26 diciembre 2024

Lo que pasa en Europa no se queda en Europa

04 diciembre 2024

Intrigas, traiciones, trepidantes giros de guion, alianzas mezquinas, ansias de poder y mucha, mucha tensión. No, no se trata de la trama predecible del último bestseller, ni de ninguna película sobre galaxias lejanas, ni siquiera de la última serie de moda. Es una historia real que tiene como escenario la Unión Europea, a priori poco dada a fabular, aunque sí, como veremos, a confabular. Es, también, una historia en cuyo final, aún por escribirse, nos jugamos mucho más de lo que parece.

En 2023, la Unión Europea dio un paso valiente: reconoció que somos responsables de una parte importante de la deforestación que cada día devora los bosques del mundo, y tomó cartas en el asunto. Así, aprobó un reglamento conocido como el EUDR. Este reglamento prohibe importar una serie de productos a menos que pueda probarse que están libres de deforestación. ¿Por qué es esto tan importante? Porque los sectores agrícola y ganadero son los que más destrucción de bosques causan a nivel global. También son de los que más contribuyen a las emisiones de los gases que agravan cada día más la crisis climática. Productos como la carne, el aceite de palma, la soja, la madera, el cacao, el café y el caucho se producen, demasiado a menudo, a costa de los bosques. El EUDR es un ejemplo del tipo de acciones ambiciosas y urgentes que precisamos para que la vida sobre el planeta siga siendo viable.

La aprobación del EUDR permitió a Europa sacar pecho ante el mundo por su liderazgo político y ambiental, y marcó el inicio de la cuenta atrás: se dio un plazo de un año y medio a las empresas para que se preparasen. Su implementación se haría efectiva el 30 de diciembre de 2024.

Sí, ya imaginarán que hay un pero en esta historia. Y el pero es que, a poco más de un mes de la entrada en vigor del EUDR, llegó el boicot: El Partido Popular Europeo presentó una serie de enmiendas que se llevaban por delante todos los avances logrados. Por una parte, proponían aplazar la implementación otro año más (y en un año se pueden destruir unas 150.000 hectáreas de bosques, equivalentes a unas 14 veces el área de la ciudad de París). Por otra, vaciaban tanto de contenido el reglamento que lo dejaban poco menos que inservible.

La respuesta no se hizo esperar, y en defensa del EUDR salieron la plana mayor de las organizaciones que trabajan a favor de la protección de los bosques. Pero no solo salieron ellas. También muchas empresas pidieron no modificar el EUDR ni retrasas su implementación. Entre otras, los grandes nombres de las empresas del cacao (Ferrero, Mondelez, Mars, Nestlé o Unilever), algunos grandes supermercados (Carrefour) y muchos productores grandes y pequeños a nivel global, desde Brasil hasta Ghana. Todos ellos defendieron la necesidad del reglamento y alertaron contra los devastadores impactos que tendría su alteración.

Así las cosas, llegó el día de la votación de las enmiendas en el Parlamento Europeo. Y fue entonces cuando asistimos a un grave precedente: por primera vez dentro del marco de la aprobación de un reglamento legalmente vinculante, el Partido Popular Europeo se alió con la extrema derecha para votar en bloque. Las enmiendas salieron adelante, algunas por un margen de un puñado de votos.

Por suerte, al rescate vinieron los Estados Miembros, que unos días después contradijeron al Parlamento Europeo y rechazaron las enmiendas (entender cómo funciona la Unión Europea suele causar dolor de cabeza). Eso sí, el aplazamiento de su implementación parece inevitable, aunque, visto lo visto, todo puede pasar. La decisión definitiva llegará a finales de año. Por ahora, reina la confusión.

Es imposible sobreestimar la importancia del EUDR. No se trata de un reglamento cualquiera, sino de una pieza fundamental del Pacto Verde, es decir, de la visión de Europa para abordar la crisis climática y la protección de la salud de nuestro planeta (y de sus habitantes). En otras palabras, dinamitar el EUDR es, también, empezar a dinamitar el Pacto Verde.

Pero es que, además de los enormes impactos negativos que tendría aplazar o modificar esta ley, hay también en juego algo que la Unión Europea no debería tomar a la ligera, y es su credibilidad. El EUDR fue aprobado de forma democrática, y también apoyado de forma abrumadora por la mayoría de los ciudadanos: un 84% se mostró a favor. Lo que ha sucedido es un auténtico ataque al funcionamiento mismo de la democracia.

Por otra parte, flirtear con la extrema derecha en un momento en que Europa está sumida en una gran crisis política, social y poco menos que existencial, tampoco parece una idea demasiado brillante. Convendría no olvidar que es desde la extrema derecha desde donde se aviva el fuego del euroescepticismo. ¿Conviene aliarse en Europa con quienes quieren destruirla desde dentro?

El despotismo ilustrado del siglo XVIII acuñó la famosa máxima que afirmaba aquello de “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Esto mismo podría aplicarse a la lamentable trayectoria del EUDR. Y no está Europa como para tomar decisiones al margen de quienes más la han apoyado.

Laura Furones

FOTO: EL ORDEN MUNDIAL

https://www.mujeresaseguir.com/social/opinion/1185970048615/lo-que-pasa-en-europa-no-se-queda-en-europa.1.html