En la torre de la Iglesia se ubican tres campanas de bronce fundido de diferentes dimensiones, ofreciendo cada una de ellas un timbre especial y mostrando su nombre grabado en su copa.

La campana más grande y también la más antigua, mide 98 cm de alto y 98 cm en su base. En la parte superior tiene su nombre escrito: “CONCEPCIÓN”. En el inferior se lee el texto:

“ME HIZO D. MANUEL RIVAS SIENDO CURA PROPIO D. JUAN NAVARRO ESCAMEZ Y ALCALDE D. MIGUEL JIMENEZ ABRIL AÑO DE 1879”.

Esta campana emite un sonido en Do, y es la que marca las horas . Una segunda campana, muy parecida en tamaño a la grande, tiene 84 cm de alto y 84 cm en su base En el centro de la campana está grabada la marca de la empresa: “GRAN FUNDICIÓN DE CAMPANAS, JOSE CABRILLO MAYOR, SALAMANCA”.

En la parte inferior pone “PARROQUIA DE LA ENCARNACIÓN” y “SAN JUAN” siendo este último el nombre de la campana. Su parte superior presenta adornos, aunque algo deteriorados, grabados sobre el metal. Emite el sonido de la nota La #, y de las 3 campanas es la única que voltea por completo.

La campaña  pequeña tiene unos 45 cm de alto y 45 cm en su base. En ella está grabado el año de creación (1767) y su nombre (JESUCRISTO). El sonido que emite es la nota Si.

Reseña Histórica

Las campanas se han utilizado ampliamente para comunicar a la comunidad los eventos religiosos y seculares, para conmemorar eventos importantes o a personas. Las campanas, ya conocidas de los pueblos egipcios y asiáticos en forma de campanillas y usadas también por los griegos y los romanos, fueron adoptadas por la Iglesia católica para convocar a los fieles. Los romanos les dieron el nombre de tintinábula y los cristianos las llamaron signum porque servían para señalar o avisar la hora de las reuniones. Pero ya en el siglo VII, si no antes, se llamaban campanas, como consta por escritores de la época.

Los Concilios celebrados en el Siglo XVI prohibieron que las campanas se destinaran a otros usos que los religiosos, pero se dispensó de tal prohibición en casos de utilidad pública, anunciando fuego, mal tiempo y otras emergencias.

Como medio de comunicación popular tienen un peculiar lenguaje que se ha ido modificando a lo largo de la historia. Los toques más habituales eran:

-El alba, que se tocaba al amanecer para interrumpir el descanso nocturno y empezar el trabajo de un nuevo día.

Los toques de la misa. A cuerda y desde la parte baja del campanario, sujetando dos cuerdas por mano y con mucha habilidad se llamaba a los fieles a misa festiva. Este toque también se utilizaba en las novenas Con la campana mediana, y un ritmo normal, finalizando con 1, 2 o 3 toques según se acercaba la hora de comenzar la misa. Son tres toques: el primero media hora antes de misa con un toque al final, se repica otra vez las campanas cuando falta 15 minutos para la eucaristía (dos toques al final) y el último justo a la hora de comenzar con tres toques al finalizar el repique.

El ángelus. Con la campana mediana y a ritmo rápido que se interrumpía tres veces por un toque de la campana grande, era un toque diario a las 12 de la mañana. Se paralizaba el trabajo y todo el mundo se ponía de pie con la cabeza descubierta y levemente encorvados hacia la torre, oían en silencio con mucho respeto y devoción cada lento y espaciado pero contundente tañido, rezando, mientras sonaban, su correspondiente Ave María.

-Repique de campañas. En fiestas mayores y procesiones se volteaban a mano las campanas. Este repique también se ha utilizado para la diana floreada en las Fiestas Patronales, acompañando el sonido alegre de las campanas al disparo de cohetes y palmas reales.

-Señales de difuntos. Se tocaban el día del fallecimiento, anterior al del entierro. La primera señal se tocaba antes de la misa primera del día si el muerto había fallecido por la noche. Si fallecía entre las 7 de la mañana y las 12 del mediodía, la señal era después del Ángelus. Si fallecía después del mediodía, se tocaba después del Ave María.

-Entierro. Toque impulsado por cuerda a dos campanas. Con los toques se indicaba el sexo del fallecido (dos toques si era mujer y tres toques si era hombre).

-Toque de ángel, Cuando moría un menor de siete años (antes de tomar la comunión), se procedía con este toque. Las dos campanas pequeñas y una mayor velocidad en la secuencia era lo que distinguía el toque de ángel. Como en los adultos, 3 y 2 toques si el párvulo muerto era niño o niña.

-Toque de arrebato o de fuego. Sólo con la campana pequeña y a buen ritmo y sin parar durante mucho tiempo (10 ó 15 minutos) hasta que la gente acudía al lugar del siniestro.

-Ánimas. Tres toques secos con la campana grande en secuencia de un minuto. En otoño-invierno era a las 9 de la noche y en primavera-verano a las 10. Normalmente este toque de ánimas era utilizado por las madres para marcar la hora de regreso de los hijos a casa. Entre el primero y el último de estos tres toques era normal ver a chavales corriendo en busca del hogar paterno.

-Reloj. La campana grande es la que se escucha cuando el viejo reloj da las horas.

Las campanas, hoy en día están automatizadas perdiéndose el trabajo del tañedor. Son programadas por un sistema automático en el que se diferencia los toques de la eucaristía, tipos de eucaristías, toque festivo y la hora.

PUBLICADO EN EL LIBRO » ATARFE PATRIMONIO CULTURAL Y NATURAL» (2015) FRANCISCA LÓPEZ, IÑAKI NIEVA Y MANUEL GUERRERO

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