En los últimos años llevo fijándome en una cosa que no deja de sorprenderme: la generación de mis padres (tengo 33 años, así que hablamos de personas entre los 45-65 años) no parece prestar mucha atención a su cuenta de correo electrónico. Obviamente, cada persona es diferente, pero la realidad es que me he topado con un patrón que parece repetirse. Leer Más »
