24 noviembre 2024

Los rectores y Educación acuerdan permitir grados de tres años

Las universidades y el ministerio dan luz verde a títulos más cortos solo en el caso de que sean carreras «realmente nuevas»

El Consejo de Universidades —integrado por los rectores y representantes del Ministerio de Educación— ha aprobado un acuerdo que permite implantar en España títulos de tres años de duración, siempre que estos sean nuevos. Es el paso que abre camino definitivamente al llamado decreto 3+2 (tres años de grado y dos de máster), aprobado en 2015 por el ministerio aunque sin fecha de aplicación fijada, que ya daba luz verde a las universidades para ofertar grados de tres años en lugar de cuatro y másteres de dos y que fue frenado por la conferencia de rectores.

Aquel decreto fue muy criticado por la comunidad universitaria y los rectores decidieron aplazar su puesta en marcha hasta 2017 para «clarificar» cuál debería ser la duración adecuada para cada título. Lo que argumentan es que una misma titulación, por ejemplo Derecho, no debería tener una duración distinta de un campus a otro o de una región a otra. También señalaban que el sistema universitario español acababa de hacer una gran modificación que aún no ha sido evaluada. España terminó en 2010 su adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (el llamado plan Bolonia) que supuso cambiar diplomaturas de tres años y licenciaturas de cinco por los grados de cuatro años.

El pacto alcanzado finalmente contempla que los títulos anteriores al plan Bolonia se queden como estaban, en formato de cuatro años, al igual que las ingenierías y Medicina (seis años) y que todos los títulos nuevos puedan ser de formato de tres años o cuatro años, dependiendo de la opción de cada universidad. En principio, las carreras de tres años interesan más a algunos campus privados y también a las Universidades catalanas, que de hecho ya han puesto en marcha este curso titulaciones nuevas de tres años amparándose en el decreto aprobado en 2015. Las titulaciones de tres años son mayoritarias en Europa y las de cuatro, en los campus americanos y asiáticos.

Una de las claves del asunto está en definir qué es exactamente un título nuevo. «Debemos trabajar de forma conjunta los rectores y el ministerio para cerrar esa definición. No podemos permitir que se tome como nuevo uno al que se le haya cambiado el nombre o que sea un simple maquillaje de un título clásico con alguna asignatura cambiada», señala el presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Segundo Píriz. El presidente de la conferencia —que suma 50 campus públicos y 26 privados— se ha mostrado «satisfecho» con el acuerdo en el que llevan trabajando con el ministerio desde el pasado septiembre.

Otra de las claves es el precio que pagan los estudiantes por un tipo de estudios u otros. Un año de grado es sensiblemente más barato que uno de máster, aunque las tasas varían de una comunidad a otra. En la Universidad Complutense de Madrid, el campus presencial más grande de España, el rector Carlos Andradas se comprometió con los estudiantes en su programa electoral a no implantar títulos de tres años, al menos, hasta que no hubiera cambios en los precios. «Seremos bastante cautos con este asunto, porque una desregulación de las titulaciones si haber analizado antes los últimos cambios no es buena», señala Andradas.

El Ministerio de Educación, que impulsó en 2012 la subida de tasas universitarias, acaba de anunciar un cambio sujeto a que se aprueben los presupuestos que permitiría a las comunidades bajar el precio de los másteres universitarios.  Educación fijó  en 2012 una horquilla para que el alumno pague entre el 40 y el 50% del coste total del máster no habilitante (el que no se necesita para ejercer una profesión, como ocurre por ejemplo con el máster del profesorado). Ahora prevé un ajuste para que el margen baje a entre el 15 y el 50%. De esa manera, el precio «se podría igualar» al de los grados (15-25% del precio total), según indicó el ministerio. La última palabra la tienen las comunidades autónomas.