ATARFE CELEBRA SU PARTICULAR HOMENAJE A LUIS EDUARDO AUTE EN ESTA SEMANA

Miles de buitres callados van extendiendo sus alas, parece que adivinaran que el día que se avecina viene con hambre atrasada. ¡Maldito baile de muertos! Busco un lugar donde pueda olvidar del mundo, la maldad. De todas mis flaquezas sacaré la fortaleza para encontrar la libertad.

Enemigo de la guerra y su reverso, la medalla. No propuse otra batalla que librar al corazón de ponerse cuerpo a tierra, bajo el paso de una historia que iba a alzar hasta la gloria el poder de la razón.

Andando, como el vendaval que pasa por el resto de una brasa dentro de un glaciar, sin norte, sin oeste, sin este y extraviado del sur. Como gira este mundo, de la luz a la sombra, de la sombra a la luz.

Me dice el corazón que no soy de este planeta, que caí de algún cometa fuera de circulación. O acaso sea un clon, de algo así como un salvaje que articula algún lenguaje de una extraña dimensión. Sucede que, entre la fe y la felonía, la herencia y la herejía, la jaula y la jauría, entre morir y matar, prefiero amor. Prefiero amar.

Y que le voy a hacer si me falta alguna pieza, por creer que la belleza no se rinde ante el poder. Reivindico el espejismo de intentar ser uno mismo. Ese viaje hacia la nada, que consiste en la certeza de encontrar en tu mirada la belleza.

Qué tontería, qué cosas se me ocurren, no soy nada sutil, todo esto es tan pueril, si yo solo pasaba, pasaba por aquí…

 Comprometido y batallador, tímido y provocador, desvalido y seductor. Luis Eduardo Aute añoraba ser recordado por su obra a cambio de que su persona fuese olvidada. En el anhelo de complacer su deseo, como a bien seguro habréis apreciado, diré que el texto que antecede, en armonioso surrealismo, está creado íntegramente con versos de sus canciones más conocidas.

Compositor, cineasta, pintor, poeta y cantautor… Aute, aseguraba ser aprendiz de todo, un curioso irremediable que, a menudo, sentía deseos de presentar su renuncia irrevocable a ser adulto. Siempre sostuvo que, el día que considerase que lo sabía todo estaría muerto como persona.

De padre catalán y abuelos andaluces, en mi fuero interno fantaseo imaginando que la raíz de su talento procede de nuestra tierra, la misma que ha engendrado a tantos artistas, Andalucía.

Fue laureado en todas las disciplinas que practicó, con tremendo éxito. Finalmente, Luis Eduardo, nos dejaba con el único consuelo de poder disfrutar por siempre de su vasto y extenso legado. A partir de abril del año 2020 sus admiradores y admiradoras vivimos, «terriblemente (…), sin su latido.»

En los próximos días, concretamente del 23 al 31 de mayo, la Ciudad de Atarfe rinde homenaje a este gran artista en una gran diversidad de eventos culturales organizados por la Concejalía de Participación Ciudadana, con la colaboración de la Concejalía de Cultura. Consulta fechas y horarios en el siguiente cartel del Ayuntamiento de ATARFE:

 

 

 

 

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