El milagro de la granadina Carmen Dorador: «Me dijeron que no podía ser madre»

ESTA NOTICIA APARECIÓ PUBLICADA EN IDEAL EL 27 DE FEBRERO,  DONDE LA PROFESORA DEL IES LA VEGA CARMEN DORADO Y NUESTRO VECINO SANTIAGO GARCÍA, HIJO DEL ENTRENADOR DE FUTBOL «CHIRLO», NOS RELATAN EN ESTE ARTÍCULO TODO LO QUE HAN PASADO PARA QUE CARMEN CUMPLA SU DESEO DE SER MADRE

A esta profesora le diagnosticaron leucemia mieloide crónica justo cuando ella y su marido, Santiago, decidieron formar una familia. Ha tenido dos hijas y lleva 45 meses sin tratamiento.

La risa de Rosa corre como un rayo por el exterior del Virgen de las Nieves. La niña, de dos años, estruja las batas de José Manuel y Soledad, que la reciben con los brazos bien abiertos. «¡Y esta niña bonita!», exclaman los médicos mientras le plantan cientos de besos apretados en las mejillas. Desde el carrito, Sofía observa la escena y se deja querer. «¡Pero qué grande está, por Dios! ¡Si solo tiene tres meses!». Los padres, Carmen y Santiago, intentan contener las lágrimas, pero no pueden. «Los consideramos familia porque les tenemos mucho que agradecer. No podemos ni expresarlo con palabras. Esto –abren las manos y señalan a sus hijas, que ahora cantan ‘Frozen’ con los sanitarios– es un milagro».

Carmen Dorador decidió que iba a ser madre poco antes de saber que era imposible. Por aquel entonces, a finales de 2018, estaba siempre muy cansada. «Más de lo habitual», recuerda. «Me estaba preparando las oposiciones y creía que era por eso». Santiago García, su marido, propuso que se hiciera un chequeo «por si era anemia y afectaba a la idea del embarazo».

El resultado del análisis, la cifra que robó toda su atención fue otra: «88.000 leucocitos. Nunca lo olvidaré», sigue Carmen. El diagnóstico fue leucemia mieloide crónica. «Pensé en quimio, en cuánto tiempo de vida me quedaba… pero entonces conocí a José Manuel, mi médico. Me dio mucha tranquilidad. Me dijo que no iba a morir. Y, desde el primer momento, supe que estaba en buenas manos».

Soledad de Linares y José Manuel Puerta.
Soledad de Linares y José Manuel Puerta. R. L. P.

José Manuel Puerta, jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del HUVN, le explicó qué era la leucemia mieloide crónica. «Es una alteración genética que hace que la médula ósea fabrique glóbulos blancos sin parar. Son células buenas, pero en una cantidad tan desorbitada que puede llegar a producir el daño orgánico».

En 2001, se descubrió un tratamiento con inhibidores que permite controlar la enfermedad y evitar que evolucione a una leucemia aguda, lo que sería fatal. «Es decir, que si se respeta el tratamiento, un paciente con leucemia mieloide crónica puede vivir tanto como alguien que no tenga la enfermedad».

«Discontinuar el tratamiento»

Pero Carmen quería ser madre. «Le dijimos –continúa Puerta– que no podía porque el fármaco puede producir daños en el feto». Los estudios científicos afirman que se puede «discontinuar el tratamiento» de una paciente a partir del quinto año, siempre que cumpla unas características específicas. «Yo no quería esperar… –suspira Carmen– En esos cinco años podía morir sin ser mamá. Lo pasé mal, la enfermedad me dio fuerte».

A los 18 meses de tratamiento, la leucemia estaba controlada con unos indicadores óptimos. Entonces fue cuando Carmen decidió que no iba a esperar los cinco años, que lo iba a intentar ya. Puerta y su equipo se pusieron a su disposición. Primero probaron con la fecundación in vitro, para no perder tiempo, y, a los cuatro meses, tuvo un aborto. Los niveles de la enfermedad, mientras tanto, no variaron nada. Al poco se quedó embarazada de forma natural y, haciendo una elipsis maravillosa, Rosa nació 9 meses después y Sofía, dos años más tarde.

«Su caso se sale de la literatura. No hay otro igual en el mundo, es el primero» José Manuel Puerta.Jefe Servicio Hemtaología HUVN

«Lo que estamos diciendo –destaca Puerta– es que Carmen lleva 45 meses sin tratamiento y los índices siguen controlados. Su caso se sale de la literatura. No hay otro igual en el mundo, es el primero. Quizás los embarazos puedan tener algo a nivel del sistema inmunitario que sea capaz de controlar la enfermedad sin tratamiento… O quizás sea suerte. El caso es que Carmen antepuso su familia a su propia vida. Y lo consiguió».

Atendiendo una llamada importante.
Atendiendo una llamada importante. R. L. P.

