23 noviembre 2024

Emigrar es un verbo familiar en la historia de España, desde los barcos repletos de campesinos que llegaban a Buenos Aires en el siglo XIX hasta las comunidades que se afincaban en Suiza o Alemania en los años sesenta del siglo pasado. Según informa un artículo de la BBC, la tendencia había cambiado por la transformación económica española. De país emisor se convirtió en receptor de inmigrantes, INCLUSO ATARFE.

El Instituto Español de Emigración (IEE) cifró en un millón de personas la emigración que entre 1959 y 1973 salió a Europa, el 70% de todos los españoles que en un breve periodo de 15 años partieron con destino al extranjero. El acuerdo entre España y Bélgica fue el primero de una serie de tratados similares con Alemania, Suiza, Holanda o Francia. Crearon, como recoge el libro Mineros, sirvientas y militantes de la historiadora Ana Fernández Asperilla, un éxodo hacia las sociedades centroeuropeas, porque la investigadora suma las cifras de irregulares y sus cálculos ascienden a dos millones.

Los españoles fueron parte de la carne de cañón la batalla del carbón, que libró Bélgica tras la Segunda Guerra Mundial. ‘Eras legal, venías con papeles, puestos de trabajo, menos casa traías todo’, explica Facundo, que llegó a Bruselas en 1968.Entre 1956 y 1965 tiene lugar el reclutamiento oficial para las minas. En 1962, los permisos de trabajo se otorgan también para otros sectores como las canteras, la metalurgia o el trabajo doméstico. Empieza la gran explosión migratoria al país

Las leyes y organismos creados regularizaron un fenómeno que en los 50 era clandestino o irregular. Así ocurrió en Suiza, adonde llegan españoles desde finales de esa década y no será hasta 1961 cuando el IEE tome las riendas paulatinamente. Según sus cifras, más de 650.000 personas se desplazaron a trabajar entre 1964 y 1971 con un contrato anual, que podía renovarse cada año, o uno como temporeros por ocho meses. Alemania, por su parte, recibió entre el 62 y el 77 a más de 350.000 trabajadores españoles, aunque las autoridades germanas elevan la cifra a un millón de personas al incluir a quienes no formaban parte de esta ‘emigración asistida’.

La ruta que comenzó en Bélgica se extendió a varios países europeos con paradas y destinos comunes, geográfica y simbólicamente. Desde las grandes ciudades como Madrid, Zaragoza, Valencia o Bilbao se viajaba en tren o autobús hasta Irún, Port Bou y Cerbère. Allí se cogía un tren con dirección a París, centro neurálgico para desviarse a Bélgica, Suiza, Alemana, por la geografía gala o incluso a países más pequeños como Holanda o Luxemburgo

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‘De España para los españoles’: la voz de los emigrantes

A comienzos de los años 60, la emigración, por desgracia, continuaba creciendo. Solo de 1960 a 1963, por ejemplo, dos millones de españoles se habían marchado ya a otro país en busca de mejor suerte, así que en 1964 echábamos en falta a demasiado gente, que aún tardaría largo tiempo en regresar.

Por eso, para que se sintieran un poco más cerca de casa, ese año empezó a emitirse el programa radiofónico De España para los españoles, que tan emotivamente presentaba María Matilde Almendros Carcasona, quien cada noche comenzaba con aquello de: «Un servicio de Radio Nacional de España en Barcelona dirigido a cuantos españoles nos sintonicen desde fuera de sus hogares». 

En este legendario programa, dirigido en efecto a los españoles que estaban lejos de su hogar, y que tanta gente escuchaba fuera y dentro de nuestras fronteras, se leían las cartas que los emigrantes dirigían a sus familias. Y, para añadirle más emotividad aún, las familias, a su vez, les dedicaban canciones a sus seres queridos que estaban fuera de sus casas, allá en Francia, Alemania o Suiza, que eran los países a los que en mayor número dirigían los emigrantes sus esperanzas de trabajo y de una vida mejor.

«De España para los españoles» estuvo en antena 13 años, de 1964 a 1978, y su conductora, María Matilde Almendros, recibió, el 25 de marzo de 1969, el premio Ondas a la mejor locutora de radio, que entonces, como hoy, era un extraordinario reconocimiento para una profesional de los medios de comunicación como ella.

María Matilde era, sin duda, el alma de este programa, que tantas lágrimas, emociones y alegrías transmitió durante sus largos años en antena. Y es que no había sensación más profunda que acostarse cada noche y escuchar las sentidas palabras de aquellos que, lejos de sus casas, soñaban con poder volver algún día.

[José Molina] https://www.plusesmas.com/blogs/queridos-recuerdos/radio-tv-y-cine/de-espana-para-los-espanoles-la-voz-de-los-emigrantes/

EXTRACTO DEL DOCUMENTO https://www.elconfidencial.com/mundo/2014-06-19/que-fue-de-la-emigracion-espanola-la-generacion-de-la-posguerra-50-anos-despues_148740/