ENTREVISTA ANI LÓPEZ PARA EL MIRADOR DE  ATARFE

1.- ¿Qué centro has amadrinado?

He amadrinado el colegio CEIP Clara Campoamor en Atarfe. Ha sido una sorpresa y una alegría amadrinar este centro, al que estoy muy agradecida, porque mi niña ha estudiado en este cole y de esta forma puedo devolver, aportando mi granito de arena, tanto cariño y entrega aportada por las maestras/os que la han acompañado en esta etapa escolar, con especial mención a la seño Ana Mari, que ha sido un “ángel” en nuestras vidas, y sin olvidar a los demás maestros (Belén, Josefina, Carmen, Mª Carmen, Violeta, Francis, Fran, Paqui, Esther, etc…) que con tanta paciencia han demostrado que lo suyo no es solo una profesión, sino una vocación. Y por supuesto a todo el equipo de comedor (Vicki, Montse, Sonia,…) que con tanto amor han desarrollado su labor cada día. Así que me ha removido muchos sentimientos llegar al cole y encontrarme muchos de los maestros a los que debo tanto.

2.- Y tú ¿De quién eres? ¿Cómo podemos conocerte un poco mejor?

Todo el mundo me conoce por Ani, tengo 44 años, y soy de Atarfe de toda la vida, como aquí decimos. He tenido la suerte de tener unos padres humildes, serviciales y muy trabajadores, que me han enseñado desde muy pequeña, con su ejemplo, que en la vida nadie te regala nada, que hay que esforzarse, y que con paciencia y tesón se consiguen las cosas.

Mi madre se llama Ana, y la gente la conoce como Ana la del herbolario, y mi padre se llama Juan Francisco, pero mucha gente le llama Paco o Paquito, el niño de Dolorcicas la de Contreras, o Dolores de la calle la Mina, como también conocían a mi abuela Dolores que en paz descanse y que tanto me ha hecho disfrutar con las historias de su infancia-adolescencia que me contaba, que serían dignas de una serie de TV de las que se llevan ahora.

Tengo dos hermanos, mi hermano mayor Juanjo, como la mayoría le conoce (aunque a mi madre le da mucho coraje que nos corten el nombre), y mi hermana pequeña Bea. Durante mi adolescencia, sobre todo, parece que no he tenido personalidad propia, porque siempre se han referido a mí como “la hermana de Juanjo o Bea”, así que mucha gente cuando esté leyendo ésto me recordará de esta forma. Cuando me casé, pasé a ser la mujer de José Carlos, el niño de Pepe el practicante, y posteriormente la madre de Marta, así que esto es un no parar, jajaja.

Siempre he sido una persona extrovertida, sociable, curiosa, perfeccionista y observadora. Me he considerado un poco ratona de biblioteca (mi lugar favorito) y ávida lectora. Aún recuerdo la antigua biblioteca del pueblo, con Pilar, la bibliotecaria, mi amiga Sandra y yo pasábamos muchas horas allí, era alucinante disponer de tantos libros. La verdad que antes estábamos siempre en la calle jugando, imagino que no nos mandaban tantos deberes o nos organizábamos mejor. Nuestras actividades extraescolares eran coger el bocadillo que te preparaba tu madre de pan, aceite y azúcar o de atún con tomate y salir a la placeta a jugar. Luego mas adolescente todas las amigas nos apuntamos al baloncesto, la mayoría éramos bastante malas jugando, todo hay que decirlo, pero nos lo pasábamos genial. Nuestros primeros entrenadores fueron mi hermano Juanjo, Mari Nati y nuestra alcaldesa Yolanda, cargo que asumían de forma voluntaria y con una paciencia férrea. Consiguieron con mucho esfuerzo que pareciéramos un equipo medio decente y hasta que ganáramos algún que otro partido, lo que fue todo un logro, o más bien un desafío.

3.-¿Qué estudios has realizado?

Mi etapa de infantil, aunque antes se llamaba parvulillos, la cursé en el colegio Nuestra Señora del Rosario, “las monjas” de toda la vida y actual SAFA, y de aquella época recuerdo sobre todo a Sor Dolores, su sonrisa, el cariño y paciencia con  la que nos trataba.

Con orgullo afirmo: “Yo soy de la EGB” que cursé en el colegio Dr. Jiménez Rueda, donde íbamos la gran mayoría de los niños del pueblo, y donde aprendí tantas cosas, fue una época muy bonita. Admiraba a todos mis maestros, para mí eran una fuente de sabiduría, cada día que iba a clase era una aventura porque siempre aprendía algo nuevo. Y mirando en retrospectiva también admiro como eran capaces de controlar una clase de más de cuarenta alumnos, jajaja.

Posteriormente BUP y COU los cursé en el Instituto Ilíberis, esta época fue una transición a todos los niveles hacia la universidad, ya empezaba a plantearme con más seriedad qué quiero ser de mayor, aunque creo que cambié de profesión unas cuantas veces. Me gustaban todas las asignaturas, y se me daban bien, así que era difícil elegir, aunque siempre sentí predilección por la biología, sentía como la ciencia me iba llamando, aunque aún no sabía dónde ubicarme.

