14 diciembre 2025

«PREGÓN DE FIESTAS 2025 DE José Manuel Peula García» por José Enrique Granados

Agradecido y abrumado por el reconocimiento público realizado desde el balcón de la Casa Consistorial por el pregonero de este año, transcribimos la loa a nuestro pueblo declamada por José Manuel Peula García, hace unos momentos. Enhorabuena y a vivir la fiesta.

PREGÓN DE FIESTAS 2025

<<Buenas Noches convecinos

Como no puede ser de otra forma, quiero iniciar mi pregón con el agradecimiento a Yolanda, a Víctor y al resto de la Corporación Municipal, jamás hubiera imaginado ser depositario de tal honor y tener la oportunidad de dirigirme a vosotros, Atarfeñas y Atarfeños para ofreceros mi particular visión de nuestro pueblo y su feria, dando el pistoletazo de salida a las Fiestas Patronales de Santa Ana 2025.

Es muy normal en este tipo de discursos, intentar ensalzar todo aquello que el pregonero pueda considerar reseñable del patrimonio y la historia del lugar. Es inevitable que se citen a lo largo del pregón lugares atarfeños por todos conocidos, donde se han desarrollado gran parte de nuestras vivencias. Para todos los que quieran contar con una fuente de muchísima información sobre nuestro pueblo, me remito a una publicación que nos transmite diariamente con todo el mimo y lujo de detalles contenidos relacionados con Atarfe y sus gentes: La gacetilla y curiosidades elvirenses que podemos encontrar en Facebook y que constituye una rigurosa y auténtica crónica de la historia y el presente de Atarfe. Su alma mater es el atarfeño y atarfista, como él mismo se define, José Enrique Granados Torres…, el Cachas. José Enrique, gran amigo desde la infancia, no ceja en la búsqueda de cualquier documento gráfico, escrito u oral relacionado con el municipio. Gracias por compartir con tanto cariño y empeño las cosas de tu pueblo, nuestro pueblo, con todos. Atarfe NO necesita un Cronista Oficial…, ya lo tiene…

Nací lejos de Atarfe por cuestiones laborales de mi padre que, granaíno de la Cuesta de Gomérez, debajo de la Alhambra, vino a Atarfe a buscar compañera de vida, mi madre, Conchita, hija del Niño Manuel García y Dolores la del Feo. Dicen que uno es del sitio en el que se instala y vive. No deja de ser cierto, pero esto requiere una adecuada inmersión y conocimiento del sitio, ganas de hacerlo, y colaboración de las gentes del lugar. Indudablemente, si además hay raíces de por medio esto es más fácil. La colaboración de los lugareños en Atarfe está asegurada, somos gente hospitalaria, abierta, solidaria, algo particulares y con cierta malafollá granaína, pero siempre dispuestos a ayudar en lo que se pueda.

Los forasteros, mi abuela Dolores siempre catalogaba así a los de fuera, pueden sorprenderse cuando nos saludamos por la calle, somos secos y breves…: Eeehhh…, Aaaayyyy, pero en las distancias cortas sabemos acogerlos para que hagan de nuestro pueblo su casa. Bienvenidos a todos, ya estéis de paso o para quedaros, seguro que encontraréis en Atarfe un lugar para vivir, donde estar a gusto, con sus defectos, que los tiene, y sus muchas virtudes.

Y sin residir aquí, tuve la suerte de pasar gran parte de mi niñez en el pueblo…, No hay nada comparable para un niño que pasar esa etapa de su vida en un pueblo tranquilo donde se podía salir a la calle sin apenas preocupaciones. Para mí, la calle Real era el epicentro porque mi casa, la casa de mis abuelos, encima del bar Jiménez, entrando por el callejón del Aire, estaba en ese eje de la vida atarfeña. En mi retina para siempre quedará, la labor veraniega de lazarillo con mi abuelo…, el Niño Manuel García, que sufrió un lamentable accidente en los años 50 en la fábrica de cementos de la “Portland” y quedo ciego desde entonces. Casi todas las mañanas lo alargaba y lo recogía de la barbería del Cachas donde el Arsenio te dejaba el mejor cogote de la Vega…; era lugar de tertulia habitual, situada en esta misma plaza, ahora oficinas del urbanismo municipal. En la vuelta a casa casi siempre había paradiña…, vamos a acercarnos al Peña a recoger los cupones (de la ONCE), y claro, allí caía un gorrión (chato de vino blanco) o un quinto y yo me comía la tapa que nos ponía el Pepe: calamares fritos con cebolla en vinagre…, ¿hay algo más bueno?…; y después, cuando estábamos ya en el portal de Callejón del aire me decía…, vamos a seguir al Bolero, y transitábamos por la plaza de Abastos, con los puestos del pescado recogiendo, para llegar a ese auténtico bar donde la Bolera le ponía otro quinto y la tapa…, para mí, boquerones fritos y tomate…, y mi abuelo, el pobre llegaba más ciego de lo que estaba a la casa…

