LOS PRIMOS por Juan Alfredo Bellón
LOS PRIMOS por Juan Alfredo Bellón para EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 02-07-2017
Juan Sisinio Pérez Garzón, el Sisi para los amigos, un gojareño trasplantado a los Madriles y que profesa enseñando Historia en la Universidad de Castilla-La Mancha, en varios de cuyos gobiernos socialistas ha sido consejero de Educación, aunque tiene su domicilio particular en Madrid, muy cerquita de la Puerta del Sol, me envía por Whats App una foto sorprendente de un ternísimo grupo escultórico barroco titulado Los Primos: son el Niño Jesús y San Juanito Bautista, de niños, jugando a pídola; este agachado, ataviado con un breve calzoncico de vellón albo y aquel, con las manos sobre su espada, también ligero de vestido hasta la cintura, saltando al primo con vigor infantil supremo y portando en el pelo las tres potencias doradas que definen su divinidad. San Juanito se pliega para facilitar el salto a la jerarquía y esta se impulsa sobre el obstáculo, limpia y ágilmente, como un corcel pura sangre sobre la primer valla del priple obstáculo, como un rayo de sol por el criatal sin romperlo ni mancharlo.
Se supone que el Sisi pretendía felicitarme en mi onomástica con el envío de un doble icono de carnes de calihuevo tan rosadas, tiernas e inequívocamente equívocas, tan llenas de espontaneidad y movimiento, tan dulcemente hábiles para el escorzo barroco, tan levemente aptas para el salto y el juego familiar infantil con cuyo pretexto he recordado a otro amigo y colega, ya muerto, José Andrés de Molina, que perdió la movilidad en la mano izquierda jugando a pídola en Tetuán, cuando allí el personal de Ferrocarriles de Vía Estrecha en el Protectorado Español en que trabajaba su padre gozaba de una tan deficientísima sanidad que le llevó a perder la destreza en la mano y el sentimiento de no manejarse con normalidad en la vida cuando no había ayudas a la disminución física ni Cristo que lo fundó. Nunca entendí bien la concatenación de desgraciados acontecimientos que llevó a mi amigo a considerarse disminuido físico y a que los demás lo consideraran manquillo, ni el pudor y la habilidad con que escondía la mano dañada tanto en su vida cotidiana como en el desarrollo de la actividad profesoral, pero lo cierto y verdad es que la palabra pídola siguió siendo para mí un término tabú (como pedo, pues nunca la escribía y siempre decía peo, como piola) que me sigue costando trabajo pronunciar como se escribe. Así yo seguiría diciendo que los divinos primos jugaban a piola en el tierno grupo escultórico que comento.
Tiene la foto un raro sabor a esa connivencia infantil que lleva a sus protagonistas a ejercitarse en juegos peligrosos y hasta prohibidos en virtud de la diversidad sexual que hoy encierran las siglas LGTBI y que esta semana mueven a dos millones de personas celebrando en Madrid la Fiesta del Orgullo y su diferencia y su libertad sexuales mientras en la misma capital y en el resto de la mayor parte del país reinan la homofobia y las discriminaciones machistas y paternalistas en la vida privada y en la otra, lo que sigue entorpeciendo el desarrollo de nuestras libertades y se da la gran paradoja de que una buena parte de la población, aunque sea menor, está ya muy preparada para reclamar y protagonizar esa libertad.
Bendita sea la hora en que esto viene ocurriendo cada vez con más fuerza y evidencia y en que ya se puede celebrar abiertamente en un país tan tradicionalmente xenófobo, homófobo, machista y paternalista y donde el protagonismo de esta gran fiesta del Orgullo y de la Diferencia se extiende y se entiende cada vez más y mejor y se armoniza con el creciente protagonismo de la lucha de las mujeres por su emancipación y su defensa, creciendo también la alianza con otros sectores sociales liberales y progresista que intentan y consiguen saltarse a la torera las leyes represoras y regresivas con el mismo espíritu olímpico con que estos dos primos se saltan lúdicamente a pídola la ley de la gravedad familiar y el decoro social y cultural apostando así por un futuro más libre y más abierto y por un mundo mejor.
¡Viva la fiesta del orgullo LGTBI y la libertad para ejercitarlos en un país como España donde han reinado tanto tiempo la represión y el oscurantismo sexuales y el monopolio violento de al homofobia y el machismo sociopolítico!