14 diciembre 2025

Netanyahu sabe que debe exterminar a niños y jóvenes de Gaza. Sabe que el odio sembrado con sangre en los corazones de los supervivientes garantiza el eterno deseo de venganza. Él sabe que pasará a la historia como genocida y no le importa en absoluto.

La colaboración de unos estertóreos EE UU, que permiten a Trump apoyar esta barbarie basándose en sueños de espacios idílicos para ocio de los ricos del mundo, a quienes solo importa su dinero y placer, esta colaboración es fundamental para la construcción con argamasa de sangre, carnes muertas y huesos destrozados, sobre los que dormirán, harán el amor, tomarán el sol, beberán néctares refrescantes y jugarán al golf estos personajes que no buscan excusas para mirar hacia otro lado cuando estén siendo agasajados en estas tierras sangrientas de la franja de Gaza. Pero no nos equivoquemos, esto solo es una excusa, es la destrucción por la destrucción para demostrar poder, para seguir con una industria que hace más ricos a los ricos, y es la indolencia de los silenciosos la que está permitiendo esta barbarie en unos tiempos en los que pensábamos erradicar las diferencias en el mundo. Y se está haciendo, acabando con los que no son como nosotros, mejor dicho, como ellos.

Estamos en la era de la mentira, de la divulgación de las barbaridades más esperpénticas, creídas por gentes acríticas que no se plantean reflexionar sobre lo llegado a través de redes interesadas en cuestiones económicas y poder, hojas inanes sobre aguas desbocadas. Mientras peor, mejor. Hoy van a por los gazatíes, mañana a por los africanos, pasado vendrán a por nosotros. El fascismo solo volverá a caer cuando la democracia regrese al sentido común en el corazón de los pueblos libres.