Finalmente descubrí para mi sorpresa y más aún la de mi familia que yo quería trabajar en un hospital, quería ser enfermera, quería hacer algo por los demás, al igual que lo había visto hacer con mi padre cuando estuvo ingresado varios meses. ¡Yo que sentía pánico con solo cruzar el umbral del hospital!

Y entonces empecé a estudiar enfermería en la Escuela Universitaria Ciencias de la Salud (Universidad de Granada, Hospital Clínico San Cecilio) y formé parte de la primera promoción del siglo (1997-2000) como nos gustaba llamarnos de cachondeo entre los compañeros. Aquí viví una época muy intensa: estudiar, clases, prácticas de hospital, etc. Estaba exhausta, aunque ahora recuerdo con cariño las mil y una aventuras de mis años de prácticas en la universidad: si íbamos a cardiología, pues a practicar con los compañeros haciéndonos un electrocardiograma; los dos meses que estuve sin probar la carne cuando hice las prácticas de quirófano porque tenía metido en la nariz el olor a carne churrascada; los morados en los brazos cuando nos sacábamos sangre entre compañeros; como nos dábamos de tortas por hacer cualquier cosa en la planta del hospital, aunque fuese poner un enema, jajaja. Que energías teníamos!

Cuando acabé la carrera, trabajé en el servicio público, privado, y hasta me atreví a trabajar en el extranjero (Italia y Reino Unido). Me tocó una época complicada a nivel laboral, muchos compañeros cambiaron de profesión, y otros resistimos porque amamos nuestra profesión, trabajando en lo que se podía.

Además para no quedarte atrás, pues a seguir estudiando, porque la ciencia no deja de avanzar: cursos, ponencias en congresos, másteres universitarios, expertos universitarios, etc. Y finalmente descubrí que, de la multitud de opciones que te ofrece la enfermería (especialidades de enfermería, asistencial, investigación, docencia,..), lo que más me ha gustado siempre ha sido el área de pediatría, y entonces decidí que enfocaría toda mi formación en ese campo, y desde 2015 tengo también el título de Enfermera Especialista en Enfermería Pediátrica. Y desde 2018 desarrollo mi labor en el hospital Universitario Clínico San Cecilio, conocido como el PTS, en el área de Pediatría.

4.- Muchas mujeres tienen problemas para llegar a cumplir sus metas. ¿Te consideras Feminista?  ¿Cuales son los principales retos que la mujer debe superar para conseguir sus objetivos? ¿ Es fácil para una mujer meterse en el campo de la ciencia? ¿ que dificultades has tenido que superar para llegar hasta donde hoy has llegado?

No se sí puede decirse que me considero o no feminista, lo que sí creo es que todos debemos de ser valorados de igual forma, por nuestros méritos y no por ser hombre o mujer. Sinceramente creo que para la mujer es más difícil acceder a diferentes puestos de trabajo, simplemente por el hecho de ser mujer.Creo que la mujer tiene que demostrar más su valía, y yo he vivido situaciones muy incomodas e injustas en mi profesión. Recuerdo en una ocasión que en una entrevista de trabajo para una clínica privada, la entrevistadora (porque era una mujer) me dijo que me contrataba si le prometía que no me iba a quedar embarazada en unos tres o cuatro años, sentí vergüenza ajena, sobre todo porque ella también era mujer, creo que ha sido la única vez que me he levantado de una entrevista de trabajo y me he ido.

Quizás en la enfermería la mujer es más aceptada entre los pacientes o compañeros, porque es una profesión más femenina, pero he visto como se ha respetado más el trabajo de un médico por ser hombre que el de una doctora, que ha sido cuestionado solo por el hecho de ser mujer, y eso es muy frustrante.Otras veces, muchas mujeres para progresar en su trabajo, sobre todo cuando tienen que dedicar muchas horas a trabajos de investigación, les cuesta tener que renunciar o posponer cuestiones familiares como es la maternidad.

Y como he dicho antes, esto está cambiando, pero muy despacio.

5.- Solo el 19 % de las mujeres en España estudia una carrera científica, crees que hay cambiar los currículos para favorecer la incorporación de las mujeres a la ciencia? ¿Que le aconsejas a las chicas que hoy están preparándose para estudiar una carrera y tienen dudas de que elegir?

Me ha sorprendido la cifra, pensaba que era bastante más alta. Yo les aconsejaría a las chicas que tienen dudas para elegir, que no se pongan límites, que se paren a pensar que es aquello que les apasiona y que luchen por ello. Y sobre todo que no desaprovechen las oportunidades que les vaya ofreciendo la vida.

6.- ¿Que sientes al amadrinar un centro en Atarfe? ¿Cómo te has sentido en esta experiencia?

Me ha parecido una iniciativa maravillosa y cercana. Ha sido una experiencia muy bonita con la que he aprendido muchas cosas y he recordado muchas otras. Al preparar la presentación para el colegio, he vuelto a mis orígenes, he vuelto a experimentar esa ilusión de cuando estaba en el colegio, en el instituto, cuando acabé la carrera y toda mi trayectoria profesional. Ha sido bonito compartirlo con los niños, y animarlos a que luchen por sus sueños, y ojalá haya removido el corazoncito de alguno para que se dedique a esta maravillosa profesión como es la enfermería.

  

 

 

 

 

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