22 diciembre 2024

La primera visita al dentista hay que hacerla mucho antes de lo que te imaginas

Los dientes de leche y su cuidado están rodeados de tantos mitos que los padres ya no saben qué es verdad y mentira

El nacimiento del primer diente es todo un acontecimiento en las familias. Suele ocurrir sobre los seis meses, pero que nadie se asuste porque es solo una cifra orientativa. De hecho, también se considera normal que no salgan hasta el año y medio. Si el niño de tu vecina luce una sonrisa con tres dientecitos la mar de monos desde los ocho meses y el tuyo todavía tiene la encía limpia a pesar de que le dobla la edad, «que no cunda el pánico», tranquiliza la doctora Galán, conocida en redes sociales como Lucía, mi pediatra. «Desde el momento en el que nace el primero, no van a parar de salir piezas dentales hasta los tres años», añade la especialista.

El orden de la salida, que si dan fiebre, que si no hace falta usar pasta, que si un collar de ámbar para aliviar el dolor, que cómo voy a ir al dentista por una caries en un diente de leche si se le va a caer… Y así suma y sigue. La primera dentición de los niños y su cuidado está rodeada de un montón de mitos y medias verdades que muchas veces pasan de generación en generación sin ponerse en duda. Empecemos por el principio.

¿Qué diente sale primero?

«Inicialmente salen los incisivos centrales inferiores y después los superiores. A continuación, aparecen los incisivos laterales, abajo y arriba. En apenas unas semanas, el bebé tendrá cuatro piezas arriba y otras cuatro abajo. Y en torno al año y medio saldrán los primeros molares y luego los caninos. Ahora bien, si a tu niño le salen los colmillos antes que ningún otro diente, tranquilos. Suelen salir los últimos, pero si brotan los primeros tampoco pasa nada», aclara la doctora Galán en ‘El gran libro de Lucía, mi pediatra’ (Ed. Planeta). Los niños tienen 20 piezas dentales frente a las 32 de los adultos.

¿Dan fiebre?

Este es uno de los mitos más extendidos. La salida de los dientes no produce fiebre. Y por más que los especialistas insisten en desmentirlo, el mensaje no termina de calar entre los padres. «A un bebé puede subirle la temperatura por múltiples motivos, pero el nacimiento de los dientes no es uno de ellos». Con el babeo ocurre algo parecido. Se trata de un proceso independiente de la dentición, lo que pasa es que el desarrollo de las glándulas parótidas, responsables de ese exceso de babas, coincide en el tiempo con la salida de los dientes.

La primera revisión dental

Los especialistas coinciden en que la primera visita debe hacerse antes de que el niño empiece a hablar. «Es importante que acuda a revisión durante su primer año de vida, aunque los cuidados deben iniciarse antes», recomiendan en el Consejo General de Dentistas. Comunidades autónomas como la vasca ya han implantado la asistencia dental en ambulatorios a los menores de 0 a 6 años.

Otra de las dudas más frecuentes es cuándo hay que empezar a lavarle los dientes. Y la respuesta es muy sencilla. «Desde que le sale el primero y con pasta con flúor. Se puede empezar con una gasita o un cepillo de cerdas blandas dos veces al día. Sin agobiarse y sin que suponga una batalla campal», tranquiliza la doctora Galán.

Así se pueden evitar las caries

  • Un buen cepillado de dientes al menos dos o tres veces al día: «El más importante es el de la noche», precisa la doctora Lucía Galán.
  • Cabezales suaves y pequeños para que puedan llegar a las últimas piezas.
  • Dos minutos de cepillado: «se puede jugar a contar hasta los 60 segundos por lo menos. Hay cepillos infantiles en los que se ilumina una luz en el mango hasta alcanzar los dos minutos».
  • Usa seda dental y que también se cepille la lengua.
  • No endulces el chupete: ni con mermelada, ni miel ni con ningún líquido que lleve azúcar.
  • No chupes los chupetes de los niños: «se le pueden traspasar bacterias nada beneficiosas para el bebé».
  • Solo agua para beber: nada de zumos.
  • Evita los alimentos azucarados: galletas, chuches e incluso el pan de molde.

Collares de ámbar para calmar el dolor

Estos accesorios son muy populares entre algunos padres, que se los ponen a sus bebés para evitar el malestar que les causa la salida de los primeros dientes. Pues bien, no solo «no hay evidencia científica de que el ámbar tenga ninguna propiedad analgésica ni en la dentición de los niños ni en nada, sino que, además, son peligrosos porque el niño se puede ahogar o atragantar con las cuentas si el collar se rompe», alertan los especialistas.

Comer pan… sin dientes

«Entre los siete y nueves meses, los bebés ya están preparados para masticar aunque no tengan dientes. Lo hacen con las encías y saborean con la lengua. Dale pan de barra y si es integral, mejor. Pierde el miedo», aconseja la pediatra.

Carmen Barreiro

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