«El futuro de las ciudades » por Juan Santaella
Debido al cambio climático, las temperaturas irán subiendo progresivamente, si no se toman medidas
Los tres últimos veranos son los más calurosos habidos en Granada y España, desde que existe medición oficial. El calor ha venido para quedarse, y cada año supera al anterior. Es más intenso en las ciudades por múltiples razones: contaminación, ausencia de arbolado, calentamiento del asfalto…, de manera que supera en seis grados a las zonas rurales. El cambio climático hará que esta situación se vaya agravando progresivamente, si no se toman las medidas adecuadas.
Para aligerar esta situación, procede crear más zonas verdes, pues sabemos que los árboles disminuyen la contaminación urbana, son un sumidero de CO2, refrescan el ambiente, reducen el exceso de ruido, proporcionan sombra y son beneficiosos para la salud y el bienestar de las personas; y eliminar asfalto (aceras y calzadas se construyen con materiales como brea o grava, que pueden llegar a alcanzar los 60 grados).
Plantar más árboles y no tocar a los que ya existen, poner grandes toldos en las calles de las ciudades, ampliar las zonas peatonales, fomentar corredores verdes conectando los diversos parques de la ciudad (como ha ofrecido el Ministro de Transportes a lo largo de las vías del tren), propiciar el paseo urbano y el uso de bicicletas, dejar de utilizar el coche que solo produce contaminación y calor, instalar jardines verdes en las terrazas de los edificios, recubrir las marquesinas de plantas (Utrecht ha recubierto 300 marquesinas para reducir el calor, y revertir el debilitamiento de abejas y mariposas, y el éxito del proyecto ha hecho que se extienda a Reino Unido, Bélgica, Suecia y Dinamarca)… Con estos medios y muchos más, se aligeraría el calor reinante
Varias ciudades españolas han decidido crear refugios climáticos, en bibliotecas, centros deportivos, museos, salas de exposiciones…, para aliviar las inclemencias del tiempo, durante las horas de mayor riesgo de calor; así como amplias piscinas en los barrios para hacer más llevadero el verano. En nuestra provincia, frente a los pueblos del cinturón que sí la tienen (Alhendín, Cenes, Pulianas, Albolote, Peligros, Maracena, Armilla, Churriana, Otura, Ogíjares, Las Gabias, La Zulia…), en Granada capital, sin embargo, solo hay una, en Almanjáyar (las de Arabial, Bola de Oro y Núñez Blanca, se dedican a temas deportivos), por lo que habría que extender la red al resto de barrios de la ciudad.. Por ello, es lógico que los vecinos del Zaidín se manifiesten reclamando una piscina municipal, como que los usuarios de las instalaciones de Bola de Oro exijan que la gestión del recinto deportivo siga corriendo a cargo del Ayuntamiento, y no de una empresa privada.
Un ejemplo a seguir por nosotros es París, que tras los Juegos Olímpicos ha acelerado su transformación verde, con la plantación de 170.000 árboles hasta 2026, la conversión de las plazas de aparcamiento en zonas verdes, con la retirada de un 40% de todo su asfalto… O Medellín, que en 2016 aprobó la creación de 30 corredores verdes que atravesaban la ciudad, con un millón de árboles, y han logrado reducir la temperatura dos grados, y en las grandes avenidas verdes, cuatro. Según Greenpeace, habría que exigir a todas las ciudades la regla 3-30-300: toda persona debería ver tres árboles desde su casa, un 30% de cobertura vegetal en su barrio, y un espacio verde a 300 metros.
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