Ay, los bares, como decía Jaime Urrutia, otro de los innumerables artistas de primera fila que han desfilado por Atarfe: Bares que lugares tan gratos para conversar, no hay como el calor del amor en un bar…; El Peña, El Bolero, Las Palomas (epicentro que fue del Carnaval atarfeño), El Zagreño, el Viñedo, el Chicote, el Marali, el Venancio, el Scorpio, el Labrador, el Portón, el Volante, el Clebes, el Cafetín, el Jiménez…, en fin, bares en torno a la Calle Real, cada uno con su idiosincrasia, donde tuvimos la suerte de disfrutar de buenos ratos, con su ambiente y sus tapas…, unos desaparecieron, otros cambiaron de nombre, algunos siguen al pie del cañón y otros nuevos han surgido a lo largo y ancho de la geografía atarfeña… a todos ellos y a los que no he nombrado, muchas gracias y suerte para seguir brindándonos lugares de encuentro y reunión acogedores en nuestro pueblo.

Si, nuestro pueblo…, porque para mí siempre será mi pueblo, aunque supere los 20.000 habitantes y se catalogue oficialmente como ciudad. Lo dicho, es un pueblo con solera en la Vega granadina, siempre lo fue y lo debe seguir siendo. El final del siglo pasado y el comienzo del que vivimos actualmente supuso una transformación importante del municipio que, con sus luces y sus sombras…, dio lugar a la actual trama urbanística donde se desarrollaron grandes avenidas para conectar el centro del pueblo con los nuevos sectores en desarrollo. Aquí llama la atención el bulevar de la Avd. América por donde es una gozada pasear, en invierno y en verano, con su abundante arboleda y la silueta de Sierra Nevada y el pico del Veleta siempre en el horizonte. Nuevos parques y arbolado urbano que se ha ido consolidando con el esfuerzo de los sucesivos gobiernos municipales y que han hecho que, actualmente, Atarfe tenga una de las densidades de zonas verdes por habitante más elevadas de la provincia. Los tilos de la avd. Diputación, las catalpas de la avd. de la Estación, los plátanos de sombra que junto a los cedros hacen del inicio de la avd. de Andalucía una entrada al pueblo desde el Oeste absolutamente incomparable, o el paseo de Santa Ana, donde olmos y otras especies escoltan al Corazón de Jesús y la Ermita. Podría seguir citando esos parques y rincones atarfeños que todos conocéis, donde esa trama verde es un auténtico tesoro que tenemos la obligación de preservar y respetar, sobre todo en estos tiempos que corren, tan complicados climáticamente hablando. Seguro que, con el empuje de todos: nuestros representantes, colectivos y ciudadanía, sin acritud, sin asperezas, discrepando de forma respetuosa, conseguiremos que Atarfe siempre esté en el lugar que le corresponde. Que tenga un desarrollo donde prime el sentido común, que respete y proteja nuestro entorno y haga del pueblo un lugar donde seguir viviendo de forma privilegiada.

Eso es cultura verde…, y que la cultura es un eje vertebrador y transformador de la sociedad, en Atarfe lo sabemos bien. Hemos disfrutado y disfrutamos de una actividad cultural frenética en la que participa mucha gente del pueblo: actividades musicales, teatrales y de danza asentadas a través de la Asociación Artística y Cultural de Atarfe o la Feria de la Ciencia que, a través de la comunidad educativa atarfeña, transmite otra forma de cultura: la científica. Se podrían citar infinidad de eventos, aunque me viene a la cabeza el Festival de Jazz en el Lago…, evento musical pionero en la provincia que como muchas veces ocurre, parece más apreciado y conocido por foráneos que por lugareños y que se ha hecho un hueco en el calendario siendo citado y reconocido por la prensa especializada. No puedo dejar de mencionar y reconocer en este momento a mi querido amigo Ángel Fernández que tanto ha trabajado por Atarfe. Gracias Ángel, puedes sentirte satisfecho por la dedicación y el cariño con que has servido a tu pueblo. Y hablando de cultura…el deporte es cultura y me atrevería a decir que una forma de vida…,

