El camino a la ciudadanía europea
El camino a la ciudadanía europea: Estos son los obstáculos y disparidades en el proceso de nacionalización de cada país
- En 2022, los países de la Unión Europea nacionalizaron casi un millón de personas, lo querepresenta solo el 2,6% de toda su población extranjera. España está entre los lugares en los quelleva más años de residencia previa se exigen para convertirse en ciudadano.
- Además de los largos periodos de residencia, muchos países imponen requisitos adicionales como ingresos estables y costosos procedimientos, lo que dificulta el acceso a la nacionalidadpara muchos aspirantes.
- Una investigación de Civio analiza los detalles de esta disparidad y variado abanico de desafíosy barreras que entraña para los residentes extranjeros que desean convertirse en ciudadanos encada país.
En 2022, los países de la Unión Europea nacionalizaron casi un millón de personas, lo que representa un 2,6% de toda su población extranjera residente. Sin embargo, el proceso para obtener la ciudadanía varía significativamente entre países, lo que refleja una gran disparidad en los tiempos y requisitos necesarios para acceder a la nacionalidad. Una investigación de Civio para la Red Europea de Periodismo de Datos (EDJNet, en inglés) analiza esta disparidad y, además, el variado abanico de desafíos y barreras que entraña para los residentes extranjeros que desean convertirse en ciudadanos en cada país.
Según los datos, en 2022, Suecia se posicionó como el país que más proporción de extranjeros nacionalizó, con un 10%. Le siguieron Países Bajos e Italia, con tasas del 4,36% y 4,25% respectivamente. España nacionalizó al 3,36% de su población extranjera, mientras que Estonia y Letonia se quedaron en el 0,5%. Estos datos muestran una disparidad considerable en la política de nacionalización dentro de la UE.
Cada país de la UE tiene sus propios plazos y requisitos. Por ejemplo, Francia, Bélgica y Chipre requieren cinco años de residencia legal para solicitar la nacionalidad, mientras que Alemania, tras su reciente reforma, reducirá su plazo de ocho a cinco años a partir de junio de 2024. En España, Italia y Austria, el plazo máximo exigido es de diez años.
Thomas Huddleston, experto en migraciones de la Universidad de Lieja, Bélgica, afirma: «Las personas que consiguen la nacionalidad tienen más probabilidades de ascender en su vida y empleo porque están mejor consideradas por la opinión pública y las empresas. Nacionalizar a las personas migrantes es una de las mejores inversiones en integración, ya que da seguridad sobre su futuro en el país”.
Vías rápidas y excepciones
Varios países europeos ofrecen vías rápidas para ciertos grupos de población. En Luxemburgo, un residente casado con un ciudadano puede solicitar la nacionalidad tan solo con tener permiso de residencia, aprobando un examen de idioma y un curso sobre la vida en el país. En España, el plazo se reduce a un año para cónyuges y descendientes de españoles, y a dos años para ciudadanos de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y Portugal.
Además, países como Austria, República Checa, Grecia, Italia y Rumanía reducen el plazo de residencia a entre tres y seis años para ciudadanos de la UE o del Espacio Económico Europeo. Finlandia y Dinamarca acortan los plazos para ciudadanos de los países nórdicos.
Nacionalización por méritos y situación especial
En España, la nacionalidad por carta de naturaleza se otorga a discreción del Gobierno y ha beneficiado a 108 personas en 2023, incluyendo al jugador de baloncesto norteamericano o Lorenzo Brown, que sin haber vivido nunca en España, ni siquiera haber jugado en ningún equipo español antes, pudo ser el base de la selección española en el Eurobasket.
Algunos países, como Malta, Chipre y Bulgaria, han incluido inversiones en el país como una vía para la nacionalización. Aunque Bulgaria y Chipre han eliminado esta opción debido a la presión europea, Malta la mantiene y está pendiente de un proceso judicial en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Desafíos y barreras
El camino hacia la nacionalización está lleno de obstáculos, subrayan las autoras de esta investigación. Además de los largos periodos de residencia, muchos países exigen exámenes de idioma y cultura. En Dinamarca, el examen de cultura es conocido por su dificultad, incluyendo preguntas sobre legislación y restaurantes con estrellas Michelin. En España, Civio pone el ejemplo de Magali Varela, trabajadora social jubilada, que reside en el país desde 2017, y cumple todos los requisitos para solicitar la nacionalidad, pero el Ministerio de Justicia no gestiona su solicitud para que la eximan del examen de cultura que se exige para pedir su nacionalización. Aunque la ha solicitado tres veces, solo recibe mensajes automáticos que le piden documentación que ya ha entregado.
Otro obstáculo significativo es la estabilidad económica. En más de una decena de países europeos, uno de los requisitos es tener una fuente de ingresos estable. Grecia, por ejemplo, denegó la nacionalidad a una residente moldava de 61 años por no alcanzar los ingresos mínimos requeridos, a pesar de haber aprobado los exámenes de cultura e idioma.
Costos asociados y tiempos de espera
Los costos del proceso de nacionalización también varían ampliamente. En España, el trámite puede costar alrededor de 830 euros, incluyendo tasas, documentos, traducciones y exámenes. En otros países, el coste específico de la solicitud, sin contar otros gastos, es más bajo o incluso inexistente, como en Hungría o Luxemburgo.
El tiempo de espera para la resolución de las solicitudes también varía. En Bélgica, el plazo oficial es de cinco meses, mientras que en Eslovaquia es de dos años. En España, aunque el plazo legal es de un año, la práctica habitual es de alrededor de tres años, y en 2023 aún había 520 solicitudes pendientes de resolución desde 2015.
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