3 diciembre 2024

24 grados en Asturias y 40 en Córdoba: Sanidad activa el plan especial por calor con un nuevo mapa de alertas más preciso.

El sistema divide España en 182 zonas para las que se fijan las temperaturas a partir de las que se disparan los fallecimientos.

El Ministerio de Sanidad ha activado este jueves el plan nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperatura sobre la salud, que busca reducir las muertes y enfermedades durante los episodios de más calor. El plan, que se pone en marcha en colaboración con las comunidades autónomas, estará activo hasta el 30 de septiembre, aunque podría extenderse al 15 de octubre si persiste el calor como ha ocurrido años atrás, un fenómeno vinculado a una crisis climática que está alargando los veranos y disparando los episodios de altas temperaturas. Este 2024 el plan especial del calor de España cumple 20 años (se puso en marcha en 2004, tras el mortífero verano de 2003 en Europa) y contiene una importante novedad: un nuevo mapa para activar las alertas más preciso.

El sistema de avisos por calor de Sanidad maneja dos variables principales: las temperaturas a partir de las que se dispara la mortalidad de forma estadísticamente significativa en un área y la previsión de la duración de las olas de calor. A partir de los pronósticos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) se establecen cuatro niveles de alerta para la población, teniendo especial atención en el caso de los mayores y los niños, los más expuestos a sufrir problemas de salud. Las temperaturas de disparo de la mortalidad no son iguales en todos los lugares y hasta ahora se han usado para activar las alertas 52: uno para cada provincia, además de las dos ciudades autónomas. Pero dentro de una misma provincia puede haber diferencias muy grandes, por lo que ahora se intenta afinar más el sistema a partir de una investigación del Instituto de Salud Carlos III coordinada por la especialista Cristina Linares.

En el plan de este año se pasa de los 52 umbrales provinciales a 182 correspondientes a las denominadas zonas de meteosalud (áreas de territorio homogéneas en cuanto al comportamiento de las temperaturas diarias). Para comprender la importancia de este cambio hay que tener en cuenta que dentro de cada provincia puede haber hasta cinco zonas de meteosalud o regiones isoclimáticas diferentes. Y dentro de una misma provincia puede haber diferencias de más de 11 grados Celsius en la temperatura que dispara el número de fallecimientos. Es el caso de Lugo: el umbral establecido para la zona de A Mariña, en la costa norte, es de 25,5 grados; mientras que el del sur de la provincia está fijado en 37,1 grados.

Julio Díaz, otro de los investigadores del Instituto de Salud Carlos III que ha participado en este proyecto, explica que para determinar esas 182 zonas de meteosalud se han tenido en cuenta los datos de cientos de observatorios y se han comparado con las cifras de mortalidad ligada al calor durante los episodios extremos en el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2009 al 31 de diciembre de 2018. Entre las zonas puede haber amplias diferencias teniendo en cuenta multitud de factores, como lo adaptada que esté la población. Por ejemplo, en la campiña cordobesa es donde la temperatura de disparo es más alta de todo el país: 40,4 grados. Es decir, hasta que un episodio de calor no llega a esa temperatura no se aprecia un aumento estadísticamente significativo de las muertes. En cambio, en Asturias, donde el límite es más bajo de toda España, empieza a ocurrir a partir de los 23,9 grados, según se refleja en el plan nacional activado este jueves.

Fuentes de Sanidad explican que el plan se ha puesto en marcha este 16 de mayo todavía con el mapa provincial por motivos logísticos, pero esperan que el 3 de junio el sistema de alertas ya esté listo para lanzar los avisos para las 182 zonas de meteosalud. En cualquier caso, en el ministerio no esperan que en las próximas dos semanas se produzca alguna ola de calor que obligue a lanzar avisos. Otra cosa es lo que pueda ocurrir durante el verano, porque desde el sistema europeo de satélites Copernicus ya han advertido de que existe una alta probabilidad (por encima del 70%) de que este verano vuelva a ser más cálido de lo normal. El pasado ya fue el más caluroso jamás registrado en el planeta y en España más de la mitad del mes de agosto hubo declaradas olas de calor.