Afortunadamente, aquí practicamos mucho y variado deporte. El futbol monopolizaba en gran medida la actividad deportiva de los jóvenes…, aquí y en otros muchos pueblos…, pero otras disciplinas se iban abriendo hueco gracias al afán de personas anónimas que tenían inquietudes deportivas diferentes. Era habitual encontrar en las programaciones de las fiestas y la feria desde los años 70 y 80, junto a partidos de futbol del Atarfe Industrial, otras competiciones que ocupaban las calles atarfeñas como Cross populares y carreras ciclistas. También torneos de ajedrez, baloncesto en las escuelas nacionales, natación y tenis en la piscina Sol y Vega (piscina de Pepe Baca) o exhibiciones de judo y otras artes marciales. La dotación de infraestructuras deportivas se fue haciendo realidad y creo que se puede afirmar que la oferta de instalaciones a día de hoy es de primer nivel, y el deporte base, el que inicia a nuestras niñas y niños en esa forma de vida, está en plena ebullición. Reitero que algo funciona si alguien tira del carro con empeño e ilusión y si además se recibe el apoyo institucional los proyectos cuajan y se asientan. Y quienes tiran del carro son los clubes que, a través de sus escuelas deportivas, inician a los chavales en futbol, baloncesto, voleibol, atletismo, ciclismo, actividades de montaña, gimnasia, triatlón o deportes de raqueta. Esto ha traído consigo que la agenda de eventos deportivos que tiene lugar en el pueblo a lo largo del año sea enorme, eventos muchos de ellos de primer nivel, situándonos en el mapa deportivo provincial, andaluz y nacional. Ojalá cristalice la iniciativa municipal de hacer a Atarfe “Villa Europea del Deporte” el próximo año, con el apoyo de todos a los que nos importa esto en nuestro pueblo será más fácil y seguro que repercutirá en mejorar, si cabe aún más, el deporte atarfeño. Ojalá lo veamos…

Arrimando la ascua a mi sardina, tengo que resaltar las actividades deportivas en el medio natural…, hablando coloquialmente deporte en la montaña. Tengo la suerte y el orgullo de formar parte del Club de Atletismo y Montaña Atarfe, un grupo de atarfeñas y atarfeños que empezaron a correr por el entorno de Atarfe, sus calles, la Vega, la pista de Atletismo…, que organizaban y lo siguen haciendo, la Carrera Nocturna que el otoño pasado cumplía su vigésimo primera edición.

Y a algunos les dio por correr por el monte y aquello fue cuajando, y comenzaron a organizar la Carrera por Montaña Sierra Elvira, de la que se han cumplido ya este año 18 ediciones siendo una de las pruebas deportivas organizadas en nuestro pueblo más consolidadas y de mejor proyección nacional. Y claro, para correr por montaña hacen falta montañas…y en Atarfe nos podemos vanagloriar de ser el único municipio de la Vega que tiene una montaña, aunque sea pequeña…, SIERRA ELVIRA, un auténtico privilegio para nosotros.

Debemos sentirnos orgullosos de ver como nuestras vidas están siempre vigiladas bajo la atenta mirada de Sierra Elvira, los Morrones. Cuando vuelves de un viaje y ves Sierra Elvira piensas…, ahí está, ya estoy cerca de casa. He recorrido muchos macizos montañosos dentro y fuera de España, considero a Sierra Nevada mi referencia, pero, todo montañero guarda en su retina su montaña, el sitio al que siempre hay que volver para cargar las pilas…, el mío es Sierra Elvira y su piedra caliza. Este modesto macizo montañoso, siempre llama la atención de todo aquel que mira hacia el poniente desde Granada porque emerge de la llanura aislado, como una isla recia y pedregosa, paisaje familiar para los granadinos. Es una verdadera isla ecológica dentro de la Vega de Granada. Un regalo de la naturaleza. Riqueza geológica, biológica, paisajística, histórica y lúdico-deportiva. El cerro del Castillejo y paraje del Lago, sus caminos, desde los pinares hasta las ruinas de Medina Elvira…, desde la Moleona a Caparecena, la vista espectacular desde el Morrón de Enmedio…, sus cabras montesas, ese molusco endémico que aquí llamamos almeja de la sierra, sus orquídeas, sus simas humeantes de vapor en invierno…, esos toboganes naturales de los Caballicos del Rey…, su ermita de los Tres Juanes…. Acercaros a Sierra Elvira, a conocer sus secretos, sus senderos, su historia, sus cumbres, sus miradores…, os sorprenderéis. Solo conociendo un lugar se llega a amarlo y respetarlo, transmitiendo ese respeto a quien os rodea. Nos lo agradecerán nuestros nietos y sobre todo Sierra Elvira que, en los últimos años, está sufriendo un acoso sin precedentes debido a la actividad humana. Ya hay iniciativas ciudadanas trabajando en su recuperación y protección que seguro contarán con el apoyo municipal. Ojalá el águila dormida, como la llamaron los árabes, levante vuelo y recupere todo su esplendor.

