El impacto socioeconómico en las mujeres con cáncer de mama:

El diagnóstico de cáncer de mama tiene un impacto socioeconómico sobre las mujeres que lo padecen y trae consigo consecuencias en su vida laboral, social, sexual, afectiva y reproductiva.

Un estudio realizado por el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de Barcelona, del que se han presentado los resultados preliminares, arroja varios datos sobre las consecuencias de este proceso. Además, el informe, que ha sido dirigido por el Servei de Cirurgia Plàstica y coordinado por el Servei d’Epidemiologia Clínica, se ampliará con un estudio internacional que se llevará a cabo en diferentes países europeos. El objetivo es proporcionar claves para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.

La muestra se centra en 116 mujeres diagnosticadas de esta enfermedad en los años 2016, 2014 y 2011, y de edades comprendidas entre los 32 y los 70 años. De ellas, un 31% ha cursado estudios primarios, un 32% estudios secundarios completos y un 37% estudios superiores.

En lo que respecta a la vida laboral de las mujeres, el estudio arroja que el 66% de las mujeres estaba trabajando en el momento del diagnóstico. De ellas, el 87% dejó su puesto tras ser diagnosticada: un 42% lo hizo durante un periodo de entre 6 y 12 meses, y un 23% durante más de un año.

Actualmente, el 46% de las mujeres en edad laboral no trabaja, y en el 61% de los casos asegura que el cáncer de mama que padece o ha padecido es el motivo. Además, muchas de las que han vuelto a trabajar (42%) cree que “la enfermedad o el tratamiento han afectado a su capacidad de trabajo”, según se indica en el informe.

Otro de los puntos del estudio relaciona el diagnóstico con la vida familiar, afectiva y sexual. En el 34% de los casos, las mujeres aseguran que después del cáncer sus relaciones no cambiaron. Sin embargo, para un 43% estas habían mejorado, y el 10% manifiestó que han empeorado. Además, el 12% menciona algunos cambios en sus relaciones. De entre estas últimas, el 88% lo atribuye al cáncer de mama.

Sobre el número de amistades de las pacientes, para el 66% este no ha variado, pero sí lo ha hecho para una tercera parte de las mujeres entrevistadas, que en la mitad de los casos considera que se debe a la enfermedad.

Respecto a la imagen corporal que tienen de ellas mismas, el promedio de su valoración es de un 74%. Un 20% manifiesta tener una vida sexual activa o estar interesadas en el sexo, con una satisfacción media de un 55%.

El informe también pone el foco en los hijos e hijas de las pacientes. El 34% de ellas no tiene hijos, y entre las que son madres, el promedio es de dos hijos, de entre 1 y 47 años, en su mayoría de sexo masculino. La tercera parte de estos hijos estaban estudiando en el momento del diagnóstico. En estos casos, el 66% de las mujeres considera que su rendimiento académico no se ha visto afectado por la enfermedad de sus madres. No obstante, el 27% asegura que ha empeorado. Para un 7%, mejoró.

A esto se suma que, de promedio, las mujeres entrevistadas presentan, globalmente, un 67% de calidad de vida, un 83% de funcionalidad física, un 76% de funcionalidad en sus roles habituales, un 68% de funcionalidad emocional, un 73% de funcionalidad cognitiva y un 79% de funcionalidad social, según una escala validada utilizada por el hospital y una subescala específica para el cáncer de mama.

El estudio, que todavía no ha sido terminado, presentará las conclusiones pertinentes el próximo mes de octubre y derivará en una investigación a mayor escala que determine las diferencias socioculturales y economías entre países a nivel europeo.

Precisamente, este sábado se celebra la 2ª Jornada participativa sobre calidad de vida y cáncer de mama, Entre Nosaltres, en el Recinto Modernista de Sant Pau. El objetivo es promocionar todas aquellas actividades que puedan devolver la calidad de vida a las pacientes que han sufrido esta enfermedad y recaudar fondos destinados, íntegramente, a desarrollar la segunda parte del estudio iniciado en 2015.

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