Atarfe anecdotario: 1954 LA HERMANDAD DE SANTA ANA BUSCA HERMANOS Y COLABORADORES.
Con fecha 07/06/1954, el Vicario General del Arzobispado de Granada, decreto y firmó el Reglamento de la Hermandad de Nuestra Excelsa Patrona.
Refiriéndonos a hermandades religiosas, podemos decir que en Atarfe, en los siglos XVII y XVIII existían varias: “La Hermandad de las Ánimas”; “La Hermandad del Señor Crucificado”; “La Cofradía del Santísimo Rosario también llamada de Nuestra Señora del Rosario”; “La Hermandad del Santísimo Sacramento”; “Hermandad de San Sebastián”. De ellas hablaremos en otra ocasión.
A saber, Santa Ana Patrona de Atarfe no estaba constituida en hermandad. Nunca necesitó ni necesita de reglamentos. La inclinación de ánimo que los atarfeños sentían y sienten por su “Patrona”, se manifiesta cuando al verla, a viva voz se grita y a los oídos llega el conocido “Viva “Santana””. Aún si cabe, es más grato escuchar el melodioso, natural y afable diálogo infantil con padres o abuelitos:
-“Yo quiero llevar a “Santana”.
–Aún no tienes edad.
–Pues quiero llevarla, ¡bua; buaa; buaaa! (En francés;¡gua-a-a!).
Dicho lo anterior, todos conocemos que con fecha 07/06/1954, el Vicario General del Arzobispado de Granada, decreto y firmó el Reglamento de la Hermandad de Nuestra Excelsa Patrona.
Del artículo primero, destacamos como objetivo la atención al culto a la Madre de la Virgen María, promoviendo el fervor y la práctica piadosa, conservando y restaurando la Ermita, la Imagen y sus enseres materiales. También ponemos de relieve que a la Hermandad podían y pueden pertenecer los naturales y vecinos de Atarfe, sin distinción de sexo (estupendo reconocimiento avanzado a la época), que sean católicos y cumplidos 16 años. Existe la opción de acoger a menores con ciertas condiciones.
La recién creada Hermandad realizó un llamamiento interesante de suscripción de hermanos, que no transcribimos pues se lee bien en la fotografía que se adjunta. (Recomendamos leerla).
Del Reglamento y la comunicación realizada por la Hermandad, destacamos varios aspectos:
*La enorme fe e ilusión que mostraban los atarfeños a su Patrona y la falta de medios que había.
*Llama poderosamente la atención que los redactores de la comunicación de inscripción (Párroco y Mayordomos), la dirigieran a los hombres ignorando las mujeres, toda vez que el artículo uno del Reglamento, como se dijo anteriormente, decía que “podían pertenecer a la Hermandad los naturales y vecinos de Atarfe, sin distinción de sexo”. Hubiese sido más acertado emplear la palabra “personas”.
Adjuntamos fotos de la imagen de Santa Ana existente en la hornacina de la entrada a la Ermita, y de la comunicación y ficha de suscripción.
P.D. Al acercarnos a la Ermita de Santa Ana, hemos comprobado el lamentable estado en que se encuentra la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. En ocasión anterior ya decíamos el abandono que presenta; ahora debemos decir que está aún peor. Como bien emblemático y cultural del pueblo, se debería poner remedio a tan estropeada imagen. En otra oportunidad trataremos la historia y leyenda de la imagen.
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