RESETEANDO por Juan Alfredo Bellón para EL MIRADOR DE ATARFE  del domingo 08-01-2017

El término “reseteo” es un anglicismo más de los muchos que se han incorporado al vocabulario español en el terreno de las operaciones informáticas durante lo que podríamos llamar la era digital en los últimos tiempos. Resetear vale para decir borrar y volver a empezar de nuevo como si nada se hubiera hecho antes y en general equivale al modismo borrón y cuenta nueva con el que se indica la vuelta atrás, borrando, para empezar de nuevo como si nada, cosa que se hace frecuentemente al escribir y, por extensión, figuradamente, al vivir, pensar o actuar, id est: olvidémoslo todo y volvamos a empezar desde cero.

Se comprenderá que, en las actuales circunstancias, es la frase favorita del PP, dadas las muchas ocasiones en que debe responder de sus palabras, actos y omisiones anteriores ante quienes ahora lo sustentan en su tirititera acción de gobierno: Eso está ya está sustanciado por las urnas y pajarícos con la madre. Un poner, que Federico Trillo se comportó como un trilero redomado con lo de Yak-42 y ahora no puede seguir de rositas representado a España en Londres… pues ya se archivó por la instancia pertinente a su debido tiempo por la parte contratante de la primera de la segunda parte. Esa es siempre la primera reacción, a ver si cuela. Y si no, aparece siempre otra oficial pero de origen incierto que afirma que Trillo será en breve revelado de su cargo por que ya toca a él y a otros cuarenta y tantos cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores pero que, en cualquier caso, el relevo no tendría nada que ver con el hipotético cese… porque ha habido un reseteo.

Y no digamos nada de cuando se trata del Vaticano. Allí no hay ni ordenadores ni Cristo que los fundó. La Divinidad hace las excepciones que convenga y exime a María de la regla del pecado original para poder ser madre de Dios y santas Pascuas. Y luego van los herejes y se quejan de puro revisionismo. Porque eso es lo que son los puristas y los revisionistas, unos herejes cobardes que no saben aceptar la autoridad divina cuando emite un indulto para los amiguetes cuando fabrica un embudo de dos bocas (de cuántas iba a ser) y luego lo aplica desigualmente, como Montoro y la Amnistía Fiscal.

Y si alguna de estas maniobras de distracción sirve para que se le vea papablemente el plumero, pues se pide perdón genéricamente a las víctimas y se postra uno boca abajo ante el altar mayor de su catedral dando la deuda (in vigilandi et in ocultandi et in escatimandi) por saldada, como ocurre, en última instancia con el Papa Francisco y en primera con monseñor Martínez, Obispo de Granada, pastor descuidadísimo de una grey tan numerosa como paciente.

Y no es que las innumerables faltas denunciadas hayan terminado con la astricción de los pecadores por miedo a las elevadas multas económicas de las condenas, sino que, muy al contrario, continúa apareciendo un interminable rosario de denuncias de exactamente iguales características que las conocidas ante las que las respuestas de absoluta irresponsabilidad y obstruccionismo son idénticas, lo que deja al Papa Francisco en no muy buen lugar a pesar de sus manifestaciones reiteradas de tolerancia cero.

Otrosí digo que, sea donde sea que la ciudadanía y el estado llano plantee una reivindicación justa donde los poderosos queden en entredicho por su actitud poco decente, no hay mejor salida para los dueños del poder que tocar a rebato avisando de la nulidad hasta el límite del discurso para luego partir de cero haciendo tabla rasa y, si te vi, no me acuerdo y, si les dices algo rarito, te responden: -María Manuela, ¿me escuchas? Yo de vestidos no entiendo, pero te gusta de veras ése que te estás poniendo?…Que a una madre no se encuentra y a ti te encontré en la calle. Lo que quiere decir que me basta con resetear y ya, a partir de ahora, soy de nuevo el rey del mambo o, lo que es lo mismo el dueño del juego.

Y vuelta a empezar.

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