8 julio 2025

En el surrealista teatro de la política andaluza, Granada vuelve a ocupar su butaca habitual: la de espectadora del agravio. La Junta de Andalucía ha denegado a la Universidad de Granada tres grados estratégicos –Inteligencia Artificial, Ingeniería Biomédica y Ciencia de Datos– con una elegancia burocrática digna de una tragicomedia.

¿La razón oficial? El dictamen de una “agencia independiente”. ¿El presidente de esta agencia? El propio consejero de Universidad, José Carlos Gómez Villamandos. ¡Qué casualidad! La independencia, como el sentido común, parece escasa por estos lares.

La jugada roza el esperpento cuando observamos que uno de los grados denegados –el de IA– sí ha sido concedido a una universidad privada de Málaga, a razón de 10.000 euros la matrícula. El futuro, al parecer, tiene peaje. Y por si fuera poco, basta una visita a su página web para comprobar que no hay ni rastro de un claustro docente en Inteligencia Artificial. Una formación de vanguardia, pero sin profesorado. Inteligencia artificial, sí; previo pago de su importe a ls “amiguitos” de toda la vida.

Mientras tanto, en Granada, la Universidad pública con mayor reputación científica de Andalucía y una de las mejores del país en tecnología y salud, recibe un portazo con aroma a negocio y a centralismo disfrazado de progreso. Porque claro, el conocimiento es importante… pero sólo cuando llena las arcas privadas.

Y ahí está la alcaldesa, Marifrán Carazo, que hace apenas tres meses posaba sonriente asegurando que el grado de IA estaba garantizado para Granada tras sus gestiones con la Junta. ¿Se olvidó de preguntar al consejero si hablaba en calidad de político o de presidente de la agencia “independiente”? ¿O simplemente nos mintió con la convicción de quien sabe que la hemeroteca no interesa mientras haya titulares optimistas?

Lo mínimo que se exige ahora es transparencia: que se haga público el dictamen completo de esa agencia “independiente”, que se expliquen con claridad las razones para denegar grados a una universidad con músculo investigador y experiencia docente. Porque lo que parece es que aquí no se ha evaluado calidad, sino otra cosa que tiene un nombre muy feo.

La Junta de Andalucía ha convertido la educación en un negocio en el que la UGR es el enemigo a batir, por su rigor, por su calidad y porque con ella solo hace “negocio” la sociedad a la que sirve.

https://www.granadahoy.com/opinion/articulos/pilatos-junta_0_2004279353.html