Ayer fue un día triste. Cierra sus puertas “AGR, Prensa y Revistas” establecimiento dedicado a la venta de periódicos y productos relacionados. Con más de 75 años de existencia “La Barbería” se ve abocada a echar el cierre definitivo.

Puede ostentar sin duda, el haber sido hasta hoy, uno de los establecimientos comerciales más antiguos de nuestro municipio. Los nuevos hábitos para informarse de la ciudadanía han hecho que la prensa en papel tenga cada vez menos peso entre los medios de comunicación, pasando a estar en un segundo o tercer término entre las preferencias de los ciudadanos; al menos a nivel local, eso se percibe. La crisis del COVID agravó mucho la situación, por lo que en la actualidad es inviable mantener este tipo de negocio. Las suscripciones y ventas han disminuido y los periódicos son casi un recuerdo.

A partir de mañana, quien quiera comprar un periódico tendrá que desplazarse a otra localidad. Es penoso que un pueblo con más de 20.000 habitantes se haya quedado sin un punto de venta de prensa.

Haciendo un poco de historia, la relación de mi familia con la prensa se remonta a 1945 o 1946 cuando IDEAL para establecerse en los municipios granadinos, busca lugares en los que instalar puntos de venta. No hay que olvidar que, hasta esas fechas, los periódicos se distribuían fundamentalmente a los suscriptores, mediante Correos. Mi tío Sergio recuerda que con 5 o 6 años, empezó a repartir algunas suscripciones ya que sus hermanos mayores, mi padre y mi tío Antonio se dedicaban a otros menesteres.

Fue en esos años reseñados, 1945 o 1946, cuando mi abuelo José Granados Pozo, comenzó a vender prensa en la barbería que poseía en la plaza del Ayuntamiento, siendo nombrado corresponsal administrativo del medio. También fue el corresponsal administrativo de PATRIA. Hasta su muerte en noviembre de 1955 ejerció como tal, pasando ese cargo con posterioridad a mi padre, Arsenio Granados. Los más viejos del lugar, recordarán esa barbería ubicada en los bajos del Ayuntamiento, en donde además de arreglarse los caballeros, se dispensaba la prensa diaria a suscriptores fundamentalmente y a compradores ocasionales. En paralelo se ofrecían los servicios publicitarios de IDEAL y HOJA DEL LUNES, esquelas principalmente, aunque también anuncios por palabras y otros módulos comerciales.

En aquella época fue cuando tuve contacto con la rotativa de IDEAL en Compás de San Jerónimo, antes de su traslado al polígono ASEGRA. El olor a tinta y el trabajo de los linotipistas los guardo celosamente en mi olfato y retinas. Aún recuerdo aquellos viajes en tranvía primero y luego en autobús, para llevar la esquela que la familia de los difuntos contrataba para ser publicada al día siguiente, en la que “rogaban una oración por su alma y la asistencia a la conducción del cadáver que tendrá lugar hoy desde su domicilio…” En aquella época no existía los tanatorios y el duelo se celebraba en la casa del difunto. En el periódico era frecuente comunicar el óbito.

Allá por 1978, aquella simbiosis de barbería y venta de periódicos cambió de ubicación a la calle Real, al edificio que hasta entonces había albergado a TELÉFONOS. Desde entonces, aquella fue nuestra casa. En nuestra gacetilla de 26 de marzo de 2024, informamos de la sesión ordinaria celebrada el 30 de noviembre de 1977, bajo la presidencia del alcalde D. Alfonso Bailón Verdejo, para la compra de los bajos de la Casa Consistorial, propiedad de Don Arsenio Granados Ramírez.

Desde mediados de 1978 hasta el fallecimiento de mi padre, en diciembre de 2003 convivieron en esa nueva ubicación ambas actividades, peluquería de caballeros y venta de periódicos. Todo en un mismo local.

La transición trajo consigo la aparición de nuevas cabeceras las cuales se fueron incorporando a la oferta de nuestro establecimiento. El País, El Mundo, ABC, Diario de Granada, El Defensor de Granada, El Sol, etc. a su vez que Tiempo, Interviú se fueron colocando en los anaqueles de unas vetustas estanterías que convivían con el sillón de barbero y cinco o seis sillas en los que los clientes que iban a afeitarse o cortarse el pelo, esperaban su turno. Una enorme luna decoraba todo el testero, sobre una mesa longitudinal en la que se disponían, navajas, peines y tijeras además de perfumadores y otros utensilios propios de la profesión de barbero. El olor a alcohol recién destilado de San Fernando era característico y propio de la barbería.

Recuerdo aquel lugar al que muchos llegaban para coger y leer un periódico del montón que se disponía sobre la mesa, mientras se comentaban las noticias. Los compradores al entrar y saludar depositaban el precio del periódico sobre esta mesa a la par que retiraban un ejemplar. Nunca faltó un periódico que no fuera abonado. Al final de la mañana, cuadraban las cuentas. Eran quizás otros momentos.

Cuando cambiaba el precio del periódico un folio de color rojo indicaba “OJO AL PRECIO”. Cuantas anécdotas se podrían contar.

Tras la muerte de mi padre, el local sufrió una profunda remodelación, quedando tal como hasta hoy se ha conocido, pasando a ser exclusivamente un puesto de venta de prensa y revistas. Primero mi madre, Carmen Torres Triana y tras su jubilación, mi hermano Sergio Granados han estado al frente del establecimiento, con amabilidad y complacencia, ofreciendo a sus clientes lo mejor de sí.

La publicidad, los especiales de las fiestas y otros suplementos, las esquelas y notas necrológicas también han ido quedando en el olvido de los nuevos usuarios. Poco queda de aquellos servicios que se ofrecían en aquel establecimiento pionero en la venta de prensa en Atarfe. Nuevos servicios como recargas de móviles, tarjetas de transporte, mensajería o fotocopias se han ofrecido a la clientela para continuar existiendo y seguir siendo el punto de unión de Atarfe con los diarios. Todos los esfuerzos han sido vanos, no ha sido posible mantener ese nexo y punto de encuentro de los atarfeños con la prensa escrita.

Por eso, con abatimiento y mucho pesar “La Barbería” ya es historia de nuestro pueblo.

Montaje fotográfico del establecimiento en sus dos ubicaciones y en momentos diferentes de su existencia.

Gacetilla y curiosidades elvirense