Cinco falsos mitos sobre el lavavajillas
Todavía circulan falsas creencias sobre el uso, el consumo y la eficacia de los lavajillas. Ponemos las cosas claras y desmontamos algunos de esos mitos más difundidos.
1. Es más eficaz lavar los platos a mano que en lavavajillas
No. El lavavajillas garantiza una óptima acción desinfectante gracias a las temperaturas que alcanza, que rondan los 50°-65°, mucho más que en el fregadero. Además en el lavado a mano se gasta bastante más cantidad de agua: el lavavajillas usa entre 10 y 16 litros (compara aquí los diferentes modelos). Y si nos limitamos a un lavado rápido, puede que los platos no queden bien limpios. Cuando se lava a mano, lo más importante es frotar bien, mientras que en el lavavajillas todos los factores que influyen (tiempo, acción mecánica, acción química del detergente, temperatura…) están más equilibrados.
2. Hay que enjuagar los platos antes de meterlos
No. Para poder limpiar, los detergentes necesitan suciedad. Si los platos ya están (casi) limpios, las enzimas del jabón rendirán menos, sin contar con que ese prelavado supone un gasto de agua innecesario. Si quieres eliminar los restos sólidos de comida, es mejor usar una esponja húmeda o servilletas de papel usadas…
3. En el lavavajillas se puede meter todo el menaje
No. Hay algunos tipos de vajilla que no se pueden lavar a máquina porque resultarían dañados por las altas temperaturas. Hay que lavar a mano las vajillas pintadas a mano, las que tengan decoraciones de metal o el vidrio soplado. Y también los recipientes de plástico que no estén adaptados, las cosas de madera, hojalata o las cazuelas de hierro fundido.
4. Cuanto más detergente, más limpios quedan los platos
No. El principio básico de eficiencia de un lavavajillas es ponerlo en marcha cuando esté completamente cargado, con la cantidad justa de detergente. La dosis adecuada de detergente ayuda a aprovechar al máximo su potencial. Si no estás contento con cómo deja tus platos el detergente actual, prueba a cambiar de detergente.
5. El vinagre sustituye al abrillantador
No. El vinagre es un ácido, y a la larga, recurrir a este producto podría dañar al lavavajillas y a la propia vajilla. Su acción no es comparable a la del abrillantador, pues no es capaz de poner en la superficie de la vajilla esa pátina que hace resbalar el agua. Cuidado: muchas pastillas de detergente incluyen abrillantador. Si las usas, asegúrate de que no usas más abrillantador.