Tu casa es una antorcha: la larga lista de sustancias inflamables con la que convives
La mayoría de los accidentes ocurren en casa, y no es de extrañar teniendo en cuenta que desconocemos el peligro que tienen muchos productos de uso diario. Un altísimo porcentaje de las cosas que tenemos en casa son inflamables. De hecho, tras el incendio de una vivienda sólo suelen quedar en pie los ladrillos y algunos metales.
Estos son algunos de los productos altamente inflamables a los que nadie teme, pero quizá debería…
Algunas espumas
La espuma del pelo y la de afeitar utilizan como propulsores gases a presión. En ocasiones se escogen para ello gases inflamables como el butano, el propano y el isobutano, gases son muy inflamables a los que, aunque así lo indican en la etiqueta, no se les suele dar importancia.
Los envases deben manipularse con precaución y almacenarse en lugares adecuados.
El ácido de la cáscara de las naranjas
La cáscara de los cítricos contiene un compuesto llamado limoneno. Esta sustancia es un aceite inflamable compuesto principalmente por carbono e hidrógeno, por lo que arde con facilidad.
Si aprietas la cáscara de una naranja verás que expulsa un líquido que no es su zumo. Este líquido es rico en limoneno y si salpica la llama de una vela produce una llamarada, mostrando lo inflamable que puede llegar a ser.
El cacao y la harina
Parecen inofensivos y así es mientras permanecen en reposo dentro de su recipiente, sin embargo, cuando por algún motivo este polvo está en suspensión se reúnen las condiciones necesarias para que comience una combustión. A saber: un comburente, el oxígeno del aire y un combustible, los carbohidratos.
No es de extrañar, por tanto, que en los antiguos molinos estuvieran prohibidas las antorchas, las velas y en general cualquier llama que pudiera iniciar la deflagración de la harina, o que durante los años ochenta en varias ciudades de Europa los manifestantes lanzaran bombas caseras de harina.
Las pelotas de ping-pong
Finalmente, las pelotas de ping-pong contienen un compuesto denominado celuloide, que es el nombre comercial del nitrato de celulosa, un material flexible, transparente y resistente a la humedad pero extremadamente inflamable.
Si no lo creéis podéis acercar una llama a una pelota de ping-pong, pero hacedlo con cuidado porque la llama puede alcanzar los 30 centímetros de alto.