La inteligencia artificial sobrevuela los parques eólicos
Un sistema de Minsait combina radar 3D, vídeo y algoritmos para tratar de reducir choques de aves contra los aerogeneradores
El objetivo marcado por la Unión Europea de avanzar hacia una economía descarbonizada obliga al cambio del modelo energético actual, basado principalmente en los combustibles fósiles, por otro centrado en las energías renovables, con un papel destacado de la solar y la eólica, que sin embargo no están exentas de inconvenientes. En la eólica, en concreto, uno de los reproches guarda relación con el daño que ocasionan las palas de los aerogeneradores a la fauna; aves y murciélagos se convierten en víctimas inevitables de estas infraestructuras cuando están en movimiento. Nos lo recuerda la ONU este 14 de octubre, Día Mundial de las Aves Migratorias, para concienciar sobre las amenazas a las que se enfrentan y su importancia ecológica.
Un reciente informe difundido por SEO/BirdLife, en el que se analizan las principales causas del daño y mortalidad no natural de aves en España, destaca que los aerogeneradores constituyen la segunda causa de mortalidad por colisión (por detrás de los choques con tendidos eléctricos, que representa casi un 40% del total) y que, en términos generales, está detrás del 4,6% de las muertes.
En la serie histórica analizada, de 2009 a 2018, se refleja un incremento del 230% y los autores del informe estiman que la cifra será sensiblemente mayor, dado que el estudio no ha podido incorporar una modelización de los datos de mortalidad reflejados en los planes de vigilancia ambiental de cada empresa.
Para paliar estos nocivos efectos sobre la fauna se han puesto en marcha diversas iniciativas, como pintar aspas y postes, utilizar técnicas de ultrasonidos, luminotecnia o monitorización por vídeo, todas con resultados inciertos. Más expectativas de éxito tiene una novedosa solución desarrollada por Minsait, que combina el uso de radar 3D, captación de imágenes de vídeo e inteligencia artificial y que permite detener un aerogenerador para evitar que una especie protegida impacte con él.
Esta iniciativa surge, señala Carlos Vivas, director de gestión de activos de Minsait, “como respuesta a una preocupación cada vez mayor, tanto a nivel social como de las Administraciones y las propias empresas del sector de las renovables, por el impacto que tienen este tipo de instalaciones en el entorno y en el medio ambiente”.
Su funcionamiento, explica Vivas, es el siguiente: “Con un radar 3D monitorizamos, en un rango de 5 kilómetros alrededor del parque eólico, las aves de cierto tamaño. Cuando se identifica que es un ave a seguir, se integra con las cámaras y manda una grabación de vídeo. Y cuando ya se aproxima a un aerogenerador, combinando inteligencia artificial aplicamos un algoritmo de probabilidad de impacto y, si es positivo, se hace un comando de parada automática de los aerogeneradores que correspondan”. El sistema sirve a su vez para minimizar los falsos positivos.
Aunque se trata de una solución de parque, el algoritmo de probabilidad de impacto se hace en base a cada aerogenerador individual. Normalmente basta con un solo radar, que pueden ser dos dependiendo de la orografía del parque si se trata de una zona muy quebrada. El radar es 3D “porque no sirve monitorizar en el plano. Has de tener también altura porque el ave puede venir a un kilómetro de alto o a 200 metros”, apunta Vivas. Y las cámaras, dependiendo del número de aerogeneradores y de la distancia entre los mismos, son normalmente dos o tres.
Información
Ana Carricondo, responsable de conservación de SEO/BirdLife, asegura que “la primera medida a tomar es no ubicar parques eólicos en las zonas más sensibles, es la única manera real de evitar una mortalidad significativa de determinadas especies, y para eso hay que garantizar que se utiliza toda la información disponible”. “A partir de ahí se pueden usar todo este tipo de dispositivos para corregir o reducir la afección, es deseable que se usen, casi por defecto. Estos dispositivos no tienen un porcentaje de eficacia del 100%. Todos los sistemas algo ayudan, pero no para pensar que incorporando estos dispositivos se pueden poner los parques en cualquier sitio”, añade.
Vivas apunta que la aspiración “es evitar entre el 75% y el 80% de los impactos de las aves que tengamos identificadas como críticas”, y señala que el sistema de Minsait está instalado ya en un parque con pruebas bastante avanzadas y se está implementado en otros tres.
Esta tecnología ha abierto a su vez otras líneas de investigación, como puede ser apoyar los estudios de viabilidad de implantación de nuevos parques durante la fase de evaluación ambiental. “Creo que vamos a contribuir a hacer mucho más eficiente el diseño, la implantación y la operación de los parques eólicos”, afirma el director de gestión de activos de la filial de Indra. Asimismo se están buscando soluciones para otro tipo de especies, como son los quirópteros. “Además, queremos trabajar en el offshore porque también en los parques eólicos marinos hay problemas con aves”.
Aves críticas
Algoritmos. El sistema desarrollado por Minsait tiene una base de inteligencia artificial con varios algoritmos. Los algoritmos de identificación de aves se entrenan y se especializan en aves concretas. “Se define cuál es el patrón del ave y el algoritmo coge las imágenes del vídeo para su identificación. Es un trabajo que hacemos con ornitólogos”, explica Carlos Vivas. El catálogo de aves son las más críticas: “El buitre, el milano, el alimoche, algún tipo de águila, son las que ya tenemos desarrolladas y luego iremos ampliando el catálogo”. El radar también tiene un criterio de envergadura “y cuando es un pájaro que no tenemos identificado y tiene un cierto tamaño, también pararía. Todo eso son reglas que yo puedo definir”.
Sanciones. La Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, contempla sanciones por mortalidad de especies amenazadas. Ana Carricondo señala que “en el caso de tendidos y parques lo que está contemplado en la normativa es que si se detecta mortalidad en un alto número o de especies amenazadas, que la empresa previamente ha informado, porque son los que hacen el plan de vigilancia ambiental, o por agentes sobre el terreno, y la empresa no actúa, se enfrentan a sanciones. Y Ley de Evaluación Ambiental (Ley 21/2013), también establece que si una vez puesta en conocimiento la empresa no pone en marcha las medidas correctoras, puede incurrir en una infracción que en función de la gravedad lleva asociadas sanciones. Desde económicas hasta, en un momento dado, penales”.