Carmen sigue sin tomar el tratamiento, pero con revisiones mensuales para controlar los índices de la enfermedad. Ella tiene claro que ha sido madre gracias a todo lo que le ha rodeado, un servicio sanitario volcado en una medicina de precisión. Hablamos de enfermería, ginecología y obstetricia, análisis clínicos y psiquiatría, claro. «Me arriesgué porque encontraba seguridad en mi médico, José Manuel, y el apoyo que necesitaba en Sole».

El ejemplo

Soledad de Linares Fernández es psicóloga sanitaria, experta en psicooncología y cuidados paliativos. «Llevo 22 años aquí –dice sonriente– y la historia de Carmen es lo mejorcito que nos ha pasado en mucho tiempo». A Carmen le costó «muchísimo» aceptar la enfermedad. «El suyo –continúa Linares– es el ejemplo de lo que supone el diagnóstico de una enfermedad de este tipo. Todos los pacientes sufren un derrumbe tremendo, los planes se van al traste. Planes como el deseo de ser padres».

«Carmen fue muy valiente porque no pensó en ella. Pensó en una futura familia»

Soledad de Linares

Psicóloga sanitaria

Después de tanto tiempo juntas, Sole y Carmen han forjado una amistad que va más allá de la consulta. «Hemos pasado muchas cosas muy duras. Hemos llorado tanto… Carmen fue muy valiente porque no pensó en ella. Pensó en una futura familia. Y nos preparamos para las peores situaciones, para todo lo que pudiera pasar… Pero, al final, querer es poder y, a veces, los milagros aparecen. ¡Dos veces!», ríen todos.

Sofía y Santiago, hija y padre.
Sofía y Santiago, hija y padre. R. L. P.

Carmen –que se sacó la oposición, por cierto, y ahora es profe en el IES Vega de Atarfe– cruza la mirada con Santiago, nutricionista clínico, que ríe y llora al mismo tiempo. «Estoy tan orgulloso de Carmen… Yo no quería al principio, veía muchos muros, mucha oscuridad. Yo tenía más miedo que ella… pero José Manuel y Sole hicieron un trabajo espectacular… Carmen será un caso único, pero es que José Manuel también ha sido un médico único, que ha puesto luz donde todos decían que era imposible. Porque él quería evitar que la enfermedad empeorara, pero también cuidar de Carmen, darle calidad de vida».

El mensaje

Entonces, pongamos que alguien se encuentra en una situación similar a la de Carmen. ¿Podría quedarse embarazada? «El valor fundamental de las ciencias médicas está en la evidencia –responde José Manuel–. Pero su caso no está basado en la evidencia. El milagro de la vida, es así. Ha salido bien, pero podía haber salido mal. Teníamos evidencias, un plan b, otros tratamientos si fallaba algo… Supongo que el mensaje para alguien en una situación similar es que el sistema sanitario está preparado para intentarlo. Y lo daremos todo para que salga bien».

«Carmen será un caso único, pero es que José Manuel también ha sido un médico único»Santiago García Padre

En las primeras semanas, tras el mazazo inicial del diagnóstico, Carmen y Santiago leyeron de todo en Internet. «Pero creo que es importante destacar que no hemos hecho nada fuera de la ciencia –dice el padre–. La desesperación te puede llevar a eso, lo entiendo, pero no era el camino». Entre los factores del éxito está, afirma el doctor Puerta, que Carmen no falló ni un solo día en su tratamiento: 18 meses perfectos. «Eso no se puede olvidar: si quitas al pastor, las ovejas se van… Solo que en el caso de Carmen, parece que su pastor dejó a las ovejas atontadas», bromea Puerta.

Rosa, Santiago, Carmen y Sofía, en la entrada del Virgen de las Nieves.
Rosa, Santiago, Carmen y Sofía, en la entrada del Virgen de las Nieves. R. L. PÉREZ

«¡Papá!», grita divertida Rosa, que juega a que está hablando por teléfono. Los mayores ríen con la ocurrencia y Sofía, que no ha dado un ruido, balbucea una sonrisa. «Un caso único en el mundo», repite Puerta, mirando a las niñas. Y todo porque Carmen quería ser madre. «No me lo había planteado hasta ese momento, pero lo visualicé claramente. Que me dijeran que era imposible me dio más ganas aún. Anteponía ese deseo a todo. Tenía un empeño que no sabría explicarte… Y ahora que las tengo –estruja a sus niñas entre los brazos, con los ojos brillantes como un rayo–… Ahora sí que lo puedo entender. El milagro».

José E. Cabrero

FOTO: Carmen Dorador y Santiago García con sus hijas, Rosa y Sofía, y los sanitarios José Manuel Puerta y Soledad de Linares. RAMÓN L. PÉREZ

https://www.ideal.es/granada/milagro-granadina-carmen-dorador-dijeron-madre-20240227002631-nt.html

 

 

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