ATARFE: Sima de la Raja Santa
Localización: Se accede por la carretera nacional N-432, en el Km 431, a través de la calle de la Lastra, en la que encontramos una antigua cementera. Continuamos el camino dejado atrás la bifurcación, hacia la zona de la cantera, donde tomamos el camino ascendente sin dejar el piso asfaltado que nos lleva a una cantera abandonada. En el corte de la misma, y sobre un corto y empinado terraplén, se abre la cavidad.
Estado: Bueno
Es la cavidad termal más conocida y famosa del macizo por su gran interés espeleológico e hidrogeológico y está condicionada por la fracturación y/o disposición de los materiales que la forman. Cuenta con un desnivel de -163 metros y un desarrollo de 754 metros., encontrándose a 660 metros de altitud.
La entrada a la sima es un pequeño conducto artificial de unos 30 cm x 50 cm que da paso entre bloques a unos cortos resaltes. Una diaclasa con orientación norte–sur lleva a la entrada de la zona de Los Tornillos que es un conjunto de gateras y pasos estrechos que se abre a un pozo de 40 metros de profundidad llegando a una base. Desde esta base se conecta a la Vía de San Andrés, explorada por primera vez por Andrés Moral Tello del Grupo Lemus (Jaén) y este sector conecta con el Paso de los Carniceros.
Sin desviarse hacía la Vía de San Andrés, la cavidad se prolonga por otro pozo de 8 metros que se dirige hacia la zona de la Virgen o hacía las grandes zonas inundadas. Para llegar al agua por esta zona, se debe descender por un pozo de 7 m, otro de 9 m. y en la base de este último hay dos vías: una hacía un pozo que llega al agua o por un descenso escalonado que conecta a una gran repisa donde se encuentra la estatuilla de la Virgen de Fátima y una placa.
Desde ahí también se puede descender por otro pozo vertical de 12 m hasta el agua, a 120 m de profundidad. Este sector es el más espectacular por la gran profundidad de sus aguas. Hasta la fecha se ha llegado a descender hasta alcanzar una cota de 43 m, continuando en profundidad la columna de agua. La dirección del agua sigue el curso de este a oeste (hacía la zona de la Virgen), o sea, desde Atarfe hasta Pinos Puente. Estas aguas tienen una temperatura constante de 32°. En 2005 sufrieron una importante contaminación por algún tipo de aceite o grasa cuyo origen al parecer no se ha podido demostrar.
En la actualidad se encuentran relativamente limpias y los restos de aquella sustancia se limitan a costras en la pared. Las primeras exploraciones realizadas en esta cavidad fueron el 10 de Agosto de 1950 por el Grupo de Espeleólogos Granadinos, realizando una topografía de una parte de la sima y alcanzando una profundidad de 90 metros.
Posteriormente, este grupo volvió a descender logrando descender a 120 m y localizando en el fondo de la misma un importante curso de Atarfe en papel agua termal a una temperatura de 32 ⁰ C.
En la década de los 60 son fundamentalmente dos Grupos los que desarrollan la mayor parte de las expediciones: el Grupo Espeleológico Pedro Acuña (GEPA) y el Grupo Alpino 4P (sección Espeleología). El primero de ellos descubrió en 1966 un nuevo ramal «Sector o Zona de la Virgen” terminando sus exploraciones al alcanzar el nivel del agua. En dicho lugar se situó una estatuilla de la Virgen y una placa conmemorativa de su V descenso a la Sima. Respecto al Grupo Alpino 4P, descubrió las grandes zonas inundadas de largo recorrido de la Raja Santa, al conseguir franquear el Paso de los Carniceros de morfología estrecha y con abundantes cristalizaciones, llevando a cabo una topografía más completa de la cavidad.
En 1972 las exploraciones cesaron durante un periodo debido al cierre del acceso a la sima, al cual el Ayuntamiento se vio obligado situando en su entrada un reja protectora a causa de varios accidentes allí ocurridos de personas ajenas a la espeleología. Y posteriormente la entrada fue obstruida debido a las voladuras de una cantera muy próxima.
Pero el 25 de Marzo de 1977, el Grupo Espeleológico Ilíberis de Granada encontró una pequeña obertura que accedía a la Raja Santa. Desde ese momento continuaron las exploraciones adquiriendo ya una importancia espeleológica a nivel nacional.
En 1980 se llevó a cabo su levantamiento topográfico, quedando por cartografiar el sector o zona de la Virgen. Asimismo se realizaron algunos ensayos batimétricos en el primer lago, alcanzándose un desnivel máximo de -152 m; siendo la cavidad más profunda conocida en Granada hasta entonces. En 1981, un equipo multidisciplinar del grupo de espeleólogos granadinos y del grupo de exploraciones subterráneas de la sociedad espeleológica de Málaga, realizaron conjuntamente una topografía de esta sima y, gracias a una inmersión, se llega a alcanzar el récord de desnivel en Granada: -163.5 m. Y un recorrido de 583 m.
Desde comienzos de su descubrimiento y debido al grado alto de dificultad, han ocurrido varios accidentes que han marcado el nivel de precaución a lo largo de las exploraciones. En 1959 unos jóvenes atraídos por las noticias sobre la raja santa, penetran en la misma con la desgracia de que uno de ellos cae al fondo de la primera repisa y rodando vuelve a caer unos 25 m más hasta al fondo del gran pozo. Tras recuperar el conocimiento logró ser rescatado por la Guardia Civil de Atarfe (IDEAL 27 de marzo de 1959).
Otro accidente que se publicó en la prensa fue el ocurrido el 24 de noviembre de 1968: un joven vecino de Santa Fe también cayó al fondo, siendo rescatado por los Bomberos de Granada, sufriendo un traumatismo cráneo-encefálico (Hoja Oficial del Lunes, 25 de noviembre de 1968).
En el 1972 también hubo un rescate en el interior de la sima por el grupo de bomberos de Granada, el grupo juvenil de O.J.E. y miembros del Grupo Spes de Granada. El joven de 14 años afortunadamente logró sobrevivir (Hoja Oficial del Lunes, 21 de Febrero de 1972). El 14 de Febrero de 1982, murió ahogado en el primer lago de Raja Santa, Pedro Luis Hernández Rojo, espeleólogo miembro de la S.G.E.G., cuando se disponía, junto con otros compañeros, a equipar con cuerdas fijas las zonas inundadas de la cavidad (Mediterráneo, 16 de Febrero de 1982).
Ésta es una cavidad peligrosa que requiere para su exploración preparación y material específico para la práctica de espeleología.