“Inscripciones latinas de la provincia de Granada” por José Enrique Granados

En el artículo de Margarita Orfila, publicado en la Gacetilla del día 7 se hacía alusión a la inscripción hallada en 1868 y dedicada a Domiciano (81-95 dC.). Hoy traemos a nuestra página diaria el estudio de dicha lápida realizado por Mauricio Pastor Muñoz y Ángela Mendoza Eguaras en su libro “Inscripciones latinas de la provincia de Granada”, Universidad de Granada y Excma. Diputación de Granada, 1987.

Inscripción honoraria. Fragmento de pedestal de piedra arenisca, de color beige claro. De superficie grosera y sin adornos. En la parte superior izquierda se conservan los restos de una cornisa. Su estado de conservación actual es más que mediano. Se aprecia claramente que el nombre del Emperador fue borrado a martillazos, aunque no se consiguió del todo. Este hecho ha proporcionado a la piedra bastantes deterioros en la parte derecha de la primera línea. Por lo demás, se aprecian también desconchones, oquedades y roturas en el centro de la 2ª y 3ª líneas. No parece faltar nada debajo de la última línea. La parte posterior también fue grabada en cuatro letras.

Sus medidas totales son: 55 x 50 x 17 centímetros.

Fue encontrada en los Baños de Sierra Elvira, cerca de Atarfe y actualmente se conserva en el Museo Arqueológico Provincial, con el número de registro: 840 (cf. Lám. XV, 1 y 2).

La traducción del mismo dice: “Al Emperador Domiciano, Cesar, Augusto, Germánico” “límite final del campo público?”?

Comentario: Texto grabado en letras capitales, actuarias, bastas y mal formadas, pero correspondientes a la época de dicho Emperador (81-95 dC.). Las de la parte posterior están mejor confeccionadas. Todas ellas son de 6 centímetros de altura. El ductus es irregular e inseguro y la incisión es ancha y profunda, Para las pocas interpunciones existentes, se utilizan puntos de sección triangular a la altura media de las letras. En la línea primera destacan la D y la O, que se aprecian con claridad, a pesar de los intentos del agresor por borrar definitivamente el nombre del Emperador. Detrás de CAES se observan unos desconchones producidos, tal vez, por un error del propio lapicida al componer la inscripción. En la parte posterior se aprecian con claridad todas las letras; IS, C y P, con interpunciones entre ellas.

Se trata de una lápida honorífica al Emperador Domiciano que gobernó en Roma entre los años 81-95 de nuestra Era, por lo que también hay que fechar la inscripción en esta época. Domiciano sufrió la dammatio memoriae, es decir, “la condena de su recuerdo” a finales de su reinado y, a partir de su óbito, todas las inscripciones en las que estaba grabado su nombre, tanto en Hispania como fuera de ella, recibieron los intentos de borrar su nombre a martillazos, aunque, como en este caso, no se consiguió del todo, los que nos ha permitido reconstruirlo fácilmente.

En la inscripción aparecen los títulos Caesar, Augustus y Germanicus, todos ellos corrientes a su titularidad oficial, pero curiosamente, no lleva el de divus, que siempre se solía poner en todas sus dedicaciones.

Por lo que respecta a las letras de la parte posterior del epígrafe, hemos preferido la interpretación (fin)is c(ampo) p(ublico): “límite final del territorio público”, aunque es mera conjetura, puesto que, en realidad no se puede saber con seguridad a que se refieren dichas letras. Probablemente se debe un mojón indicativo de una propiedad estatal o campo público y de aquí dicha interpretación.

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