Y ese horizonte atarfeño al amanecer, con las cumbres de los Morrones calentadas por los primeros rayos de sol resultan inolvidables cuando se disfrutan desde algún lugar del ferial de Atarfe, saliendo de una caseta o “sentaico” comiendo churros. Bueno, pues ya empezamos a hablar de feria…, y antes de disfrutar del ferial actual o de los otros feriales, ya que ha habido diversas ubicaciones, fuimos adaptándonos a las fiestas según la edad y las circunstancias de cada año.

El pueblo en el final de los años 70 y comienzo de los 80 era tranquilo y los veranos transcurrían esperando dos fechas señaladas…, las fiestas patronales de finales de julio y la feria de principios de septiembre. En esos momentos casi toda la actividad giraba alrededor de la calle Real: diana floreada con gigantes y cabezudos, abriendo calle el Chacarrol, auténtico terror de perros y pájaros, con su planilla con dos cáncamos para meter las varillas de los cohetes, después las cucañas en la plaza del chicote…, niño no te metas debajo que te van a escalabrar…, banda de música, partidas de ajedrez. A mediodía, ni moscas en calle que pega el sol de la canícula, pero al llegar la caída de la tarde todo empezaba prepararse. Sillas de Barranco por toda la calle Real haciendo una especie de terraza continua, olor a brasas encendiendo para los pinchos morunos, los columpios en Santa Ana, a los coches de choque NO, que están muy lejos…, paseos por una calle Real abarrotada de vecinos luciendo sus mejores galas, unos cuantos perdigonazos en la caseta de tiro para conseguir chicles como piedras con sabor a plomo…, turrones NO, si es Julio…, ya llegara diciembre. Y entrada la noche, al balcón de mi abuela, la Niña…, siempre dispuesta a hacerme un “almuercico” (huevos fritos con longaniza) a la hora que fuera. Allí seguíamos siendo protagonistas, la música del chalet del Ayuntamiento nos llegaba nítidamente…, nunca entré en ese recinto que era uno de los centros neurálgicos de las fiestas. Abren la Trianas, montando su chiringuito en la esquina del Callejón del aire…, abuelo otra rueda, éstas se hacen ricas…, y a la cama, que hay que madrugar para otra diana floreada…

Todo esto nos dice Serrat que son aquellas, pequeñas cosas, que nos dejó un tiempo de rosas, en un rincón, en un papel, en un cajón. Qué razón tiene…

Y en Julio todo solía acabar con la procesión de la patrona, Santa Ana, la Abuela. A pesar de que nos apuntamos rápido a cualquier festividad, hay una fecha que resalta en el calendario: el día de Santa Ana. Se podría decir que no hay otra cosa que nos una más en Atarfe que nuestra Patrona. El pueblo entero se echa a la calle…, Santa Ana despierta emociones en jóvenes y mayores, pura tradición arraigada fuertemente en nuestro pueblo que le canta: Viva Santa, nuestra patrona, que aquí en Atarfe tiene su altar…”

Cuando se cerraba el corto capítulo patronal…, ya queda menos para septiembre…, y vendría nuevamente la fiesta a Atarfe. Pero esto finalizó con la década de los 80 cuando toda celebración ferial se unificó en Julio. La fiesta fue evolucionando, cambiando ubicaciones, la calle Real empezaba a perder parte del protagonismo que se trasladaba allá donde se ubicaba la caseta municipal y las atracciones de feria. En los 90, junto al campo de Futbol se montaban algunas casetas con actividad nocturna, recuerdo la del PCPA con sus Cuba-libres, la de IU y sus pinchitos, y las quasi-discotecas del Yasta, el Coco o el Bolas…, y allí estuvo también “La más bonica”…, la caseta de “los feos” porque de la mano mía, mis primos Jorge y Rosa (hijos de la Mari, risueña como ella sola y Pepito Santos, genio y figura) y nuestras parejas…, toda la familia hizo piña y allí estuvo echando una mano, y allí estuvieron nuestros amigos, con algún día de tiempo otoñal con lluvia incluida, los Héroes del Silencio actuando en el campo de futbol y Cruz y Raya y los K2x3 en la caseta municipal.

