Miguel Ríos reivindica la cultura y el papel de la universidad para formar ciudadanos críticos

El músico granadino ha sido investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Granada, en un acto en el que también ha sido distinguido el director del Centro Nacional de Supercomputación, Mateo Valero.

Miguel Rodríguez
Miguel Ríos ha sorprendido interpretando al final del acto el Himno de la Alegría.

Un rockero, seguramente el más importante rockero que ha dado este país, se puso este viernes el birrete académico y se convirtió en el tercer músico ‘Doctor Honoris Causa’ por la Universidad de Granada. Antes que él lo fueron dos músicos de los considados serios: Andrés Segovia y Miguel Querol, pero ahora tal distinción ha llegado a la música popular, al rock de un granadino ilustre que lo recibió emocionado.

Fue un acto solemne y muy emotivo, que tuvo su culmen cuando, tras el discurso oficial, se abrieron las cortinas del crucero del Hospital Real y la Orquesta Univesitaria de Granada interpretó las notas del ‘Himno de la Alegría», la canción que, precisamente, más éxitos dio a Miguel Ríos en toda su carrera y que le lanzó al estrellato. A sus 72 años, lo interpretó con el sentimiento y la emoción de un niño.

Antes de su discurso, Miguel Ríos reivindicó ante los medios el papel de la cultura y el de la universidad para formar ciudadanos críticos: «Los individuos son lo más importante en la vida y en el universo, pero sin cultura los individuos son mucho menos de lo que deberían ser».

Agradeció la distinción, que compartió con el otro ‘Doctor Honoris Causa’, el director del Centro Nacional de Supercomputación, Mateo Valero, de quien dijo, exhibiendo modestia, que «su talento y su currículum hubieran merecido mejor pareja de baile».

Un «enorme compromiso»

Para el rockero, este «premio» o «lotería» lo recoge sin saber si lo merece o no. «Para alguien que solamente ha cursado estudios en la universidad de la calle, en estos vetustos y maravillosos patios, esto es una especie de premio, una lotería que le llega a uno no sabiendo mucho si se la merece».

Dijo que se trata de un «enorme regalo» y un «enorme compromiso», que recibe con una «pequeña sensación de impostura». «Repasé la nómina de Doctor Honoris Causa de esta universidad, y me temblaban las piernas, porque realmente te invade una pequeña sensación de impostura, de que estás en un sitio que es realmente mucho más grande que tú».

Miguel Ríos alabó además el papel de la institución académica y su papel para formar ciudadanos críticos. En su opinión, en un lugar como la universidad, «donde se atesoran tal cantidad de conocimiento» debería «derramarse hacia afuera de las paredes» para auspiciar ciudadanos críticos.

«Yo vengo aquí más como un párvulo que entra en las primeras clases, con un agradecimiento enorme, y por supuesto a ofrecer como decía el cantante argentino Fito Páez en una canción ‘Quién dice que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón. Lo único que se puede ofrecer aquí es el corazón, porque el corazón de esta ciudad reside en la universidad».

Acompañando a Miguel Ríos en esta jornada han estado los periodistas Iñaki Gabilondo y Miguel Ángel Aguilar, los músicos Víctor Manuel y Joan Manuel Serrat,  su amigo el catedrático y poeta Luis García Montero, el líder de los ‘resucitados’ 091, José Ignacio García Lapido, y otros como el humorista gráfico Antonio Fraguas, ‘Forges’.

En su discurso, dijo que «no es solo a mí a quien se honra hoy en esta ceremonia, sin muchos precedentes en la Universidad española, sino a toda una cultura musical y a sus militantes, que han modernizado nuestras vidas, que han luchado contra el pensamiento único, allí donde  se  manifestase, y que han contaminado de tolerancia las costumbres de una sociedad que sería, al menos, más hipócrita e insensible a la evolución y al compromiso y, por supuesto, muchísimo menos divertida si no hubiera existido el rock and roll».

Miguel Ríos tambien tuvo un recuerdo para dos de los mejores músicos que ha dado Granada: Enrique Morente y Carlos Cano. «Deberían haber recibido el honor que hoy se me brinda a mí y que yo ofrezco en su memoria».

La supercomputación y el rock

El otro ‘Doctor Honoris Causa’, Mateo Valero, dedicó su intervención a defender a los equipos de investigadores cuyo objetivo es «intentar devolver a la sociedad un poco de lo mucho que nos da». «Honrado» por ser reconocido junto a Miguel Ríos, cuyas canciones, según ha dicho, le han servido para «tener buenas ideas», ha considerado que es importante que este día porque «la supercomputación y el rock se unen», que son «dos formas de intentar hacer una sociedad mejor».

Miguel Ríos y Mateo Valero. miguel rodríguez

Valero señaló que esta distinción debe ser extensible a su equipo, incidió en que «a pesar de la crisis», las universidades siguen siendo muy «potentes», lo que evidencia que «las cosas se están haciendo bien». «Con la que está cayendo en España ningún investigador está procesado en algo. No hay ninguno. Y nos habrán buscado, en otros campos sí hay algunos», bromeó.

Por su parte, la rectora de la UGR, Pilar Aranda, señaló que Ríos y Valero son dos ‘Honoris Causa’ «complementarios distintos en su trayectoria pero que muestran lo mejor de la universidad». Por un lado, «una trayectoria ligada a la universidad pública que se ofrece a nuestra sociedad», en el caso del primero, y «una trayectoria humana y personal que se ofrece desde la ciudad a la universidad», en referencia al cantante de rock. «Creo que es lo mejor que hoy presentamos conjuntamente a la comunidad universitaria de Granada y a la ciudad».

 

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