Los malos resultados del informe no son solo atribuibles a la pandemia de covid

La octava edición del Informe Pisa, que ha evaluado el nivel de competencias de 690.000 estudiantes de 15 años en 81 países de la OCDE, aporta datos que no por esperados son menos preocupantes. Confirma, de entrada, que los cierres escolares provocados por la covid en 2022 han tenido un fuerte impacto en el aprendizaje de las tres materias que se evalúan: matemáticas, lectura y ciencia. Pero un análisis más profundo revela que en realidad la pandemia ha agudizado una larga y sostenida tendencia a la baja. La caída media en la OCDE ha sido de 17 puntos en matemáticas, 11 en lectura y 4 en ciencia. Si no ha sido mayor es porque algunos países asiáticos como Singapur, Taiwán, Japón o Corea han seguido mejorando. En la UE el retroceso es muy acusado: 20, 14 y 6 puntos de caída respectivamente.

‌España, con una muestra de 30.800 alumnos examinados, también ha experimentado un retroceso, pero al ser menor que el registrado en otros países se ha producido un efecto paradójico: el país está más cerca de la media. Es presumible que el más leve impacto de la covid tenga que ver con el acierto en los protocolos aplicados en el sistema educativo para que los estudiantes pudieran seguir el curso en línea, el regreso relativamente temprano a las aulas, la eficacia de las campañas de vacunación y la dotación de material informático para los más desfavorecidos. Un dato positivo es que España presenta un mayor grado de equidad, con un número elevado de estudiantes en la media y un menor porcentaje con malas notas, aunque el de alumnos con notas brillantes también es menor.

El informe muestra en cambio notables desigualdades territoriales, aunque también en este caso las distancias se acortan. Entre las dos comunidades con mejor y peor puntuación —Castilla y León y Canarias— la diferencia se ha reducido a 40 puntos, cuando en 2009 era de unos 60. Esta edición señala sin embargo caídas muy significativas en Cataluña y el País Vasco, que deben revisar a fondo las causas de este retroceso. Madrid mejora, pero lo hace respecto de unos resultados catastróficos en la pasada prueba.

‌En general, obtienen mejores resultados las comunidades con menor número de alumnos, una educación pública mejor dotada y más cohesión social. El informe constata que la situación económica cuenta mucho, con lo que eso condiciona la supuesta igualdad de oportunidades: la diferencia en matemáticas entre los alumnos de familias con mayor poder adquisitivo y los de menor es en España de 86 puntos. En todos los países, además, los estudiantes de origen inmigrante obtienen peores puntuaciones. También en España: 36 puntos menos en ciencias, 33 menos en matemáticas y 32 en lectura. Estas cifras alertan sobre la necesidad de reforzar con docentes y recursos los centros con mayores necesidades por razones económicas o de diversidad

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