21 septiembre 2024

Pero no han llegado solas. Paralelamente, en un intento por mejorar la estética urbana, en muchos de estos pueblos se ha desatado la fiebre de colocar en sus principales glorietas esculturas y estructuras artísticas de grandes dimensiones que, espectaculares o no, no dejan indiferente a nadie.

Cuerpos desnudos, figuras abstractas, réplicas de símbolos arquitectónicos referentes a la historia del municipio o simples elementos decorativos conforman una exposición permanente que ya puede verse en localidades como Albolote, Atarfe, Maracena, Churriana o Santa Fe.

De hecho, algunos de estos municipios no sólo se conforman con instalar esculturas en sus accesos, sino que han plagado sus principales calles con rotondas de ‘diseño’, realizadas en diversos materiales como la piedra, el bronce, el mármol o el hierro y firmadas principalmente por escultores granadinos.

Ante este panorama, cabe preguntarse, ¿se trata de obras realmente justificadas?¿Representan la identidad del pueblo o simplemente están pensadas para rellenar un hueco? ¿Son del gusto de los vecinos? ¿Son entendidas por los vecinos?.

En Albolote

En esta línea de debate, IDEAL ha iniciado un recorrido por la mayor exposición urbana de la provincia que se sucede, en parte, a través de los municipios anteriormente citados. Comenzamos en Albolote, donde una réplica del histórico Torreón da la bienvenida a los conductores que acceden al pueblo desde la A-44. La rotonda está situada justo en la confluencia de las calles Baza y Loja (en el Polígono Juncaril), Paseo de Colón y Lucilo Carvajal. Es considerada el mayor repartidor de tráfico de la localidad.

En ella se levanta una réplica exacta realizada a escala de la atalaya árabe que representa el monumento histórico-artístico más importante de Albolote. «Está construido con los mismos materiales que el original, extraídos de la cantera que en su día abasteció a la comunidad árabe para construir éste punto estratégico de defensa», según explican desde el Ayuntamiento. Además, está acompañada por dos fuentes de ocho caños cada una, un olivo y una encina que simbolizan el pasado y el presente del paisaje y la agricultura del pueblo.

Y así lo ven también algunos vecinos. «Me gusta mucho porque simboliza el torreón, que es la identidad del municipio. Es mejor que la estructura tan horrible que iban a poner, que parecía las patas de un cangrejo», dice María Ángeles Gálvez. Un giro de última hora impidió que se instalase otra escultura de grandes dimensiones, que muchos califican como un «amasijo de hierros oxidados». El mismo yace abandonado justo en el terreno de al lado.

Pero para otros ni siquiera la idea del torreón es buena. «Lo veo un gasto inútil, eso no pinta nada ahí. Hay que gastarse el dinero en agilizar la entrada a los polígonos y en hacer más aparcamientos gratis», explica Nicolás Montes. Otro vecino, Juan de Dios, califica la réplica del torreón como una «pila de piedras que no quiere decir nada».

En Maracena

En Maracena, una ‘gran’ mujer se impone en una de las principales entradas al municipio. Se trata de un cuerpo femenino esculpido en bronce, mide seis metros y medio de alto, carece de cabeza y brazos y se alza sobre el pilar central de una fuente. Está ubicada en la nueva rotonda del Camino de la Torrecilla, recientemente remodelado, y reparte el tráfico a las calles Ribera, Era Baja, Mercurio y Doctor Fleming. Con esta obra, el Ayuntamiento quiere rendir homenaje a todas las mujeres del municipio. Su autor, Ramiro Megías, que también firma el polémico caballo del Ayuntamiento de Granada, ha querido representar una nueva versión de la mujer, frente a la «tradicional y académica».

«Es una fémina joven, que se quiere comer el mundo y avanza con gesto decidido. Por eso está dando un paso y esto se recoge en la parte central del cuerpo, lo que importa es la esencia del movimiento y no ha sido necesario completar el resto de extremidades», señala el artista. Pese a la majestuosidad de la obra, ésta no acaba de gustar ni ser entendida por los vecinos. Encarna Tallón no concibe por qué la figura carece de cabeza y brazos: «No está mal pero no sé lo que significa, pensaba que estaba a medio hacer. Sugiero que pongan una placa con la explicación». Irene, otra vecina, va más allá: «Es horrible y además es muy grande, quita visión a los conductores».

En Atarfe

‘Ponga una escultura en su rotonda’. Así ha debido pensar el Ayuntamiento de Atarfe, que ha plagado de imponentes estructuras sus principales glorietas. Concretamente, hay cinco que resultan especialmente llamativas. La primera y más famosa se ubica en la Avenida de la Constitución. Está construida en acero corten y es conocida como la ‘rotonda de los pinchos’, aunque realmente es un monumento a la Concordia. Según su autor, el atarfeño Miguel Barranco, «representa los destellos de una estrella que , sustentada por tres manos derechas, simboliza la unión cultural de todos los hombres». Aparecen además varias alegorías como la palabra ‘vida’ escrita en diferentes idiomas, así como versos de Antonio Carvajal referentes a la paz.

