Adiós al ‘scroll infinito’: así pretende la UE ayudarnos a perder menos tiempo con el móvil

El ‘scroll’ infinito o la reproducción automática de vídeos podrían tener los días contados

La adicción al teléfono móvil es un hecho. En algunas ciudades incluso se han colocado indicadores luminosos en el pavimento, justo antes de un paso de cebra, para que los transeúntes sepan cuándo cruzar la calle sin dejar de mirar a la pantalla de turno. ¿Y qué decir de esas parejas que salen a cenar y consultan sus móviles sin dirigirse la palabra?

Buena parte de culpa de estos comportamientos la tienen las redes sociales, a las que muchas veces acudimos para evadirnos de la realidad… Las grandes corporaciones detrás de Instagram o TikTok (por ejemplo) lo saben y han desarrollado estrategias con las que mantenernos el mayor tiempo posible en sus aplicaciones.

Algunas de estas tretas han sido muy criticadas por el Comité sobre Mercado Interior y Protección del Consumidor de la Unión Europa (IMCO), que ha aprobado un borrador sobre la necesidad de regular redes sociales, juegos por internet, plataformas de ‘streaming’ y tiendas online. Su objetivo es «evitar que estos servicios digitales exploten las vulnerabilidades de los usuarios para captar su atención y monetizar sus datos».

Entre los mecanismos adictivos de las redes encontramos el llamado ‘scroll’ infinito, esto es, deslizar el dedo hacia arriba en la pantalla de cualquier dispositivo táctil para cargar contenido hasta cansarnos. Esto puede hacer que pasemos horas consultando fotos en Instagram casi sin darnos cuenta, por ejemplo. En línea con lo anterior, encontramos los vídeos que se reproducen automáticamente uno detrás de otro en TikTok; el ‘deslizar hacia abajo’ para actualizar la línea temporal de Twitter (ahora ‘X’); las publicaciones efímeras (‘historias’) que consultamos diariamente para no perdérnoslas; las notificaciones de contenido destacado en la pantalla de bloqueo del ‘smartphone’ o las confirmaciones de lectura de WhatsApp.

Los ‘likes’ o ‘me gusta’ también están diseñados para engancharnos a las redes, cimentadas en la constante búsqueda de validación externa por parte del ser humano: «Cuantos más ‘me gusta’ recibo más siento que valgo; más se activa la dopamina y más trabajo para conseguir aprobación ajena. Es una necesidad de refuerzo constante y puede convertirse en un problema», explica la psicóloga María Victoria Martos.

«Éticos y justos»

Kim Van Sparrentak, portavoz de la iniciativa emprendida por el IMCO, ha manifestado que «la autodisciplina no basta para vencer al diseño adictivo de las redes sociales. El uso problemático de los móviles afecta a nuestra capacidad de atención y al propio desarrollo del cerebro en edades tempranas. Combatirlo es uno de los retos de nuestro tiempo y si no intervenimos ahora, tendrá un impacto tremendo sobre las generaciones venideras. La UE ya cuenta con leyes férreas respecto a la comida, el alcohol y el tabaco. ¡Es hora de que ataje también la naturaleza adictiva de los servicios digitales!».

En este sentido, el Comité recalca que iniciativas recientes como la ‘Digital Services Act’ o la ‘Artificial Intelligence Act’ resultan insuficientes por no cubrir los vacíos legales. Insta así a incluir técnicas como el ‘scroll ‘infinito o la reproducción automática de vídeos en la directiva sobre prácticas comerciales injustas, lo que significaría prohibirlas para todos los usuarios de redes sociales en la Unión Europea. El IMCO apuesta, además, por obligar a que las compañías detrás de estas aplicaciones desarrollen «productos digitales éticos y justos; diseñados sin patrones oscuros, confusos o adictivos». Para ello, proponen instaurar un derecho digital a no ser molestado; a que las notificaciones estén desactivadas por defecto; al orden cronológico de las publicaciones; a los avisos del tipo ‘piensa antes de publicar’ y al desarrollo de campañas educativas para una vida digital saludable.

¿Lo sabías?

Diversos estudios referidos por el IMCO han vinculado el uso problemático de los smartphones con síntomas de salud mental tales como depresión, falta de autoestima, desorden alimenticio, estrés, desatención de la familia y las amistades, pérdida del autocontrol, insomnio y comportamiento obsesivo-compulsivo. Esto afecta especialmente a niños y adolescentes, quienes también pueden desarrollar desorden por déficit de atención si no hacen un uso saludable de la tecnología. Mientras la Comisión Europea no toma una decisión en firme sobre esta iniciativa (no se espera hasta el año que viene), lo cierto es que Apple y Google ya disponen de mecanismos para ayudarnos a desconectar del móvil. El más relevante son las estadísticas de tiempo de uso que podemos encontrar en el menú de ajustes de iOS y Android, donde hacernos una idea del tiempo medio diario que pasamos mirando a la pantalla y con qué aplicaciones. Desde el mismo apartado también podemos programar tiempos de inactividad o limitar el uso de apps concretas. Asimismo, resultan de utilidad los apuntes de Tristan Harris, antiguo ingeniero de Google y fundador del Center for Humane Technology, quien recomienda desactivar las notificaciones superfluas del teléfono; instalar el mínimo número de aplicaciones (agrupándolas por categorías para no consultarlas tan a menudo) y desinstalar las de redes sociales para obligarnos a visitarlas desde el navegador.

FOTO: ADOBESTOCK

https://www.ideal.es/vivir/tecnologia/pretende-desengancharnos-movil-union-europea-20231107184533-ntrc.html

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