El nuevo nudo de la A-92 de Albolote obligará a soterrar medio kilómetro la Circunvalación de Granada

La construcción del nuevo enlace entre las autovías A-92 y GR-30 obligará a soterrar al menos medio kilómetro de la Circunvalación de Granada a la altura de Albolote. Así lo recoge el pliego de prescripciones técnicas (PPT) del concurso público convocado por la Junta de Andalucía, y cuya redacción del proyecto final ha recaído en la empresa malagueña Civiliza Ingeniería por 294.135 euros. La solución para mejorar este nudo de comunicaciones, que registra unos altos niveles de accidentabilidad por su diseño, pasa por construir una gran rotonda al nivel que actualmente ocupa la GR-30, hundir esta vía bajo rasante, y mantener a su altura actual la A-92.

La propuesta parte de los estudios previos realizados por la Consejería de Fomento, que ofrecieron tres alternativas de trazado para solucionar la alta accidentabilidad que afecta al enclave. La escogida fue la denominada Integral, la cual cambia prácticamente por completo la ingeniería del nudo de autovías, pero que es la «más adecuada puesto que cumple el objetivo principal de mitigar la siniestralidad existente actualmente en el enlace», explica el PPT consultado por esta redacción.

La solución sobre la que se elaborará el proyecto de construcción gira, y nunca mejor dicho, sobre una rotonda, que será la que distribuya los flujos de tráfico. Esta quedará situada en un nivel medio en lo que es la actual rasante de la Circunvalación de Granada, en el kilómetro 3 de la GR-30, por donde pasa todo el tráfico. Esto obligará a establecer un nuevo nivel inferior para hundir en el terreno, durante cerca de medio kilómetro, la autovía GR-30 de la capital en sentido Jaén, y así no tocar la infraestructura ya construida de la A-92 en forma de viaducto en su kilómetro 241, y que ocupará el nivel superior.

Para hacerse una idea, la obra quedará de forma similar a como está configurado en la actualidad el nudo de la avenida de Andalucía con la GR-30, donde los vehículos que entran o salen de la capital lo hacen con un paso inferior, las salidas e incorporaciones se realizan en la rotonda conocida como Aurgi, y por encima discurre la autovía de Circunvalación.

Como explica el documento, la obra consistirá pues «en un enlace con glorieta, en el que los movimientos se organizan haciendo pasar todos los flujos de tráfico de intercambio entre las dos vías principales, por una glorieta situada a distinto nivel que dichas vías». «En el primer nivel, bajo la rasante se situará la GR-30», por lo que «será preciso ejecutar el soterramiento de la plataforma» (es decir, la carretera) a través de «pantallas de pilotes de un metro de diámetro, a ambos lados de la misma», recoge el pliego. Según el mapa de situación recogido el documento de la Consejería de Fomento, ese paso inferior tendrá al menos medio kilómetro.

Para el segundo nivel, el intermedio, se implantará «una glorieta sobre rasante», donde «se resolverán los movimientos de los ramales de enlace». «Para ello será necesario ejecutar cajones hincados que permitan el paso de la glorieta bajo la estructura de la A-92». El tercer nivel, el superior, por donde pasa la A-92, se queda igual, aunque necesitará la ampliación de su plataforma para poder acoger las nuevas vías de incorporación.

La Consejería de Fomento enumera como ventajas de este nuevo proyecto que la «conectividad con la red existente será mucho más fluida» que la actual. De hecho, es uno de los puntos más peligrosos de la red viaria de Granada, en su día configurado en forma de trébol, muy habitual en construcciones de ingeniería civil en los años 80 u 90. De un lado, los vehículos que bajan por la A-92 desde el Puerto de la Mora se ven obligados en muy pocos metros a frenar para tomar la curva de enlace con la GR-30 hacia Granada, a la vez que deben observar la incorporación de quienes vienen desde la propia GR-30 para coger el sentido Sevilla. Al tener una señal de stop, muchas entradas se producen desde cero, obligando a los vehículos a acelerar en poco espacio y a medir su incorporación vigilando la velocidad de quienes llegan por la A-92. Esto provocaba multitud de accidentes en la zona. De hecho, con esta obra, los «movimientos estarán más compartimentados, lo que es más efectivo desde el punto de vista de la siniestralidad».

El proyecto de redacción está recién licitado y la empresa adjudicataria tendrá un año para elaborarlo. Posteriormente se remitirá a la administración autonómica para que Fomento lo estudie, lo someta a información pública y se formulen alegaciones, y luego saquen a licitación las obras. En ese sentido, faltan aún al menos dos años para que se inicie la construcción del nuevo nudo.