22 octubre 2024

Microsoft pide a los usuarios que cambien de PC si no pueden actualizar a Windows 11

Windows 10 seguirá funcionando después de octubre del 2025, cuando caduca, pero no recibirá actualizaciones

En octubre del 2025, millones de ordenadores que funcionan con Windows 10 y no pueden actualizarse a Windows 11 quedarán obsoletos, lo que llevará a sus usuarios a tomar decisiones importantes: reciclarlos, instalarles otro sistema operativo o seguir usándolos sin soporte de seguridad.

Esta es una de las mayores operaciones de obsolescencia programada de la historia. Según Statscounter, en julio del 2023, el 64% de los ordenadores con Windows aún utilizaban Windows 10, mientras que solo un 30% habían dado el salto a Windows 11. Microsoft ha estado enviando notificaciones constantes a los usuarios de Windows 10 para que los actualicen, aunque sus ordenadores funcionen perfectamente bien. El problema es que muchos de estos dispositivos no son viejos ni carecen de potencia. De hecho, algunos son más potentes que los que ejecutan
Windows 11, pero no pueden actualizarse debido a que les falta un componente específico: el chip TPM.

El chip TPM (Trusted Platform Module) es un componente que gestiona claves cifradas y mejora la seguridad de los dispositivos. Aunque su ausencia no debería suponer que el equipo quede inservible, Microsoft lo ha establecido como requisito obligatorio para que un ordenador pueda usar Windows 11. Esta política ha generado muchas críticas, ya que muchos de los ordenadores afectados siguen siendo perfectamente funcionales.

Windows 10 seguirá funcionando después de octubre del 2025, pero dejará de recibir actualizaciones de seguridad de Microsoft. Esto hará que los ordenadores que lo usen sean más vulnerables, y será especialmente peligroso realizar actividades como banca en línea o pagos electrónicos en estos dispositivos. Sin embargo, es probable que muchos usuarios continúen utilizando Windows 10 después de esa fecha, especialmente aquellos que no puedan permitirse comprar un nuevo ordenador. Pero incluso quienes compren un equipo nuevo podrían no poder aprovechar la función más avanzada de Windows 11, la IA de Copilot+, ya que requiere especificaciones de hardware muy particulares que no están presentes en todos los equipos.

Antes de dar por hecho que un ordenador no puede actualizarse a Windows 11, es importante comprobar su compatibilidad siguiendo las instrucciones de Microsoft.

Si el equipo no cumple los requisitos, se puede intentar actualizar todos los controladores del sistema. En algunos casos, el chip TPM podría estar presente, pero desactivado, y una actualización
de software podría activarlo, haciendo que el ordenador sea compatible con Windows 11.

Si a pesar de esto el equipo sigue sin ser compatible, existe la opción de seguir algunas guías en línea para instalar Windows 11 en dispositivos no compatibles. Microsoft no impide la instalación
en estos equipos, aunque podría haber problemas dependiendo de las características del dispositivo.

Si no se quiere comprar un ordenador nuevo o lidiar con las limitaciones de compatibilidad, una alternativa es abandonar Windows y optar por otro sistema operativo como Linux o ChromeOS Flex. Si económicamente es factible, tiene más sentido optar por un PC que cuente con un hardware que le permita durar muchos años y usar Windows 11 y futuras versiones del sistema.

Ramón Peco

LA VANGUARDIA

FOTO: (Image: © Microsoft)