El cambio climático causado por el ser humano hará que este tipo de episodios y veranos tórridos vayan a más. “Se prevé un aumento de las temperaturas extremas, una disminución de precipitaciones y una disminución de la cobertura de nieve”, se apunta en el plan nacional respecto a los pronósticos para la región mediterránea europea en los próximos años debido al calentamiento global. Por eso se necesitan sistemas de alerta cada vez más eficientes para que los avisos sean más efectivos, explica Díaz. Este investigador destaca que España puede considerarse pionera en el establecimiento de un sistema basado en zonas de meteosalud y resalta como una de las claves la colaboración para ello de tres ministerios: Sanidad, Ciencia y Transición Ecológica.

Personas mayores

El exceso de temperatura afecta a la salud por varios mecanismos, que pueden conducir incluso a la muerte. Puede suceder un golpe de calor, que lleva a un fallecimiento súbito por una exposición a una temperatura muy alta y puede afectar a incluso personas sanas, pero no es lo más frecuente. Las víctimas suelen ser personas muy mayores (el riesgo se dispara por encima de los 80 años) con otras patologías y que pueden sufrir fallos orgánicos después de días consecutivos de calor. En el plan nacional activado este jueves se apunta a que las estimaciones de Momo (el sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas) los excesos de mortalidad atribuible a temperatura en España entre los años 2015 y 2023 fueron de 21.774 defunciones. El año 2022, con 4.789 defunciones atribuibles al calor, fue el que tuvo más excesos, seguido de 2023, con 3.009 defunciones. Las defunciones se concentran fundamentalmente en los mayores de 65 años.

Para el colectivo de personas mayores planes como el que ahora se ha activado pueden ser útiles para saber cuándo corren más riesgo y evitar salir a las horas centrales del día o tomar precauciones como beber más líquidos. “Sospechamos que pueden ser positivos, pero no hay literatura científica que lo aclare. Necesitaríamos hacer evaluaciones que nos digan cuán efectivos son, si se pueden mejorar o qué hay que cambiar”, explica Hicham Achebak, que investiga los efectos de las altas temperaturas en la salud en el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (Inserm) de París. Sin embargo, en el plan nacional español se destaca que “las últimas evidencias científicas refuerzan la idea de que los planes de prevención tienen un efecto real sobre la disminución de la mortalidad asociada a los excesos de temperatura”.

Achebak destaca que estas alertas, sin embargo, tienen poca utilidad a la hora de proteger a las personas vulnerables en sus propias casas si no tienen aire acondicionado. “Lo que haría falta para estas personas es aportar recursos materiales para que puedan instalarlo y usarlo, ya que es prácticamente la única herramienta que tenemos en estos contextos”, señala Achebak. Un estudio publicado el pasado diciembre comprobó cómo los hogares españoles están cada vez mejor adaptados, por lo que se ha conseguido reducir la vulnerabilidad climática. Esto, en verano, está claramente correlacionado con el aumento de aparatos de aire acondicionado.

“Los eventos extremos cálidos aumentarán su frecuencia, al contrario que los eventos extremos fríos”, se advierte en el plan activado ahora. Sin embargo, esto no significa que los episodios de frío no causen también fallecimientos. El siguiente paso que quiere dar Sanidad es el establecimiento también de temperaturas de disparo de la mortalidad por frío para poder así contar también con un sistema de alertas. Pero, para eso, se necesita todavía poner en marcha investigaciones como la que ha permitido establecer los umbrales para ahora las 182 zonas de meteosalud.

Manuel Planelles          Pablo Linde      Luis Sevillano (Mapa)

FOTO: Una persona se refresca en la plaza de Las Tendillas de Córdoba durante una de las olas de calor del julio pasado.Salas (EFE)

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