El nuevo borrador de la COP30 omite el abandono de combustibles fósiles y España lo rechaza
Movimientos sociales denuncian el oscurantismo con el que se han llevado a cabo las negociaciones de los últimos días y lamentan, como también lo hacen 36 países, la falta de ambición climática de los textos.
La presidencia de la COP30, celebrada en Brasil, ha publicado en la madrugada de este viernes los nuevos borradores negociados entre los 195 países presentes en el encuentro. Los ojos estaban puestos en el Mutirão (esfuerzo colectivo). Este texto omite menciones a la hoja de ruta para poner fin a los combustibles fósiles, uno de los compromisos claves de esta cumbre que pretendía concretar el compromiso pactado hace ya dos años, en la COP28 de Dubái. El borrador, todavía susceptible de cambios, ha recibido el rechazo de España y otros 35 países, así como de los movimientos de la sociedad civil.
En una carta a la presidencia, los países remarcan que «no podemos apoyar un resultado que no incluya una hoja de ruta para implementar una transición justa, ordenada y equitativa que nos aleje de los combustibles fósiles«. «El mundo espera que esta COP demuestre continuidad y progreso tras el Balance Global. Cualquier cosa que no sea eso se consideraría inevitablemente un paso atrás«, añade la misiva. Además, solicitan «respetuosamente, pero con firmeza» una propuesta revisada que refleje las opiniones de la mayoría y que restablezca «el equilibrio, la ambición y la credibilidad del proceso». En este sentido, recuerdan que están dispuestos a «colaborar constructivamente» para lograr ese resultado.
Además de España, también han firmado la carta Austria, Bélgica, Bulgaria, Chile, Colombia, Costa Rica, Croacia, Chequia, Dinamarca, Estonia, Fiyi, Finlandia, Francia, Georgia, Alemania, Guatemala, Honduras, Islandia, Irlanda, Kenia, Liechtenstein, Luxemburgo, Islas Marshall, México, Mónaco, Países Bajos, Panamá, Palaos, República de Corea, Eslovenia, Suecia, Suiza, Tuvalu, Reino Unido y Vanuatu.
¿Qué dice el último texto propuesto?
El borrador reconoce «la necesidad de adoptar medidas urgentes y prestar apoyo para lograr reducciones profundas, rápidas y sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero en consonancia con las trayectorias de 1,5 °C» y señala que «la financiación, la creación de capacidad y la transferencia de tecnología son factores fundamentales para la acción climática». Entre las decisiones específicas que incluye el texto, figura el lanzamiento de un Acelerador de la Implementación Global «para mantener el objetivo de 1,5 °C y apoyar a los países en la aplicación de sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) y sus planes nacionales de adaptación».
El texto también propone «impulsar urgentemente medidas que permitan aumentar la financiación destinada a la acción climática de los países en desarrollo, procedente de todas las fuentes públicas y privadas, hasta alcanzar al menos 1,3 billones de dólares al año para 2035«. Asimismo, destaca «la urgente necesidad de seguir avanzando hacia el objetivo de movilizar al menos 300.000 millones de dólares al año hasta 2035 para la acción climática en los países en desarrollo, con los países desarrollados a la cabeza».
Un borrador «decepcionante»
El comisario europeo de Clima, Wopke Hoekstra, añade que los borradores presentados «decepcionan». A su juicio, «distan mucho» de la ambición necesaria en materia de mitigación contra el cambio climático. «Estamos dispuestos a ser ambiciosos en materia de adaptación, pero queremos dejar claro que cualquier referencia a la financiación debe enmarcarse claramente en el compromiso adquirido el año pasado». Se refiere de este modo al Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG, por sus siglas en inglés), el instrumento financiero que desde 2025 sustituye al Fondo Verde para el Clima.
«Las propuestas de triplicar la financiación para la adaptación y establecer un programa de trabajo sobre la financiación climática no son lo suficientemente sólidas», critica en un comunicado Rebecca Newsom, experta en política financiera de Greenpeace Internacional. «Una vez más, los países vulnerables se ven obligados a hacer frente a los crecientes impactos del cambio climático sin planes que garanticen la financiación pública que necesitan, sin impuestos a la industria de los combustibles fósiles y sin poner fin a las subvenciones a los mayores contaminadores».
En declaraciones a los medios, el responsable de Energía y Clima de Ecologistas en Acción y presente en Belém, Javier Andaluz, denuncia la opacidad con la que se han llevado a cabo las negociaciones. Estas «han sido las más oscuras que hemos tenido en la historia, con una presidenca brasileña que no ha reportado fuera mediante textos» para que las organizaciones de la sociedad civil pudieran evaluarlos y hacer un seguimiento de los mismos. Insiste en que esta «no es la manera de proceder» y defiende que las voces de los movimientos sociales también deben contar en este proceso.
En cuanto al Mutirão presentado, Andaluz también lamenta que los elementos incluidos «no suponen ningún avance real dentro de las negociaciones» y se suma a las críticas realizadas en cuanto a la omisión del abandono de los combustibles fósiles. «No podemos estar celebrando los diez años del Acuerdo París», remarca. «Quedan horas de negociación. Exigimos salir de aquí con un mapa que sea capaz de avanzar o de tener una propuesta más clara sobre cómo vamos a abordar el diálogo para poner fin a los combustibles fósiles», concluye.
FOTO:çaricaturas de Javier Milei y Donald Trump durante una protesta de Oxfam en la COP30, a 20 de noviembre de 2025, en Belém (Brasil).EFE/ Andre Borges
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