«La acción ciudadana contra la distracción política» por Àngels Barceló

Ayer, con pocas horas de diferencia y en dos países distintos, dos iniciativas ciudadanas cosecharon un importante éxito que reivindica la acción de la gente frente, a menudo, la pasividad o la distracción, por llamar de alguna manera a las guerras partidistas que dejan en un segundo plano la acción política, la gestión, en definitiva.

Aquí en España, el Congreso, excepcionalmente con una mayoría muy amplia -se quedó sola la ultraderecha votando que no-, admitió a trámite una iniciativa legislativa popular para regular a las personas migrantes que viven y trabajan en nuestro país. Era una propuesta que firmaron cerca de 700.000 ciudadanos, ciudadanos y ciudadanas como usted o como yo, que se sintieron interpelados por el llamamiento que hicieron colectivos de inmigrantes y apoyado por más de 900 organizaciones, entre ella Cáritas y la Conferencia Episcopal. Ahí es donde se vio atrapado el PP: cómo rechazar una propuesta con la firma de la Iglesia. Es verdad que, de momento, solo es la admisión a trámite, que ahora los grupos parlamentarios pueden presentar enmiendas y que los populares ya han dicho que no es responsable dar el mensaje de que las entradas irregulares acaban siendo regularizadas. Pero no cabe duda de que obligar al Congreso a debatir sobre la regularización de todas estas personas migrantes, situarlo en la agenda política, ya es todo un éxito, y es un éxito de la gente.

Y la segunda iniciativa impulsada por la ciudadanía nos lleva hasta Suiza. Allí, un grupo de mujeres, unas 2.000, consiguió que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, condenara a su país por su inacción ante el cambio climático. Estas mujeres, agrupadas en la Asociación Suiza de Mujeres Mayores por el clima, denunciaron a su país ante el tribunal de Estrasburgo porque aseguran que la inacción de las autoridades suizas en materia climática las pone en riesgo de morir, por ejemplo, durante una ola de calor. Y el Tribunal les ha dado la razón y condena al gobierno suizo por incumplir sus propios objetivos de reducción de emisiones de efecto invernadero.

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Así que, ya ven, cuando la actual situación política de su país les lleve al rechazo, a pensar que nada sirve de nada, que la política es inútil, que los políticos no están a lo que deberían estar, cuando estén a punto de bajar los brazos, piensen que la política también es cosa nuestra, y que nuestras iniciativas pueden obligar a modificar la agenda de los políticos. Las dos noticias que les acabo de contar son la prueba de ello. Así que hoy podemos empezar el día con motivos para la esperanza porque no está todo perdido.

 

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