Creo que hasta la fecha he hecho de todo en las fiestas de Atarfe, pero en el año 95 se produjo un antes y un después. Nuestro grupo de amigos, con los que tengo la suerte de seguir compartiendo amistad desde la adolescencia, habíamos fundado la Asociación Cultural Atarfeña “La Cuchara de Palo”, y a inicios de Julio, sentados en el Cafetín alguien dijo: no hay bemoles de montar una caseta en la feria…, y tras el cachondeo inicial aquello se empezó a poner serio…, ¿y qué nombre le ponemos?…, algo de la Cuchara…, pues la Cucharita…; dos mil duros por barba y a buscar infraestructura, la burocracia antes era menos escabrosa, en el Ayuntamiento encantados…, aquí os podéis poner enfrente de los coches de choque, a las tapias del nuevo campo de Futbol. A buscar las carpas, los toldos, las luces…, equipo de música con “cachitos de hierro y cromo”, cacharros de cocina…, todo fue saliendo de aquí y allí y ya tenemos nuestra casa montada en la feria…, si nuestra casa porque creo que nos pasamos allí 20 horas al día…, algunos las 24. Súper ambiente nocturno y a mediodía…los amigos y unos cuantos más…, calor, mucho calor, pero vimos que con agua se arreglaba todo, y que estábamos a gusto…, muy a gusto, y otra gente parece que pensó parecido…, las noches se juntaban con el día, nos hicimos amigos de los feriantes a los que no dejábamos descansar…, y Atarfe respondió, y siguió respondiendo muchos años y comenzó la leyenda de la Cucharita que se convirtió en santo y seña de nuestra feria y su mediodía hace ahora 30 años. Desde ese momento, para mí y mis amigos las fiestas han girado en torno a esta caseta.

Y eso animó a otros y surgieron nuevas iniciativas, allí, donde las tapias de bloques eran la trasera de la barra…, y en el parque Pink Floyd: Coro Rociero, la caseta del Hueso, Jarrillo de Lata, Asociación de Comerciantes, La Rejuntá. Aquello rápido quedó pequeño, y todo se trasladó a la ubicación actual, recinto envidiable donde se ha encontrado el mejor de los acomodos, ahora que la arboleda de plátanos proyecta su alargada sombra sobre el albero, el sueño de la feria del mediodía sigue más vivo que nunca…, si no lo habéis probado no sabéis lo que os perdéis.

La Cucharita es para nosotros “La esencia de la fiesta”, es compromiso, ilusión, tradición, ambiente, amigos, música, calor, mediodía, agua, migas, papas con huevos, con choco, con mojo, albero, barro, más calor, un arroz, toros, sandia, cuerva, mojito, microclima, pipirrana, una verde…, sueño, churros, Santa Ana…, en fin, maneras de vivir la feria de nuestro pueblo y 30 años con la caseta a cuestas, literalmente…, otras veces nos acogieron, y ahora, que no estaremos ubicados en un sitio concreto, el espíritu cucharita sigue más vivo que nunca…, gracias a mis amigos por toda una vida compartiendo vivencias dentro y fuera de la feria, dentro y fuera de nuestro pueblo.

Hago mías las palabras que José Prados Osuna escribió para nuestro pueblo en 1973:

Eres tú, Talón de los Juanes y Ribete de Elvira. Eres tú, a pedradas del tiempo, a golpes de historia y siglos.

Eres tú confusa amalgama de hombres y cosas que un día juntaron sus destinos y naciste loco de vida a ser hogar y paisaje, recuerdos de niñez y cuentos de libros.

Atarfe…, como no te voy a querer…, si además de todo lo dicho…, aquí conocí a Rosa, mi mujer y compañera de vida, aquí nacieron mis hijos David y Carolina, aquí están mis padres, mi hermano Alberto, mi familia…, los que están y los que nos dejaron, sirva también este pregón como recuerdo a los que se fueron…, aquí están mis amigos, los de siempre y otros que han ido surgiendo a lo largo del tiempo…

Parafraseando a Sabina, “Cuando la muerte venga a visitarme, no me despiertes déjame dormir, aquí he vivido y aquí quiero quedarme, pongamos que hablo de… Atarfe”,

Disfrutad de estos días de fiesta, aprovechad las actividades programadas y sed protagonistas de ellas, en la calle Real, en nuestros parques, en el Paseo de Santa Ana, en el recinto ferial, en el Coliseo, en el Polideportivo o en los bares del centro…, es lo que nos llevaremos…

Viva Santa Ana y viva Atarfe

Salud, felicidad y vamos con las fiestas…>>

Gacetilla y curiosidades elvirenses.