El próximo martes 22 de julio, la justicia de Granada entregará a Daniel, el hijo menor de Juana Rivas, a su padre.

Esto ocurrirá pese a que el niño ha denunciado reiteradamente haber sufrido maltratos físicos y psicológicos durante los siete años que vivió con él en Italia. Daniel se niega a regresar con quien, precisamente, se sentará en el banquillo el 18 de septiembre por los hechos mencionados.

Por su lado, Gabriel, el hijo mayor de Juana, escapó de su padre a los 16 años. Al cumplir la mayoría de edad, denunció la violencia y reclamó ayuda para Daniel, quien también alzó la voz contra la obligación de volver a Italia. Sin embargo, la jueza del Juzgado nº 3 de Granada, responsable de esta dantesca resolución, se negó y se niega a escucharlo, violando principios básicos del Derecho europeo y español, así como los derechos fundamentales del niño, al ceder totalmente a las presiones de un hombre procesado por maltrato grave y al evitar las solicitudes del equipo jurídico de Juana Rivas.

¿Cómo es posible que, en 2025, en Europa, se obligue a un niño a volver con un padre acusado de maltratar física y psicológicamente, y amenazar de muerte a su hijo?

Ante este despropósito, hacemos un llamamiento urgente a todas las personas con conciencia, que forman parte de la sociedad civil, del mundo académico, sanitario, educativo, jurídico, cultural, del movimiento feminista, y a quienes defienden los derechos humanos.

No podemos mirar a otro lado, mientras se ejecuta una decisión que pone en grave peligro la vida de un niño de 11 años.

¿Cómo puedes colaborar?

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Cada minuto cuenta y tu voz importa.
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