No hay que asumir que al envejecer se duerme mal
Conforme van cumpliendo años, algunas personas cuentan que tienen un sueño más ligero y se despiertan un mayor número de veces.
“No hay que banalizar estos comentarios del paciente, respondiéndole que esos problemas de sueño son propios del envejecimiento”, afirmó Exuperio Díez Tejedor, presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), con motivo de la celebración, el próximo 15 de marzo, del Día Mundial del Sueño. La iniciativa de la Sociedad Mundial del Sueño -cuyo lema este año es Sueño saludable, envejecimiento saludable– está organizada en nuestro país por la Sociedad Española del Sueño (SES).
“Está claro que una persona de 80 años no va a dormir el mismo número de horas que un adolescente, pero el sueño tiene que ser reparador. De lo contrario, requiere un abordaje precoz para poder ofrecerle soluciones terapéuticas. Los fármacos ansiolíticos sirven para tratar la ansiedad, pero pueden generar dependencia. Por ello, solo hay que usarlos cuando realmente sea necesario”, dijo Díez.
Existe el derecho a dormir bien, “por eso, el médico de atención primaria debe derivar al paciente a un experto en sueño llegado el caso”, defendió Milagros Merino, miembro del comité científico de la SES y neurofisióloga de la Unidad de Trastornos Neurológicos del Sueño del Hospital Universitario La Paz (Madrid).
¿Qué enfermedades previene dormir bien?
“Dormir bien tiene un doble efecto: genera felicidad y previene enfermedades”, afirmó Diez. A lo que Merino añadió: “Conocemos las consecuencias de un sueño insuficiente en calidad y cantidad. La falta de sueño repercute negativamente en el estado de bienestar, pero también tiene consecuencias físicas importantes, a nivel vascular y cardiaco (aumentando el riesgo de arritmias e infartos) y cerebral (ictus). Además, interviene en el metabolismo del azúcar, de tal manera que predispone a la diabetes; y eleva el riesgo de sobrepeso y obesidad porque produce una desregulación en las hormonas del apetito y la saciedad (la leptina y la grelina)”.
A nivel psicológico, cuando el sueño es de mala calidad aparece la irritabilidad durante el día y aumentan los problemas psiquiátricos, con una mayor tendencia a la ansiedad y la depresión. En el caso de los más jóvenes puede haber trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
La experta de la SES señaló que algunos estudios indican que la deficiencia de sueño “provoca un menor rendimiento cognitivo, que hasta en un 15 por ciento de los casos ha sido identificado erróneamente como una enfermedad de Alzheimer”. Dormir mal reduce la concentración y la memoria y puede producir, incluso, desorientación, señaló Díez.
En este sentido, el neurólogo mencionó también la relación entre los trastornos del sueño y el Alzheimer, que provoca alteración del sueño, pero no quiere decir que la enfermedad se produzca por dormir mal.
Asimismo, se ha visto que los trabajadores a turnos tienen más problemas inmunitarios, lo que conlleva una mayor tendencia a las infecciones.
Los trastornos del sueño más frecuentes
“Los trastornos del sueño afectan a un tercio de la población mundial. El más frecuente es el insomnio, que a su vez consta de varios tipos, seguido de los síndromes de apnea obstructiva del sueño (cuya prevalencia ha aumentado porque cada vez se investiga más); el ronquido afecta a un 30 o 35 por ciento de la población; y, por último, el síndrome de piernas inquietas, que lo sufre un 7 por ciento”, enumeró Merino.
“Sabemos que hay un problema de sueño porque, por ejemplo, la persona que padece insomnio por el día se encuentra fatal”, concretó la neurofisióloga.
¿Hace falta sacar el móvil de la habitación?
Sobre la exposición nocturna a las pantallas iluminadas, Merino explicó que no es necesario sacar el teléfono móvil de la habitación, sino que lo importante es no mirarlo antes de dormir, porque la luz azul que emiten estos dispositivos electrónicos inhibe la producción de melatonina, que es la hormona que induce al sueño al cerebro. Este consejo es especialmente necesario en problemas de insomnio de conciliación.
Decálogo para una buena higiene del sueño
La Sociedad Mundial del Sueño propone los siguientes consejos para lograr un sueño de buena calidad en adultos:
- Establecer un horario regular de sueño.
- Si existe el hábito de dormir siesta, evitar que exceda los 45 minutos.
- No ingerir una excesiva cantidad de alcohol al menos cuatro horas antes de acostarse y no fumar. “Las bebidas alcohólicas dan somnolencia pero no inducen un sueño reparador”, añade el presidente de la SEN.
- Evitar el consumo de cafeína, té, chocolate o bebidas energéticas al menos seis horas antes de dormir.
- No tomar comidas pesadas o picantes al menos cuatro horas antes de dormir. Es recomendable hacer una comida ligera antes de acostarse.
- Hacer ejercicio de manera regular, pero no inmediatamente antes de acostarse.
- Usar ropa de cama cómoda y agradable.
- Encontrar un nivel de temperatura agradable y mantener la habitación bien ventilada.
- Eliminar todo el ruido que pueda causar distracción y también toda la luminosidad de la habitación durante la noche.
- Reservar el dormitorio para dormir. No usarlo para trabajar ni para actividades lúdicas en general, como ver la televisión.
FOTO: Si el sueño es de mala calidad aparece la irritabilidad durante el día.
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