FEBRERILLO, LOS FICHAJES Y LOS DECRETOS HOSPITALARIOS por Juan Alfredo Bellón
FEBRERILLO, LOS FICHAJES Y LOS DECRETOS HOSPITALARIOS para EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 05-02-2017
Lo que pasó la noche del martes con el Granada C. de F. no tuvo nombre ni apellidos: nos engañaron como a chinos jugando a la silla vacía, siempre uno más que el número de sillas, tratan de sentarse cuando dan vueltas a las que quedan y pierde el que no encuentra asiento para él al sonar el pito tocado por la Madre; se retira el que perdió, se quita otra silla y los que quedan vuelven a empezar la rueda hasta que la Madre toca el silbato de nuevo y pierde quien no tiene asiento y así sucesivamente hasta el final, cuando gana el último en sentarse y pierde el que se queda de pie.
Y ese mismo día, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía anulaba el Decreto de Fusión Sanitaria para Granada y Huelva y reestructuraba los altos cargos de la Consejería se Salud cuyo organigrama ha acabado más quemado que la pipa de un indio, tras el clamor ciudadano que pedía un hospital para cada paciente en ambas provincias, parecería que el conflicto terminara con tal de ponerse a la tarea y darle a la manivela de hacer hospitales según el capricho del Spiriman ese, que hace calcetines sanitarios nada baratos por cierto, aunque menos caros que los hospitales generales que pretende.
Y hétenos aquí con toda la sanidad andaluza más revuelta que un habar maduro y en sazón, con el cruce multilateral de reivindicaciones de sanitarios y usuarios y encima con el PP y Podemos achuchando y malmetiendo, para que se enteren estos sociatas lo que vale un peine y se le bajen los humos a Susana.
Y por si fuera poco, el ministro del Cemento (así llamado no solo por la materia prima con la que su Departamento trabaja con más frecuencia sino por aquella de la que es su cara) nos visita para enterarse de cómo va lo del Ave y qué es eso de la incomunicación granadina por tierra mar y aire, para que luego no digan que esta tierra, y Loja, y Motril, y toda la provincia, que están dejadas de la mano de Dios.
Y luego está lo del chino de los collares… a quien entre Quique Pina y el italiano ese, Pozio, se la colaron doblada, vendiéndole a terceros lo poco que valía de la plantilla y aquí nos hemos quedado con el rehúd, compuestos y sin novia, para bajar sin remisión a Segunda División, que para nosotros no va a ser la División de Plata, sino la de lo que cagó la gata,,,; total otros treinta años para volver a lo que ahora llaman la Liga Santander y, cuando nos toque será la Liga de las Estrellas que veremos de las pedradas que nos darán los aficionados cuando ya no nos quede ni mijita de patrimonio ni de paciencia. Y para qué hablar de Director Deportivo, Entrenador, Fisioterapeuta, incluso Presidente. Porque el chino ha puesto algún dinero pero no ha dado ni la cara por este club de sus amores y mientras, Ígalo, traspasado a un club chino propiamente dicho, por 25 millones de libras esterlinas, de las de después del brexit y de la Era Trump. Señor, qué Cruz. Con un anuncio de Puleva en el culo y la leyenda heráldica de ahí me las den todas.
Y para más INRI, la Policía Local de Albolote aupando a hombros al doctor Spíriman como si fuera El Fandi o hasta el mismísimo Frascuelo, saliendo de la Monumental Granadina, en loor de multitudes. ¡Vivir para ver! ¡No hay que joderse ni nada! Y la máquina, con su manivela de hacer hospitales por un tubo, dale que dale que dale, toma que toma que toma (como en el Palé y con la música de La Reja : este hospital para mí, ese para ti, este otro para él, aquel para ella, estos para tu familia y aquellos, para la comunidad de vecinos de mi hermana, en el mismísimo bajo de su urbanización. Y Granada va a ser desde hoy mismo la Ciudad de los Prodigios, desbancando para tan honroso título a la Barcelona de Eduardo Mendoza, que ahora anda muy ocupado preparando su discurso de ingreso en la Real Academia, solo que aquí no habrá ni un juglar para que componga una crónica de nuestra historia después del Duque de san Pedro de Galatino para acá, sus túneles y sus tranvías. Aunque, para prodigios, los del Vaticano, donde la gente de Roma anda en pie de guerra contra Sor Lucía por haber afirmado que la Virgen, para ser quien fue y hacer lo que hizo, tuvo que haber tenido sexo.