Girl sitting on pier and lookingat the river

Los años pasan, cada 31 de diciembre nos enfrentamos a un ritual para marcar el cambio de año. Lo hacemos con alegría, generalmente en compañía, comiendo y bebiendo… Lo comentamos con nuestros amigos o familiares. «Ya verás como el año que entra será mejor…» o frases similares.

Buscamos con los rituales acostumbrados que algo cambie. Mágicamente esperamos que por desearlo, y porque cambiamos de año, ya las cosas van a ir mejor. Ya sabemos que la magia no existe aunque a nuestro Niño interior le cueste renunciar a ella.

Ya que lo haces, aunque no lo hubieras visto de esa manera hasta ahora, te propongo que hagas un ritual de limpieza de todo lo que realmente no quieres en tu vida. Pero que lo hagas en serio. Que tomes conciencia de lo que quieres cambiar y que sigas unos pasos que terminen en una/s decisión/es de cambio. Decisiones profundas y serias. La clave está en conseguir decisiones de cambio y no quedarse en meros propósitos que vienen de serie con fecha de caducidad.

Te propongo que guardes un tiempo, quizás una hora o más, sin interferencias. Desconectado del móvil, de ocupaciones, de todo lo que pudiera distraer tu atención profunda. Lo mejor es que sea un tiempo abierto, a lo mejor por la tarde-noche sin citas posteriores. Que le puedas dedicar todo lo que necesites. Piensa en un sitio cómodo, recogido, donde te puedas abrir a la intimidad contigo, en soledad. Merece la pena ese tiempo dedicado a ti. Míralo como una inversión.

Una vez llegado el momento, revisa el espacio e incluye algún detalle que te permita aumentar tus sensaciones positivas, mayor seguridad, calidez, confort. Si te apetece enciende una vela, elige una música de fondo que relaje… Se trata de encontrar un clima de paz interior. Aquí no debe haber juicios ni críticas internas. Echa de este espacio al crítico interno y sé tolerante contigo. La idea es aprender y construir un futuro mejor, no machacarnos con los errores del pasado. Busca tener a mano papel y algo con lo que escribir. Pon amor en los detalles. Haz de ese tiempo de reflexión un momento especial.

Es muy importante que todo este proceso lo hagas escribiendo, no mentalmente. Cuando escribimos algo, lo estamos sacando de nosotros para poder incorporarlo después desde una lectura adulta. Que sea nuestra parte más adulta la que afronte y tome las decisiones de cambio, será fundamental para que estas se lleven a cabo. Todos sabemos que los propósitos de fin de año, se quedan en eso, en propósitos. La razón es que están propuestos por el Niño y no por un Adulto comprometido.

Llegado el momento elegido, céntrate en ti. Repasa cómo ha sido este año 2016. Te propongo que realices esta revisión desde varios puntos de vista. La primera aproximación debe ser general. Dando un vistazo hacia atrás, ¿cómo consideras que fue el año que ahora termina? Anótalo. Seguimos desde la visión global, sin profundizar mucho, hazte la siguiente pregunta: ¿qué me habría gustado cambiar de este año que pasó? Escribe sobre el papel las cosas que te surjan como respuesta. ¿Qué dejarías atrás de este año? Anota las respuestas en el papel formando una frase que se pueda leer independientemente de la pregunta.

Ya tenemos una idea general de cómo ha sido el año que finaliza y por donde va lo que te gustaría cambiar. Ahora vamos a profundizar un poco en nuestro interior. ¿Sientes que tu Yo está preparado?. Pregúntate si durante este año ha habido coherencia entre tus ideas y valores y lo que realmente has vivido. ¿Qué puntos incoherentes descubres de tus actuaciones del año? Solo las más significativas. Nos darán pistas de hacia donde deben ir encaminados nuestros pasos. ¿Hubo suficiente honestidad en mi vida de este año?

¿Cómo fueron las relaciones afectivas durante este año? Piensa en las 2, 3 ó 4 personas vivas más importantes de tu vida. ¿Les dedicaste el tiempo y la energía necesaria?, ¿te sientes bien con la respuesta a esta ultima pregunta? Apunta las respuestas en el papel. Y ahora te pido que imagines que este año que pronto comenzará es el ultimo que vas a vivir. Date un momento para reflexionar sobre esto con seriedad. Aceptando este supuesto como algo real ¿Qué respuestas cambiarias de las que ya has anotado? Escribe las nuevas respuestas en el papel.

Ya tienes información suficiente sobre ti y sobre tu vida de este año que ha finalizado, ahora llega el momento de reflexionar sobre qué quieres cambiar de tu vida, cómo quieres vivir a partir de ahora, qué quieres dejar atrás. Ayúdate de tus notas para hacer esta revisión de tu vida y aproxímate al esbozo de posibles decisiones de cambio. Visualiza cómo quieres que sea tu vida y descubre las decisiones adultas que te llevarán a ser como tu quieres y a hacer lo que tu decidas, a partir de ahora.

Las decisiones de cambio son compromisos adultos (factibles, realistas y bien orientados a conseguir los objetivos deseados) que conllevan una toma de conciencia previa, la descripción concreta de lo que voy a hacer para lograrlo, una referencia temporal (cuando comienza y a veces cuanto tiempo durará el compromiso) y alguna forma de control adulto para asegurar su cumplimiento. Puede incluir un premio para el Niño, una vez demostrada la transformación deseada.

Puedes formular tu/s decisión/es en un contrato escrito y firmado, que te permita releer en momentos posibles de duda. Esto te reafirmará en los momentos bajos. Una vez firmado el contrato puedes optar por guardarlo para ti o compartirlo, dependiendo de lo que creas que te va a ayudar más a cumplirlo.

Ya sabes cómo puedes limpiarte para iniciar el año 2017 mejorando. Siempre por ti y para ti. Así conseguirás que tu vida sea mas parecida a lo que tu quieres para ella. Recuerda que somos el producto de nuestras decisiones mucho más que la consecuencia de las circunstancias que nos rodean.

Este post se publicó originalmente en el blog del autor.

Hazte fanPsicoterapeuta y profesor, Instituto Galene

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