24 noviembre 2024

Los hogares con renta más baja crecen al pasar del 31,2% al 38,5% del total

La clase media ha menguado con la crisis. Las personas que en 2004 vivían en hogares con un nivel de renta medio llegaban al 59%. Tres años más tarde el porcentaje creció. Llegó al 60,6% y tocó techo. A partir de ahí no ha dejado de caer. En 2013, bajó al 52%, según un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas y la Fundación BBVA. En total, en esos nueve años la clase media habría perdido cerca de 3,5 millones de personas.

La crisis ha traído un descenso de la renta disponible de las familias. Hasta 2007 crecía, llegó a acercarse a una media de 28.000 euros. Ese año tocó techo. Desde entonces no ha hecho más que caer. En 2013, último año comprendido por el estudio, ha quedado en poco más de 22.000 euros, un 20% menos que seis años antes.

Esta reducción no ha sido uniforme. La distribución de personas según el nivel de renta de los hogares en que residen lo muestra con claridad. En 2007, el 60,6% de la población española, formaban parte de familias que se podían considerar de clase media. En la clase baja, el 26,6%. El resto, 12,8% en la alta.

Seis años después —el estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y el BBVA analiza el periodo comprendido entre 2004 y 2013— la parte de abajo de la pirámide había crecido significativamente. Las personas que se podían considerar clase baja habían pasado a 38,5%.

Los integrantes de hogares con rentas medias bajaron en más de ocho puntos porcentuales, hasta el 52,3% y cayeron hasta poco más de 24 millones. En seis años, este colectivo ha menguado en unos 3,5 millones de personas.

La metodología seguida por el catedrático de Análisis Económico, Francisco Goerlich, y su equipo para clasificar a los hogares según su nivel de ingresos comienza por hallar la mediana, los ingresos que dividen a la población en dos mitades exactas según tengan una renta mayor o menor. Una vez hallada la medidana establece la división en tres grupos: los que disponen ingresos menores al 75% de la mediana, los que ingresan entre el 75% y el 200% de la mediana y los que se sitúan por encima del último dato.

Sube la desigualdad

La consecuencia ha sido el incremento de la desigualdad. Según el índice Gini (un termómetro que mide la igualdad en la sociedad en el que cero sería la igualdad absoluto y 100 la máxima), se aprecia que entre 2004 y 2013 ha subido de 32,2 puntos a 35,4.

“El principal origen de estos resultados es lo sucedido en el mercado de trabajo”, señala Francisco Goerlich, “la impresión que predomina es que las políticas públicas han perdido fuerza redistributiva, pero en realidad lo que ha ocurrido es que no han compensado por completo los cambios que la crisis y el deterioro del empleo han provocado en la distribución de la renta entre los hogares”.

“El factor más importante es el cambio en la intensidad de trabajo: aumento del desempleo, del trabajo temporal y del trabajo a tiempo parcial”, abunda la presentación del estudio. “Tres cuartas partes del incremento en la desigualdad se deben a la disminución en la intensidad de trabajo de parte de los hogares”, continúa Distribución de la renta, crisis económica y políticas redistributivas.

Explican los investigadores del IVIE que la caída de ingresos ha sido más importante en los hogares con menores niveles de renta, “lo que, además, ha empeorado su posición relativa debido, en especial, a factores relacionados con el deterioro del mercado de trabajo”, insiste.

Una de las conclusiones sobre salarios a las que llega el estudio es que “la distribución salarial es cada vez más homogénea en estos años si se comparan solo los ingresos de los asalariados a tiempo completo, porque la crisis expulsó del mercado a una proporción mayor de empleados con bajos salarios”. “La heterogeneidad aumenta cuando se incluyen en la comparación los asalariados a tiempo parcial y, sobre todo, los autónomos, un colectivo entre cuyos miembros hay una gran disparidad de ingresos”, zanja.

El impacto de las políticas redistributivas

Las políticas públicas contribuyen a aliviar los efectos que la crisis ha producido sobre la desigualdad en España, especialmente las de transferencias monetarias. Según los cálculos del IVIE y la Fundación BBVA, esta es un 45,7% menor de lo que es actualmente gracias a ellas.

El mayor impacto procede de las pensiones. Detrás de ellas están las prestaciones y los subsidios de desempleo y la educación. Completan el elenco el desembolse sanitario y las exenciones sobre los impuestos directos.

Fuente: Fundación BBVA EL PAÍS / Atlas