Hace 45 años se inauguró el Aeropuerto de Granada y 95 del aeródromo de Armilla

El proyecto de construcción de un aeropuerto para Granada no terminaba de despegar. La reivindicación de que la provincia, con todo su potencial turístico aún por explotar, necesitaba esta infraestructura venía de lejos pero hubo que esperar a 1972 para que fuera una realidad. Curiosamente, habían pasado cincuenta años desde que se inaugurara el aeródromo de Armilla, también en el mes de junio pero de 1922. «El de Armilla había cerrado casi por defunción cuando los aviones se convirtieron en máquinas pesadas y delicadas que necesitaban algo más que la tierra endurecida de la vega para aterrizar», explica José Luis Entrala en el artículo «Un largo vuelo», publicado en IDEAL el 16 de junio de 1997.

Los primeros vuelos se habían anunciado para marzo de 1972. Por no desmentir esta fecha, a las once y veinte de la mañana del 28 de marzo, el ministro del Aire, Julio Salvador Díaz Benjumea, lo «estrenó» «posando el «Douglas DV-3″ que él mismo pilotaba, sobre la hermosa pista recién construida, de dos mil novecientos metros de longitud y rodar majestuoso hasta la zona de estacionamiento», detalla la crónica de IDEAL de aquella fecha. Aunque, para ser exactos, unos minutos antes de que aterrizaba el avión del ministro, lo había hecho un «DC-3» procedente de Sevilla pilotado por Luis Arancibia con, entre otros pasajeros, el ingeniero aeronáutico granadino José Fernández de Bobadilla. El avión tomó tierra sirviéndose de la torre de control del aeródromo de Armilla y el nombre de aquel piloto quedaría unido para siempre a la historia de nuestro aeropuerto.

El ministro comprobó que todavía se trabajaba en el alicatado del edificio de la terminal y en la colocación de solerías; la torre de control había alcanzado ya la altura de 35 metros y solo le faltaban las instalaciones para entrar en funcionamiento y, cuando los periodistas le preguntaron por la fecha de apertura, preguntó «¿Cuándo es el Corpus?» . Luego, dirigiéndose al alcalde Pérez Serrabona, al que más tarde le concederían una condecoración «por el coñazo que di en Madrid para conseguirlo», como le contó a Entrala, le dijo que por fin Granada iba a tener el aeropuerto que pedía. «Ella ahora es la que tiene que poner lo demás, con su decidida colaboración en darle personalidad propia. Será un aeropuerto más y ustedes han de ser quienes procuren que su presentación cause al viajero la impresión real de que están en Granada, tierra de artistas». Otra curiosa anécdota. Aquel día en el que el primer avión aterrizó en nuevo aeropuerto, atracaba en el puerto de Motril el primer buque turístico ruso, el «Adjaria», matriculado en Odesa y con 261 pasajeros alemanes.

El primer vuelo comercial

El 15 de junio de 1972, tres semanas después del jueves de Corpus, las esperanzas y promesas se cumplieron cuando ante cuatro mil granadinos, el arzobispo Benavet bendecía las instalaciones, quizás en una emoción solo comparable a la que se puede sentir cuando el AVE llegue a Granada. A las cinco menos doce minutos se posaba en la pista el reactor «Caravelle» de Iberia con sesenta personas a bordo. El público, que escuchaba los remilgados discursos de las autoridades, salió a la pista cuando oyó el zumbido de los motores. Sobre las cabezas de los asistentes «volaba majestuoso el mensajero de progreso que Iberia nos enviaba», explica en su crónica el redactor Antonio Ramos. El avión, pilotado por el comandante Carlos Márquez Muñoz, había despegado de Barajas a las cuatro de la tarde con sesenta personas a bordo, aunque tenía capacidad de 94 plazas, y uniría la capital granadina con Madrid con una frecuencia de cuatro vuelos semanales.

Cuando el periodista de IDEAL llegó a la redacción para escribir la crónica, un viaje de 16 kilómetros, el «Caravelle» llevaba media hora en Barajas. Granada estaba más cerca, pero el aeropuerto aún quedaba un poco lejos.

El aeródromo de Armilla

Las primeras exhibiciones aéreas, a finales del siglo XIX, utilizaban la pista del hipódromo. Los Llanos de Armilla, que presentaban unas condiciones excelentes para el aterrizaje y despegue de aviones, se aprovecharon para misiones militares en el norte de África. El 5 de octubre de 1921 se inició la construcción del aeródromo bajo la supervisión de Luis Dávila, quien le daría nuevo nombre al morir en un accidente aéreo en 1925. Fue inaugurado el 20 de junio de 1922, tenía dos hangares con capacidad para 16 aviones, talleres, estación de radiotelegrafía, enfermería, biblioteca… Desde aquel día no ha cesado su actividad, como base aérea del ejército.

http://www.ideal.es/hemerotecadegranada/201706/19/granada-vuela-20170619104141.html

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