19 diciembre 2025

Hay que saborear la esencia de la tierra sin más glamur que el que usted y su compañía quieran darle,

Colas en las puertas, ahora, que es la época de festines, de comidas pantagruélicas sin más motivo, fechas en las que los amigos, compañeros, socios, vecinos, familias y todo conjunto de más de dos, nos reunimos junto a una mesa a celebrar que seguimos, que hemos llegado y que esta costumbre debe prolongarse mientras haya comida en el mundo para nosotros.

Sin embargo, de Perú llegaron, ahí están las papas asadas, con sus guarniciones de huevo, mayonesa, aceitunas, salsas varias, zanahoria, maíz y todo aquello que a usted se le ocurra. Manjares que también lo son y que generan colas en las puertas de los locales que las preparan y venden, o pedidos telefónicos que obligan a poner dos colas, las de encargos y las del momento.

El Paponazo, es uno de estos establecimientos en el que media docena de personas se afanan cada día en servir a sus cautivados clientes que buscan variedad en sabores y que no están dispuestos en gastar cincuenta euros en una cena.

No es de diario, pero sí de frecuencia en estos tiempos en los que hay tanta necesidad aparente de socializar con la comida a costa de lo que sea. En estos casos, los de las papas asadas, se socializa y su coste es humilde, al alcance de todos, sin distingos de clases sociales, que lo bueno no ha de ser lo que nos desvalije la cartera.

Y no es tener mejor o peor gusto o cartera, es saborear la esencia de la tierra sin más glamur que el que usted y su compañía quieran darle, porque el encanto que fascina y el buen gusto están en el comensal. Y si el producto es de calidad y está bien preparado solo queda comerlo despacio.

FOTO: https://www.nestlecocina.es/receta/patatas-rellenas-en-freidora-de-aire