empeoran con el paso del tiempo (fiebre alta, dificultad respiratoria, dolores de cabeza y musculares muy intensos), lo recomendable es pedir cita con el médico de cabecera. La duración de los síntomas en el resfriado suele ser de una semana, aunque la tos puede durar hasta quince días, mientras que la gripe tarda algo más en desaparecer, en torno a los diez días», coinciden los especialistas.
Asma y rinitis alérgica
En esta época del año también son frecuentes los episodios de asma, una enfermedad crónica que ya afecta al 5% de la población adulta y al menos a uno de cada diez niños españoles, según los datos que maneja la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). «Aunque las crisis respiratorias pueden desencadenarse en cualquier época del año, los alérgicos a las gramíneas suelen padecer más episodios de broncoespasmos en primavera. Sin embargo, en el caso de los pacientes con alergia a los ácaros del polvo, la peor época del año es de septiembre a noviembre porque la proteína del alérgeno está más activa», precisa la doctora Montserrat Álvaro, pediatra alergóloga del hospital San Joan de Deu de Barcelona.
La rinitis alérgica, cada vez más frecuente, también suele tocar techo en los meses de otoño y, en este caso, los síntomas varían en función del alérgeno que cause la reacción, aunque la mayoría de pacientes que padecen este tipo de rinitis sufren picores, estornudos y moquera más líquida y clarita.
Dermatitis atópica y acné
Al igual que ocurre con el asma, las épocas del año más críticas para la aparición de brotes de dermatitis atópica son la primavera y el otoño. «Las que responden a alergias ambientales (polen, ácaros…) suelen dar reacciones muy cortas que se suelen curar con antihistamínicos y son frecuentes en los meses de septiembre y octubre», indica el doctor Montalvá.
El acné es otra de las patologías que se suelen agudizar en otoño. «Una de las maneras que tiene la piel de defenderse de las agresiones del sol en verano es aumentando su espesor para evitar que los rayos solares lleguen a las capas más profundas. Lo que ocurre es que este engrosamiento tiene un efecto rebote, que se suele traducir en brotes de acné en esta época del año», puntualiza el doctor Eduardo Nagore, jefe del Servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO).
Artritis y artrosis
Los cambios de presión atmosférica propios de esta época tampoco sientan nada bien a las articulaciones y ligamentos de las personas con enfermedades reumáticas, como puede ser la artritis o la artrosis. En cuanto a los tratamientos, en el primer caso la lista es interminable: desde antiinflamatorios hasta fármacos biológicos, demoduladores de la inmunidad… Mientras que en el segundo se suelen recetar fármacos para hacer desaparecer el dolor, también se aplican tratamientos locales como inyecciones de ácido hialurónico o corticoides y, en ocasiones, se recomienda rehabilitación.
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