Barranco también firma otras dos esculturas ubicadas en sendas rotondas. Una de ellas está construida en homenaje a los atarfeños y se encuentra en la Avenida de la Estación. Se trata de tres grandes bloques con forma de la letra ‘C’ hechos de un conglomerado artificial de piedra de Sierra Elvira, que sujetan el escudo del municipio. En su base lleva incrustados tres relieves con escenas de trabajo. «La idea es exponer las tres fuentes económicas originales del municipio: la agricultura, la industria y las canteras», afirma Barranco. La otra rotonda es un monumento a la piedra de Sierra Elvira, situada en la Carretera de Albolote, donde bloques de piedra sin tallar se mezclan con una columna de capitel dórico y otros elementos referentes a la arquitectura árabe.

Junto a la plaza de toros se divisan otras dos glorietas que firma García Amezcua. El Arco las Culturas, que se levanta sobre la rotonda que conduce a las ruinas de Medina Elvira, y el Monumento Taurino Ciudad de Atarfe.

Ante todas, los vecinos lanzan opiniones muy variadas. A Pilar, una comerciante atarfeña, le parecen «muy bonitas y modernas». No las considera monumentos al uso, «sino que representan la historia del municipio de manera innovadora».

Por su parte, María Josefa Jiménez las considera «una tontería». «No entiendo los monumentos y no me gusta nada la escultura de los pinchos, creo que hay cosas más importantes en las que gastarse el dinero», concluye.

En Santa Fe

En este municipio, conocido por la tradición culinaria de los ‘piononos’, hay muchos vecinos que no entienden por qué la principal rotonda de entrada al pueblo, que comunica el municipio con el polígono industrial Dos de Octubre, la A-92 y la carretera comarcal que parte hacia Atarfe, está decorada con olivos, piedras de molino y una prensa. Según el Ayuntamiento, esta rotonda, junto con otras dos más situadas en el mismo acceso, conforman un conjunto en homenaje a la denominada ‘triada mediterránea’, y por eso cada una representa un elemento: el trigo, la vid y el olivo.

Pero Rafael Casares, santaferino, no encuentra la relación que el municipio pueda tener con el olivar. Para él, «representar el escudo de Santa Fe habría sido más adecuado». María, otra vecina, la considera una «escena muy andaluza, pero son adornos que no hacen referencia al pueblo». Igual opina Yolanda, una comerciante a la que le hubiera gustado más que el Ayuntamiento representase escenas de las capitulaciones de Santa Fe y de los Reyes Católicos.

En Churriana

En Churriana de la Vega también las esculturas se han impuesto en las rotondas construidas últimamente «ante la necesidad de regular el tráfico en la arteria más transitada, y para prevenir la seguridad de los viandantes», explica Antonio Narváez, licenciado en Historia del Arte y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento. «El equipo de gobierno quiso hacer de las glorietas un emblema, colocando esculturas en las mismas; éstas forman parte del Museo Escultórico al Aire Libre del municipio, compuesto por un total de nueve piezas», añade.

Una de las más llamativas es el homenaje a la madre, llamada ‘Mater Natura’ y realizada por Miguel Moreno. Se levanta en la glorieta del cruce de las calles San Ramón, Málaga y Valencia. La figura en sí aparece sentada y semidesnuda, dando el pecho al bebé que acuna entre sus brazos.

Conmover

Por otro lado, en el cruce de las calles San Ramón, Santa Lucía y Avenida Agustina de Aragón de esta localidad se encuentra la escultura más discutida, ya que no gusta especialmente a los vecinos, no por el tema, sino por la forma. Es el ‘Arco de los Trabajadores’ y hace referencia a la siniestralidad laboral. Es una figura abstracta de bronce donde un hombre y un caballo se funden convirtiéndose en un centauro. Una figura mitológica obra de Ramiro Megías, cuya idea, según Narváez, «era conmover, no dejar indiferente».

Y lo ha conseguido. Maricruz, que trabaja en una tienda situada frente a esta rotonda, cree que la figura «es desconcertante, desproporcionada y choca con la finura de las demás esculturas del pueblo». Por su parte, Antonio, otro comerciante, explica que muchos clientes «vienen preguntando lo que significa». Subraya: «Por detrás la figura parece un hipopótamo». Esta escultura tampoco es del agrado de Castro, un vecino que cree que el centauro dista mucho de lo que significa el pueblo de Churriana».

MAR VALLEJO

FOTO: Impacta. Monumento a la Concordia, en Atarfe. :: RAMÓN L. PÉREZ

https://www.ideal.es/granada/20100124/cultura/cuando-rotonda-hace-arte-20100124.html

 

 

 

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