26 marzo 2025

«RECONOCIMIENTO A JOSÉ MARÍA GIL-SÁNCHEZ BIÓLOGO ATARFEÑO» por José Enrique Granados

La prestigiosa revista Nature se ha hecho eco en sus páginas, de la investigación de un biólogo atarfeño que desarrolla parte de su trabajo de campo en el Sahara. Nos referimos a José María Gil-Sánchez, más conocido por “El Indio”.

José María, siendo muy niño, formó en nuestro pueblo, junto a un grupo de jóvenes comprometidos por el medio ambiente, el grupo ecologista Falco. Aquello aconteció en la década de los ochenta del siglo pasado. Aquel activismo medioambiental lo llevó a cursar estudios de Biología en la Universidad de Granada, donde realizó su tesis doctoral, en 1999, estudiando al cangrejo de río. Situación, biología y conservación del cangrejo de río autóctono (Austropotamobius pallipes) en la provincia de Granada, llevaba por título aquel trabajo académico.

En la actualidad sigue vinculado a la universidad granatensis, teniendo cerca de un centenar de trabajos publicados en revistas indexadas, siendo los carnívoros su principal campo de trabajo.

En Nature, dice: “Desde la primera vez que visité, el Sahara, me enamoré de él. Fue en 2011 y fuimos para estudiar la situación del guepardo sahariano (Acinonyx jubatus hecki). Soy biólogo de conservación en la Universidad de Granada y rápidamente me di cuenta de la importancia de preservar a estos animales olvidados.”

“Es especialmente clave en el contexto del cambio climático, para ver cómo se adaptan a la sequía, por ejemplo. La comunidad científica ha prestado poca atención a la fauna sahariana. Casi nadie sabe nada sobre el gato de las arenas (Felis margarita), por ejemplo. Este hermoso animal pone de relieve los desafíos que toda investigación ecológica enfrenta en entornos hostiles y remotos, como el Sáhara. Mis colegas y yo hemos publicado la única estimación científica de la abundancia del gato de las arenas (J. M. Gil-Sánchez et al. Eur. J. Wildl. Res. 69, 20; 2023). Es difícil trabajar en una zona tan aislada. Debemos tener mucho cuidado para evitar las minas terrestres que quedan de los conflictos regionales, por ejemplo, utilizando mapas y evitando las áreas que los pastores locales de camellos también evitan”.

“Soy el presidente de la organización no gubernamental Harmusch Wildlife Research and Conservation. Mi grupo de trabajo está formado por un traductor, científicos y expertos en vida silvestre. Algunos de los miembros también tienen habilidades como mecánicos. Normalmente viajamos en dos coches, con ocho a diez personas en total. Nuestras expediciones duran entre 10 y 20 días. Necesitamos llevar suficiente agua, comida y combustible para sobrevivir. Tratamos de evitar el verano, porque es imposible llevar tanta agua como necesitaríamos. Dejamos las cámaras trampa hasta un año: esta foto me muestra instalando una en un árbol de acacia en 2019. Pero tenemos que revisarlas aproximadamente cada cuatro meses para reemplazar las baterías y cualquier pieza de equipo destruida por el medio ambiente o las personas. El Sahara es uno de los ecosistemas más amenazados del mundo. Documentar esto es una prioridad urgente de conservación”. Publicado en Nature 638, 286 (2025).

Puede leer el artículo en el siguiente enlace: doi: https://doi.org/10.1038/d41586-025-00320-y

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