27 noviembre 2024

Una treintena de personas participa en esta iniciativa dirigida a conocer el estado de los espacios de cultivo en la Vega atarfeña

 

Alrededor de una treintena de personas han secundado este domingo una nueva marcha en la Vega de Atarfe por la defensa de este espacio ante las obras de la Autovía GR43, que comunica Pinos Puente y este otro municipio colindante con la capital.

A la cita han acudido miembros de la Plataforma Salvemos la Vega y por la Vega de Pinos Puente, de la Asociación Oppidum Elebris, representantes de las Comunidades de Regantes Caz de Jotayas, Castilla Fontana y Junta Central de Usuarios, concejales del Ayuntamiento de Atarfe y agricultores y ciudadanos de Atarfe y Pinos Puente.

Durante la marcha se han podido ver y constatar los “diferentes destrozos” que está ocasionando la construcción de la Autovía en el término municipal de Atarfe al igual que lo está haciendo en el de Pinos Puente, han informado desde la organización.

Entre ellos se encuentran los daños y las grandes pérdidas medioambientales y culturales de la zona de las Madres de Rao, que era un manantial de agua natural en el que a mediados de siglo se consideraba “como la playa de Atarfe, llegando a haber incluso Nutrias, en palabras de un agricultor”.

Lo “mal hechas” que están algunas acequias, “hasta el punto de que la pendiente está al revés” de modo que el agua circula en dirección contraria a la que debía o no está resuelta ni en proyecto la conexión entre acequias.

Agricultores y regantes han explicado a los asistentes la afección de los trabajos. Foto: Fran Pérez

Otras, añaden los organizadores, no se han conectado bien, de modo que la salida de la misma ha quedado “por debajo de la parcela que se supone que ha de regar”. “Por supuesto los manantiales de agua natural quedarán tapados y lo más seguro es que ese agua no se pueda volver a usar para el riego”, añaden.

Además de estos “destrozos directos”, los asistentes a la marcha, que partió desde Atarfe a las 10.00 horas; pudieron comprobar “montañas de escombros que dejaron en la Vega desde la construcción de la A92 y que no han quitado y que seguro que después de la GR43 se quedarán ahí e incluso aumentarán”.

Por último, los presentes también han podido corroborar cómo en la transición del núcleo urbano a la Vega “no está resuelta la comunicación para el peatón”, de modo que “no existen carriles ni caminos peatonales”. Además, sobre todo pegado a los polígonos industriales, “muchas parcelas de cultivo se han dejado abandonadas siendo más una escombrera que una tierra de Vega”.

Toda la marcha ha ido acompañada de explicaciones de los regantes, que son los “afectados” de los trabajos de la autovía y de anécdotas de agricultores y los más veteranos del lugar.